Claudio Martínez (72 años, PS, exdirector de Gendarmería) ha seguido con interés el debate en torno a una de las “derivadas” del caso Hermosilla: el vínculo entre la Masonería y la PDI.

La discusión la abrió una columna de Sergio Muñoz Riveros en El Mercurio. Allí el historiador y analista llama la atención respecto de que el exdirector de la PDI, Sergio Muñoz Yáñez (hoy preso por filtrar información al abogado Luis Hermosilla), es masón. Lo mismo que su antecesor Héctor Espinosa y los demás jefes de la institución desde la vuelta de la democracia. El artículo plantea también otras suspicacias, como el premio anual que la Gran Logia entrega al mejor egresado de la Escuela de Investigaciones.

La columna ha dado lugar a una intensa discusión epistolar en El Mercurio. Hoy, de hecho, el diario publica una misiva donde Carlos Huneeus dice que “la PDI debe explicar las razones de esta anomalía institucional”.

Claudio Martínez -autor de una de las cartas- aborda aquí (a título personal) las dudas sobre los nexos entre la PDI y la Masonería, institución que integra desde hace más de medio siglo.

-¿Cuánto daño le hace a la Masonería el caso del exdirector Muñoz?

-Le hace daño a la Masonería que uno de los suyos cometa delitos muy graves, como ha pasado en otras instituciones. Afecta los objetivos de la institución masónica que son fundamentalmente éticos, filosóficos (...). Es como cuando en una familia aparece un miembro díscolo y hay que estar dando explicaciones.

-El exdirector Muñoz habría filtrado a Hermosilla datos sobre diligencias en la causa contra Espinosa. ¿Pudo ayudarlo porque los dos son masones?

-Descarto que su gesto -mal entendido ‘solidario'- diga relación con la condición de ser miembros de la Masonería (...). Instituciones (como la PDI) (...) desarrollan una cultura corporativa, creo que (...) eso fue lo que primó.

“Auténtico dolor”

-¿Cómo se explica esto, considerando que la Masonería busca el perfeccionamiento moral de sus miembros?

-Es extremadamente grave. A los masones de a pie nos causa una incomodidad enorme, auténtico dolor, ver cómo una institución que proclama principios éticos, morales, para mejorar la sociedad, que eso se vea enturbiado por miembros de la Masonería que extravían su camino.

Y va más allá: “Tenemos que (...) examinar a fondo por qué dos miembros de la Orden que llegaron a ocupar altos cargos públicos han cometido delitos”.

-El columnista Muñoz planteó que todos los directores de la PDI, desde los 90, han sido masones...

-Cuando yo era director de Gendarmería, los que estábamos a cargo de la seguridad éramos miembros de la Masonería: Carabineros, PDI, Agencia de Inteligencia (...). Alguien podría suponer que la seguridad en ese minuto estaba manejada por la Masonería. Eso corresponde a visiones vinculadas a mitos (...). Yo lo atribuyo a una coincidencia.

Martínez continúa: “El contraargumento para Muñoz es el mismo: todos los últimos jefes del Ejército son católicos (...), no se podría decir que es una institución capturada por la Iglesia”.

-¿Que los últimos directores de la PDI hayan sido masones implica que la Orden ha influido sobre la policía civil?

-Nunca en el periodo en que fui director de Gendarmería hubo algún interés de parte de la Masonería de entregar algún tipo de instrucción (...). Estoy seguro de que acá (PDI) existía lo mismo: un profundo respeto por el cargo. (...). Lo descarto absolutamente, los grandes maestros son extremadamente cuidadosos.

-¿Tienen detectives cargos relevantes en la Gran Logia u otras logias?

-Lo desconozco y si lo conociera no lo podría develar (...). A los masones no nos está permitido revelar los nombres de masones que están vivos.

Martínez no sabe cuándo ni por qué se instauró el premio de la Gran Logia al mejor egresado de la Escuela de la PDI. Pero sale al paso de la sospecha de que podría buscar la entrada de nuevos detectives a la Orden: “Cuando niños recibíamos premios del Rotary Club (...), jamás se nos pasó por la cabeza ser rotarios”.

“Pensar que por un premio...”

-La columna se pregunta si el premio influye para que los nuevos detectives saquen conclusiones sobre cómo ascender en la PDI…

-Hablamos de personas adultas que han elegido una carrera por vocación (...). Pensar que un detective por recibir un premio tenga una relación de fidelidad con la Masonería no corresponde.

En la misma línea, vuelve sobre la columna de Muñoz (“se pasa varios pueblo”) e insiste en algunos puntos: “Uno, que la Masonería tendría cooptada a la PDI, eso es absolutamente falso. Segundo, desliza que podría haber una doble dependencia (de la institución, por la condición de masones de algunos detectives)... ¿A título de qué la Masonería le interesaría un rol al interior de la PDI? Lo tercero, respecto del estado laico: que debe ser neutral (...). Los capellanes son empleados públicos, y algunos hacen proselitismo (...). No cuestiono eso”.

-¿Hay homogeneidad filosófica en la PDI por la influencia de la Masonería, como sugiere él?

-Fue comunista. Probablemente su formación -no quiero caer en prejuicios- un poco totalitaria le hace ver estas cosas. Ni la Masonería es homogénea desde el punto de vista filosófico (...), no hay una especie de doctrina masónica universal que pueda aplicarse de manera totalitaria frente a una institución como la PDI.

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