La atribución la tiene el Presidente, y es él quién tiene que ejercerla”.

Paulina Vodanovic

Presidenta PS

¿Por qué un ministro pidió anoche la salida del general director de Carabineros Ricardo Yáñez, si tan solo el viernes el subsecretario del Interior Manuel Monsalve había dicho que las formalizaciones eran un “punto de inflexión”, a raíz de la que enfrentará mañana el renunciado director de la PDI Sergio Muñoz? ¿Por qué lo hizo por TV y no en privado, como hicieron con el exjefe de Investigaciones? ¿Por qué ahora, si la formalización de Yáñez por eventuales omisiones en responsabilidad de mando en violaciones a DD.HH. durante el estallido es recién en mayo? ¿Por qué solo no lo remueven?

Todas esas preguntas se hacía el oficialismo hoy, luego de que anoche el ministro de Justicia Luis Cordero dijera en Tolerancia Cero: “Yo esperaría que el general director evaluara su renuncia antes de ser formalizado”. ¿Qué pretendía La Moneda? ¿Por qué Cordero y no alguna autoridad de Interior (Monsalve o la ministra Carolina Tohá)? Las preguntas seguían sin respuesta clara del Ejecutivo hasta el cierre de esta edición, al punto que en los partidos no eran capaces de esbozar una sola explicación. A lo que más apuntaban líderes oficialistas y fuentes de gobierno es que La Moneda siempre ha preferido remover a Yáñez desde que se supo que sería formalizado, que no lo hacían para cuidar la relación con Carabineros dada la crisis de seguridad —de hecho Cordero apuntó a que el Presidente aún no ejercía su atribución para “garantizar la continuidad institucional de la policía” en ese contexto—, y que ahora quisieron “aprovechar el vuelo” de la caída de Muñoz para presionarlo a salir.

Otros sospechan que el Gobierno apuesta a que fuesen Muñoz y Yáñez los que renunciaran en vez de removerlos, para descomprimir que se deba forzar una remoción de otras autoridades y asesores apenas se anuncien posibles formalizaciones en el caso Convenios, como el jefe del Segundo Piso Miguel Crispi. “Podrán decir que no removieron a Muñoz y Yáñez sino que ellos se fueron, y esperar la formalización”, explican esas fuentes. Algunos dirigentes apuntan a un gesto a la PDI para evitar celos por disparidad.

Hoy, Cordero intentó explicarse en T13: insistió en que el objetivo de su reflexión era el cuidar la institución, y deslizó que se trataba de una postura personal: “No lo he conversado con el Presidente”, dijo, dejando dudas en los partidos.

Es que más allá del consenso oficialista de que Yáñez debe salir —a la presión del PPD, PC y FA se sumaron hoy los senadores PS—, la forma en que operó Cordero descolocó a dirigentes de ambas coaliciones. Por ejemplo, desde la mesa PS explican que su presidenta Paulina Vodanovic dijo el domingo a La Tercera que había que “distinguir” entre la “participación directa en un delito” de Muñoz y una eventual “responsabilidad de mando de Yáñez” en línea con el criterio de Monsalve de esperar a la formalización, y apenas horas después quedó offside tras la intervención de Cordero. “No se entiende el diseño”, explican fuentes de la colectividad.

Además, en los partidos advierten un error de cálculo: que La Moneda abre ahora el conflicto con Yáñez cuando quedan casi 2 meses para la formalización, pudiendo extenderse hasta esa fecha si Yáñez no se mueve. Consultado Cordero anoche por qué sucede si Yáñez no se va hasta el 7 de mayo, contestó que “a partir de ese momento el Ejecutivo ejercerá las atribuciones”. Así, en el oficialismo apuntaban que podría darse el absurdo de que Yáñez —quien asistió hoy a una inauguración de obras de una comisaría en Maipú con el Presidente Boric— decida no irse hasta mayo, extendiendo el problema al Ejecutivo.

“El criterio del ministro es correcto, aunque se precipitó, adelantó un problema político que era para 2 meses más y puede tensionar y complicar las cosas”, afirmó el diputado PPD Raúl Soto, mientras el jefe de esa misma bancada, Jaime Araya, añadió: “Esas opiniones debieran transmitirse en privado, por canales institucionales, ¿qué diálogo se puede tener por TV? Es confuso: no queda claro si habla por el Gobierno o es personal”.

Vodanovic, ahora tras las palabras de Cordero, añadió a La Segunda que coincide con Cordero en cuidar a las policías y que “la decisión (de Yáñez) tiene que ver con si este inmovilismo hasta la formalización, perjudica o no a Carabineros”, aunque expresó reparos a la forma.

—¿Es la vía más adecuada instarlo a renunciar por TV cuando el Gobierno tiene la atribución para removerlo?

—La atribución la tiene el Presidente, y es él quién tiene que ejercerla, si así lo estima.

—¿No un ministro por TV?

—Así es.

Coincidió el diputado PC, Matías Ramírez. “Dilatar la remoción o hacer esos mensajes de forma televisiva no tiene sentido, teniendo las competencias el Gobierno. Esperar a mayo es despropósito”, aseveró. También pidieron la renuncia los senadores Juan Ignacio Latorre (RD) y Alfonso de Urresti (PS). “Mientras más rápido se resuelva, la institución podrá seguir prestando su función”, dijo el socialista.

Y más duros fueron en la oposición: el líder UDI Javier Macaya acusó que el Gobierno “juega irresponsablemente” con la institución encargada de la seguridad, y el senador Matías Walker (Demócratas) apuntó a un desorden. “Lo de Cordero fue una irresponsabilidad institucional, debilita a quienes deben luchar contra el crimen. El Gobierno está más interesado en hablarle a su 30% que a las grandes mayorías hoy están desesperadas por la delincuencia. Cordero debe rectificar y el Gobierno de una vez por todas aclarar si el general, que ha demostrado profesionalismo, cuenta o no con la confianza del Presidente. No se puede tener este nivel de ambigüedad”, aseguró el exDC.

Impacto en Carabineros

En búsqueda de una señal de continuidad, Yáñez saludó al Presidente hoy en Maipú e incluso junto a él echó tierra a la primera piedra de la comisaría. La movida de Cordero descolocó a las filas policiales —admiten fuentes de Carabineros—, pues aunque estaban conscientes de que la situación del general director era un problema a administrar, esperaban tener hasta mayo para diseñar cómo resolverlo.

Hoy, entienden que el mensaje de La Moneda constituye una presión, pero la intención de Yáñez sería resistir lo más posible al mando de la institución, añaden. “Nadie está por sobre la ley”, fue el mensaje que entregó Boric en Maipú, cuando se refería al exjefe de la PDI.

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