Luego que el informe de Cuentas Nacionales de 2023 publicado este lunes por el Banco Central, echara por tierra los pronósticos de recesión- con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de un 0,2% para el año pasado- los economistas se dividieron entre el alivio y la crítica. Por un lado, expertos como el expresidente del Banco Central, Vittorio Corbo, describieron el resultado como un “crecimiento mediocre".

Por el lado del alivio, el ministro Mario Marcel valoró el 0,2% y fue más allá, elevó su apuesta para 2024, con una proyección de crecimiento de 3,7% en el mejor de los escenarios.

Marcel saca la calculadora

Movida fue la mañana del Ministro de Hacienda, quien expuso en el foro del banco BTG Pactual. Para después asistir a la celebración de los 10 años de Clapes UC, oportunidad donde compartió con el premio Nobel Robert Engle y con el ex ministro y actual director del centro de investigación, Felipe Larraín.

En el seminario, el secretario de Estado explicó su optimista proyección que fue ampliamente comentada luego de una entrevista realizada anoche en CNN Chile. El ministro dio a conocer diferentes escenarios -entre ellos el 3,7% de crecimiento para este año- que lo definió como “combinaciones mecánicas-aritméticas de cifras de crecimientos”. Eso sí, reafirmó que las estimaciones de crecimiento del Ministerio de Hacienda para este año son de 2,5%.

“Si somos más realistas y tomamos distintos referentes. Por ejemplo, el crecimiento promedio de agosto de 2023 a enero de 2024, creceríamos un 3,7%, no digo que sea eso lo que vayamos a alcanzar, pero simplemente son distintas combinaciones mecánicas-aritméticas de cifras de crecimiento”, explicó Mario Marcel.

En cuanto a las voces pesimistas, Marcel señaló que el debate público “ha sido bien negativo, se han visto muchas afirmaciones taxativas respecto de como se esperaba el año pasado. Recesión. En diciembre, con un dato negativo ya proyectaban puros datos negativos para 2024”, criticó.

Asimismo, el jefe de la cartera fiscal defendió la proyección del Gobierno de un crecimiento en torno al 2,5% para 2024. “Se dijeron muchas cosas respecto de nuestra proyección del 2,5% y vemos hoy día que con los nuevos números, con los datos de enero, probablemente con los datos de febrero, ya las proyecciones del mercado se van acercando a las cifras con las cuales hemos estado trabajando”, enfatizó.

Proyección en duda

La proyección de Marcel ya es puesta en duda por los economistas. El economista jefe de BCI, Sergio Lehmann expresa que si bien el 0,2% de crecimiento en 2023 fue mejor a lo previsto, reconoce que la economía está estancada.

"No es motivo de celebración ciertamente. Da cuenta de un ajuste importante en la economía, que buscaba corregir los desequilibrios incubados en años previos y la alta inflación que registrábamos. Completado el ajuste, apuntamos para este año a un crecimiento de 1,9%, coherente con nuestro potencial. Si bien no es del todo descartable una cifra de 3%, lo cierto es que es poco probable. La inversión se mantiene muy resentida, en línea con niveles de confianza bajos, lo que limita su dinamismo", expresó.

El académico de la UDD, Carlos Smith también considera poco probable la meta establecida por Marcel.

"Es muy difícil que pase, tendrían que darse condiciones extraordinarias externas como un crecimiento potente de China, una baja importante en la tasa interés de Estados Unidos. Que Estados Unidos vuelva a crecer a tasas muy relevantes, pero es difícil que pase. Internamente se ve que el comercio será el motor de la recuperación, algo puede ser también la manufactura, pero yo creo que por el lado de la generación de empleo, de la inversión, la construcción, todavía hay bastante rezago", puntualiza.

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Esta es una

industria que por mucho tiempo calló, y el que calla otorga”

Con dos años como directora ejecutiva del Consejo del Salmón, creado en 2020, Loreto Seguel parece un motor.

Viaja dos días de la semana al sur, va a organizar desayunos con parlamentarios de la zona central para que conozcan la industria, hizo uno con ambientalistas “pero se excusaron por agenda”, invitó a una dirigenta sindical a exponer en el Encuentro Anual de Empresa y Sociedad de Icare. Y anuncia que “voy a hacer desayunos personalizados con ONG detractoras, porque tenemos la obligación de sentarnos a conversar, aunque pensemos distinto”.

Este gremio, que corre en paralelo a SalmonChile, el más antiguo y que reúne también a proveedores y pesqueras, tiene cinco socias: AquaChile (Agrosuper), la salmonera más grande del país; Australis Seafoods, comprada por la china Joyvio y en un intenso conflicto judicial con su exdueño; Cermaq de la japonesa Mitsubishi; la noruega Mowi, la mayor del mundo, y Salmones Aysén (Pablo Baraona).

Indirectamente, Seguel estuvo vinculada al salmón: vivió 14 años en Coyhaique por el trabajo de su padre en Entel, cuando se instalaban las primeras pisciculturas, y mientras estudiaba Ingeniería Civil en la UC creó Mundo Marino, con su hermano Francisco, que repartía salmones a domicilio y, más tarde, agregó otros productos congelados.

Fue emprendedora Endeavor y cuando la empresa familiar cumplió 15 años, en 2009, fue vendida a un family office. Ha tenido un rol público como exdirectora del Sernam, exsubsecretaria de Desarrollo Social y es la actual presidenta del Sistema de Empresas Públicas.

-¿Por qué la industria del salmón, la segunda mayor exportación de Chile después del cobre, tiene mala prensa y despierta tantos enemigos? ¿Es por el poder de las ONG?

-Creo que es porque por mucho tiempo la industria no habló y eso permitió que, por desinformación de terceros, se generaran ciertos mitos. Lo primero que se debe generar es confianza y eso significa hablar de aciertos y desaciertos.

-¿Las ONG alegan por la industria salmonera de Noruega, el mayor productor del mundo?

-Indudablemente, dado el tema de la Patagonia se ha puesto un foco mayor en Chile. En Noruega se cultiva el salmón igual que en Chile, pero el Estado y los privados han sido siempre aliados y se han sentado a proyectar la industria. En Chile ha costado.

“El que calla otorga”

-Como país, Noruega proyecta duplicar su producción a 2030 para compensar la caída en sus exportaciones de petróleo y gas. ¿Cómo afectará a Chile?

-Va a afectar la competividad y por eso tiene sentido de urgencia una nueva ley de acuicultura y una alianza público-privada para proyectar a la industria.

-En 2006 ambos países estaban casi empatados en producción. En 2022, Noruega llegó a un 38,7% y Chile fue segundo con un 25,8%.

-Noruega va más adelante por lejos: La salmonicultura es una industria relevante, existe una alianza público-privada y no tienen miedo de sentarse juntos.

-¿Qué ha hecho, además, Noruega para tener una imagen prístina y por qué no se hace lo mismo en Chile?

-Idealizar a un competidor no es lo correcto cuando es una industria que produce igual que Chile, pero lo que pasa es que está en otra geografía. Es una industria que partió en los años 60 y 70, y nosotros en los 80. También tienen enfermedades, sufren con los piojos y con el virus ISA.

-Los noruegos están orgullosos de su industria salmonera. ¿Por qué no pasa lo mismo en Chile?

-Esta es una industria que por mucho tiempo calló, y el que calla otorga. En 2007 más del 75% de los salmones murieron por el virus ISA. Antes (de 2007) era una industria autorregulada y cada uno hacía lo que creía que era mejor, lo que dio origen a mitos como que los salmones se alimentan de pescados, que les tiran comida con baldes, que los fondos marinos están sucios, que las jaulas son de madera. Eso ha ido cambiando.

-¿Por qué Chile no tiene un plan de desarrollo para la salmonicultura? La última vez que ocurrió fue en el gobierno de Ricardo Lagos, con la política nacional de acuicultura, gracias a la cual creció la industria.

-No se había generado la convicción de que esta es una industria país, la segunda mayor exportación, que genera 70 mil empleos directos e indirectos y exporta US$6.500 millones anuales.

Chefs que no compran salmón chileno

-El Presidente Boric es contrario a las salmoneras y el mundo político todavía ve con sospecha a la industria. ¿Cómo es que después de 40 años no tienen buena imagen y no los quieren?

-El Presidente Boric acaba de firmar un protocolo con China para que el salmón coho fresco ingrese con aranceles preferenciales, gracias a una alianza público-privada. El coho es salmón del Pacifico que se produce en menor cantidad, consume menos antibióticos y es el futuro del salmón chileno. La identidad en las regiones (productoras) de Los Lagos, Aysén y Magallanes afloró y debemos abocarnos para que el Chile del norte también conozca y se sienta orgulloso de esta industria.

-¿Desde cuándo hay chefs que no compran salmón chileno alegando contaminación de la Patagonia y prefieren el noruego o el de Alaska?

-Los mitos han existido toda la vida, pero los chefs de Japón, EE.UU., Brasil, Rusia, China y México demandan salmón chileno. No puede pasar que creamos que los chefs que no compran son los únicos chefs del mundo. Aquí hay una infinidad de intereses. Pocos saben que esta es la proteína con la menor huella de carbono y que menos agua dulce ocupa en su proceso productivo.

-Hay un ministerio de Minería, pero no existe una subsecretaría de salmonicultura. ¿A qué lo atribuye?

-Lo atribuyo a que por mucho tiempo la acuicultura fue parte de la pesca. Por primera vez hoy estamos discutiendo una legislación de pesca y otra de acuicultura, pero no están los tiempos para crear una subsecretaría si ni siquiera tenemos una ley. Estamos atrasados y los competidores corren rápido, pero no por eso podemos hacer las cosas a tontas y a locas.

-Mowi, una empresa noruega, fue la primera en tener virus ISA en 2007 y registró el mayor escape de salmones en 2018. ¿Acaso esta compañía, socia del Consejo, no aplica el mismo rigor en Chile que en su país?

-Las empresas socias del Consejo aplican los mismos estándares que en el resto del mundo. Puede haber eventos aislados, porque estamos produciendo seres vivos en el mar. Mowi ha hecho todo lo que ha tenido que hacer. Lo que pasó es algo puntual que dio origen a una nueva ley de escape de salmones.

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Continúa la tensión entre los economistas Klaus Schmidt-Hebbel y Mario Marcel. Luego que el ministro se refiriera indirectamente al académico como "un economista de apellido compuesto" que habría equivocado sus proyecciones, el académico de la UDD dijo en Radio Duna que tiene "la mayor admiración posible por Mario Marcel como economista en todo su desempeño en funciones públicas nacionales, internacionales y como economista, incluyendo su última, extraordinaria de gestión como presidente del Banco Central. Mi admiración llega hasta el 10 u 11 de marzo del año 2022", sostuvo.

Eso no es todo, el Ph.D. de MIT expresó que Marcel es un mal ministro de Hacienda y argumentó su parecer:

“Hay un cúmulo de causas, y es muy difícil identificar cuáles son, por ejemplo los malos proyectos re fundacionales como proyecto de Reforma Tributaria (...) Reforma previsional y otras reformas que han sido malitas pésimas o paupérrimas, que ciertamente inhiben que haya proyectos de inversión”, dijo.

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