En 2010, la revista Nature les pidió a los expertos que predijeran sus campos una década en el futuro. El director de investigación de Google sugirió que, para el año 2020, la mayoría de las consultas de búsqueda serían habladas, no tecleadas. Un genetista de Harvard dijo que los dispositivos de nanomemoria aprovecharían la capacidad de las bacterias para navegar por el campo magnético terrestre.

Entonces se presentó Peter Turchin. Este hombre, originalmente ecologista, hizo quizá la predicción más audaz: la próxima década iba a ser "probablemente un periodo de creciente inestabilidad en EE.UU. y Europa occidental". Sus modelos mostraban que la inestabilidad podría aumentar "alrededor del año 2020".

Era febrero de 2010, antes de Occupy Wall Street o la Primavera Árabe; el Tea Party era una novedad, Donald Trump era sólo una estrella de la televisión. Sin embargo, en 2020, los disturbios y las manifestaciones aumentaron considerablemente. A diferencia de otros expertos, Turchin parecía haber sido reivindicado.

El pronóstico de Turchin no era simplemente un año de disturbios, sino una crisis prolongada. "Estos períodos de gran inestabilidad suelen durar muchos años. Cinco años es poco; de 10 a 15 años es la duración más típica", dice ahora.

Si tiene razón, aún no estamos fuera de peligro, porque no hemos abordado la causa principal: desde la década de 1970, la riqueza se ha canalizado de los pobres a los ricos. Esta "bomba de riqueza" frustra a los de más abajo. "Dos años de baja inflación no van a solucionarlo".

Los de arriba, mientras tanto, se vuelven demasiado numerosos. Demasiados ricos — Turchin pone como ejemplo a Michael Bloomberg y Peter Thiel — compiten por una cantidad finita de poder político. Demasiados licenciados salen de la universidad sobrecualificados. "Lo que hunde a los Estados son las luchas internas dentro de las élites". Actualmente, Trump es "la contra-élite". La clase gobernante "le está dando con todo", dice Turchin, citando la plétora de demandas.

"La cuestión es si va a haber un brote de macroviolencia". Por macroviolencia se refiere a lo verdaderamente macro: guerra civil, revolución, fragmentación política, ruptura territorial o invasión extranjera. "En un 10 a un 15 por ciento de los casos, cuando las sociedades entran en estas crisis, evitan la macroviolencia. Mi predicción no es un 100 por ciento certera de que vayamos a tener una de esas cosas".

“Supercomputadora humana”

Al conocer a Turchin, no estoy seguro de si estoy lidiando con una supercomputadora humana o con un reloj roto que casualmente acertó en 2020. "Pudo haber ocurrido simplemente por suerte", acepta, de manera entrañable. Como la mayoría de los profetas modernos, recurre al atractivo de la ciencia. En su libro Final de partida, sostiene que las sociedades humanas están sujetas a reglas universales, igual que las poblaciones de insectos que estudió como ecólogo.

Turchin, hijo de un físico soviético disidente, fue expulsado del país por Moscú en 1977 y habla con un marcado acento ruso. Sus métodos precisos se pierden a menudo en detalles intensos. Su hipótesis básica es que las sociedades existen sobre la base de un ciclo de integración (cohesión) seguido de desintegración, que termina en crisis. El ciclo se reinicia aproximadamente cada 200 años.

"Pasan un par de generaciones desde una época anterior de problemas. Las élites se olvidan de eso y empiezan a reconfigurar la economía de forma que las favorezca".

Para predecir la desintegración con mayor precisión, Turchin monitorea tendencias como el tamaño de la élite, el grado de partidismo y la relación entre el salario promedio y el producto interno bruto per cápita, un factor del descontento popular. En EE.UU., las tendencias empeoraron dos veces: antes de la guerra civil y desde la década de 1970.

Al mismo tiempo, Turchin sugiere que la violencia se repite cada 50 años: en EEUU, aproximadamente en 1870, 1920, 1970 y 2020 (pero no en 1820). Una vez más, esto tiene que ver en parte con la memoria: tras un suceso violento, una generación aprende a ser pacífica, pero la tercera ha olvidado los riesgos y vuelve a optar por la violencia.

Turchin ha intentado descifrar cómo surgen y terminan las crisis, creando una base de datos de casi 200 crisis y situaciones que se aproximan a crisis, desde la Edad de Bronce hasta el siglo XX.

Sus métodos son ajenos a la corriente histórica dominante y a la suposición común de que las sociedades humanas son demasiado diferentes y dependientes del contexto como para formar patrones ordenados. Un cínico podría resumir sus modelos así: los buenos tiempos no duran para siempre.

El politólogo Francis Fukuyama — no ajeno a las predicciones incorrectas del futuro — se quejó de que el enfoque de Turchin "no era muy útil para hacer predicciones a corto plazo". Al decir que son posibles varios futuros, ¿está demostrando Turchin rigor académico al admitir los límites de su modelo, o se está concediendo a sí mismo un salvoconducto para cualquier eventualidad?

Le pregunto si su predicción de inestabilidad era totalmente correcta. Aunque los disturbios y las manifestaciones sí aumentaron en EE.UU. en 2020, otras métricas que citó — como los linchamientos y los asesinatos — no aumentaron. "La policía estadounidense es una fuerza muy eficaz para reprimir disturbios urbanos violentos", dice, insistiendo en que aún podría estallar la macroviolencia.

En Final de partida, Turchin dijo que los estadounidenses "subestiman enormemente la fragilidad de la compleja sociedad en la que vivimos". Sin embargo, más recientemente ha argumentado que las sociedades complejas son resistentes. Esto se desprende de un análisis más detallado de los registros históricos, dice.

"Los colapsos realmente profundos son cada vez más raros. Es más probable que resolvamos las crisis de formas no tan violentas. En la Edad Media, las élites se entrenaban como asesinas. Ahora, una proporción muy pequeña de la población asiste a la academia militar de West Point".

Críticas a la nueva élite

En la época moderna, las élites han evitado a veces las peores consecuencias. Gran Bretaña, alega Turchin, sufrió décadas de inestabilidad desde la década de 1830 hasta la de 1860, pero evitó la revolución aboliendo los aranceles alimentarios, ampliando el sufragio y permitiendo los sindicatos. Para Turchin, estas medidas ayudaron a abordar la causa fundamental de la inestabilidad: el hecho de que los salarios reales habían caído entre 1750 y 1800.

Los estadounidenses ricos frenaron su propio poder entre las décadas de 1930 y 1960, aceptando tasas del impuesto sobre la renta superiores al 90 por ciento. Pero las élites de hoy en día — por lo cual Turchin se refiere al 10 por ciento más rico — no están dispuestas a seguir el ejemplo. "Hemos vuelto a actitudes muy similares a las que prevalecían durante la Edad Dorada.

¿Qué sociedad está más cerca de la macrodesintegración: Rusia o EE.UU.? "Definitivamente, no Rusia". Las presiones externas han unificado el país, alega. ¿No sufre Rusia desigualdades económicas aún peores que EE.UU.? No, dice Turchin. La proporción de trabajadores por vacante es "muy favorable a los trabajadores" desde la invasión de Ucrania, después de que la gente huyó del país o fue reclutada por el ejército, llegaron menos inmigrantes y aumentó la producción industrial.

El levantamiento fallido de Yevgeny Prigozhin fue "una buena prueba de resistencia. Todo el mundo estaba en su contra. Sin duda, ahora mismo EE.UU. se encuentra en una situación mucho más peligrosa que Rusia". Hay algo desconcertante en la voluntad de Turchin de discutir el destino de las sociedades en términos fríamente amorales.

Si las decisiones de los individuos importan, entonces la esperanza de Turchin de predecir las sociedades parece condenada al fracaso. En Final de partida, dice que la gente "sobreestima seriamente el poder de los gobernantes". Más recientemente, ha dicho que los líderes desinteresados aún pueden salvar a EE.UU. del desastre. Entonces, ¿cuál de las dos es? "Conforme las sociedades avanzan hacia la crisis, es probable que los individuos no puedan lograr muchos cambios. Una vez que se llega a la crisis, la trayectoria está mucho menos definida. Creo que FDR fue importante".

¿Trump o Biden?

¿Seguro que es importante si gana Joe Biden o Trump? "En realidad no, porque ninguno de los dos va a cerrar la bomba de la riqueza". El apoyo de Biden a los sindicatos es "importante porque una forma de ayudar a cerrar la bomba de la riqueza es darles más poder a los trabajadores". Pero no ha conseguido subir el salario mínimo ni controlar la inmigración. "Quizás la gente se equivoque al pensar que los inmigrantes les quitan el trabajo, pero sí lo piensan. Y en una democracia, ¿para qué quieres hacer enojar a la gente? Estoy convencido de que sobrestimamos la importancia de los individuos. Vladimir Putin está muy limitado. Olvidémonos de los grandes hombres. Hablemos de factores geopolíticos".

La guerra de Ucrania habría ocurrido sin Putin, sostiene Turchin, porque la élite rusa se sentía amenazada por la OTAN. Además, es "casi una certeza matemática" que Rusia ganará, porque tiene más capacidad para producir los proyectiles de artillería de 152 y 155 mm que rompen trincheras. (Phillips O'Brien, catedrático de estudios estratégicos de la universidad de St Andrews, replica que la guerra dependerá de la capacidad de alcance y de los drones, y que la producción de proyectiles europea y estadounidense aumenta ahora más rápidamente que la rusa).

Para reconstruir el pasado, Turchin dice que está trabajando "con unos 150 historiadores y arqueólogos". Pero para la mayor parte de los 5,000 años en cuestión, incluso los indicadores básicos son imprecisos. Turchin quiere una serie cronológica detallada sobre la sensación subjetiva de bienestar de los pobres. Admite que eso no existe, así que utiliza los salarios reales como indicador. Los críticos dicen que los datos salariales son de por sí escasos. El modelo de Turchin tampoco incluye las variaciones climáticas. "No se puede incluir todo. Hay que ignorar incluso cosas que se sabe que tienen un impacto, como el efecto climático".

Anteriormente, Turchin ha hablado de crear una Reserva Federal para los riesgos sociales. Dados los errores de la Reserva Federal en la previsión de la inflación, ahora se inclina por otra analogía.

"Hace cien años, la gente no podía predecir el clima. Ahora podemos predecir el clima con una semana de antelación. Lo que nos gustaría es un servicio meteorológico social que recopilara muchos datos, los introdujera en un gran modelo y éste nos dijera: 'Vamos a tener un terremoto social dentro de varios años'. Y empezaríamos a gritar: ‘Líderes políticos, tienen que tomar nota'".

Excepto que la humedad en la atmósfera no tiene libre albedrío, digo yo. "No, pero sobrestimamos cuánto afecta el libre albedrío al movimiento de poblaciones de millones de personas".

El próximo proyecto de Turchin es construir un modelo para 10 países "como China, Reino Unido, Rusia o Alemania. Luego, ejecutamos el modelo durante 10 años. Publicamos los guiones en los que se basa el modelo. Y veremos qué pasa".

Sin embargo, si las crisis se suceden en ciclos de 50 y 200 años, quizás Turchin no tenga que predecir otra en toda su vida. En su oficio, quizás sólo haya que tener suerte una vez.

(Continúa en la página 16)

LEER MÁS