Un cambio en las relaciones con la viuda del teniente venezolano secuestrado y asesinado en Chile, Ronald Ojeda, se produjo este viernes, cuando el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, la recibió en La Moneda.

Josmarghy Castillo llegó a palacio acompañada de su abogado, Juan Carlos Manríquez, durante la tarde, después de que la mujer sostuviera un encuentro informativo con el Equipo de Crimen Organizado y Homicidios del Ministerio Público (Ecoh), encabezado por el fiscal regional Sur, Héctor Barros.

Las comunicaciones entre ella, el Gobierno y la policía fueron tensas, luego de que el 21 de febrero, el equipo secuestrador, en el que participaron venezolanos y chilenos, sacara a Ojeda de su departamento en Independencia y lo llevaran a un campamento en Maipú, asesinándolo. Su cuerpo sin vida apareció el 2 de marzo, oculto bajo una loza de cemento.

Entonces la familia y amigos de Ojeda hablaban de un homicidio por encargo de las autoridades venezolanas y descartaban que él estuviera relacionado con el crimen organizado. El Gobierno ha dicho que todas las teorías están abiertas y el Presidente Boric no entregó su pésame en ese entonces.

El21 de marzo, en entrevista con “La Segunda”, Josmarghy Castillo se quejó de que no la dejaron entrar al sitio del suceso y que “no he visto fotos y videos y se demoraron en mostrármelo”.

Agregó que “en Chile se han violado principios” y criticó el convenio de intercambio de información que Monsalve suscribió con autoridades venezolanas.

“La Segunda” pidió en la Subsecretaría del Interior la versión del encuentro, pero hasta el cierre de esta edición no había respuesta. Quien sí confirmó la reunión fue el abogado Manríquez.

—Supimos que hubo una reunión de la viuda del teniente Ojeda con Monsalve y otras personas, ¿es efectivo?

—Es efectivo, recibimos una invitación del subsecretario Monsalve, pero dada la naturaleza reservada de su contenido, no puedo entregar más información. Fue el viernes.

—¿Ese mismo día hubo una reunión con el equipo Ecoh, del fiscal Barros?

—En la mañana de ese día tuvimos una reunión de trabajo muy extensa e intensa, invitada por él, con los equipos especializados y sus fiscales. Pudimos revisar en detalle el avance de la investigación y sus proyecciones, presentar y resolver consultas. Atendido que es una investigación secreta, solo podemos señalar que se encuentra totalmente activa.

—Josmarghy Castillo en un momento estaba molesta por no haber sido llamada al sitio del suceso y porque tampoco se le entregaron fotografías y videos ¿Pudo acceder a ese material?

— Es una investigación en marcha, sólo puedo decir que por su naturaleza secreta conviene cuidarla.

Para la exsecom de Bachelet, Paula Walker, hay un gesto político relevante en la reunión del subsecretario Monsalve con la viuda del teniente Ojeda, posibilitado porque hoy hay más información. “Es coherente en su mirada de derechos humanos”, sentencia.

—¿Qué significa que Monsalve recibiera en La Moneda a la viuda de Ojeda?

—Es un gesto positivo del Gobierno. Es humano acercarse a una persona que estaba en Chile porque su marido fue catalogado como refugiado político, calidad que le dio el propio Gobierno. Es solidaridad con la viuda, quien tiene un hijo. Es un gesto humanitario y responsable. Lo hace en La Moneda, que es un gesto importante porque es muy simbólico, pero además lo hace de manera discreta y en eso hay prudencia y sobriedad.

—¿Cómo lee este cambio de trato, cuando en un comienzo el Gobierno marcó cierta distancia y ella llegó a quejarse por el convenio entre el propio Monsalve y las autoridades venezolanas?

—Primero, el Gobierno deja de ser indiferente frente a la situación de esa familia. Rompe una indiferencia inicial, probablemente marcada por lograr tener la información que le permitiera poder entender lo que estaba pasando. Tal vez tenga más información que le permite acercarse y ser más proactivo. Seguramente la viuda insistió mucho y en algún momento se toma la decisión de “Ok, tenemos la información, ha pasado tiempo y estamos en condiciones de atender a esta familia”. Y más importante, es ser coherente con un cierto discurso sobre derechos humanos, pues murió un refugiado político, que no es cualquier condición y en esas circunstancias, sacado cuando estaba acostado y asesinado después, la verdad es que es una situación política bien delicada y es coherente que el Gobierno en su mirada de derechos humanos cumpla y lo haga de esta manera.