Concentrada en legislar temas de seguridad comunal (preside la Comisión de Gobierno Interior, que sesiona tres veces a la semana) y en armar su partido (Demócratas) en la región del Biobío pilló a la diputada Joanna Pérez la promoción que hizo de ella su colega de la UDI, Guillermo Ramírez, para presidir la Cámara de Diputados.

“Me encantaría que Joanna Pérez, que es del partido Demócratas, ex Democracia Cristiana, pueda ser la presidenta de la Cámara de Diputados, quien ha sido muy insistente en avanzar en proyectos de seguridad y quien tiene buenos puentes con toda la Cámara, pueda ser la presidenta de la Cámara de Diputados. Me encantaría porque ella lograría sacar adelante con talento y diálogo una agenda que hoy parece urgente y se ha visto permanentemente trabada por simplemente órdenes del Gobierno u órdenes de partido”, dijo Ramírez ayer en radio Cooperativa.

No es primera vez que se la promociona para el cargo. Ya en dos oportunidades ocurrió, y no se concretó. La primera, en 2020 (cuando ella aun DC) y en una votación al interior de la bancada empató en preferencias con su colega Víctor Torres. Al final, como no hubo mayoría, Gabriel Silber tomó el puesto.

La segunda, en junio del 2023, pero ella lo rechazó porque se lo plantearon a último minuto.

Consultada por la propuesta de Ramírez, solo señaló: “Es un tema que debe definirse en abril, falta tiempo, ahora yo estoy preocupada de los temas de mi comisión que son de seguridad. Eso es lo que la gente necesita”.

Renunció a la DC con Saffirio

Oriunda de Rancagua (allí nació e hizo sus estudios básicos y secundarios, los que terminó en 1993), su vida universitaria la hizo en Concepción, donde estudió administración pública en la U. de Concepción. Fue en esa época en que partió su vida política, al alero de la Corporación Justicia y Democracia (liderada por Patricio Aylwin) haciendo voluntariado.

También trabajó en la Oficina Nacional de la Juventud, fue directora de Desarrollo Comunitario en la Municipalidad de Lota y estuvo 13 años como secretaria ejecutiva del Consejo Regional. Pero haber estado en Justicia y Democracia fue lo que la acercó a la Democracia Cristiana, partido en el que militó por más de 20 años. Allí fue secretaria regional de su partido y vicepresidenta nacional.

Su primer intento parlamentario fue fallido: en 2013, cuando se presentó por Arauco, quedando en tercer lugar sin chance para el cargo.

Insistió en 2017: logró un cupo por el recién creado distrito de Biobío luego de una reñida diputa con la postulante de la UDI María Carolina Ríos, en la que se debió hacer un reconteo de votos que dio por ganadora a Pérez. Debió jurar por separado, porque llegó tarde a su juramento ya que viajó con su hija más pequeña quien se sintió mal. En 2021 fue reelecta por el mismo distrito.

Hace un año y cuatro meses (noviembre 2022) renunció a la DC junto a Jorge Saffirio. Poco antes lo habia hecho Miguel Angel Calisto, Fuad Chain, Ximena Rincón y Matías Wlaker. “Mi renuncia obedece principalmente a que dejamos de representar a nuestro electorado. Nuestro partido perdió su identidad, no respeta su ideario (...). El partido se alejó de sus principios y también de representar a nuestro electorado. Los abandonamos y la DC fue secuestrada por la izquierda”, dijo tras renunciar.

En enero de 2023 se unió al Partido Demócratas, que preside Rincón, y del cual hoy es la jefa de bancada (6 miembros, incluyéndola a ella), aunque existe una «bancada administrativa» con los 4 diputados del PDG, y a veces los 10 diputados trabajan cosas juntos.

“Determinada y franca, pero amable y de de risa fácil, muy alegre” la describe un parlamentario. “Competitiva, trabajadora y leal a ultranza con sus cercanos, sobre todo los senadores Matías Walker y Ximena Rincón, a quien ha respaldado siempre”, detalla una colega. A esta última a fines de enero no dudó en defenderla públicamente ante los comentarios del diputado Diego Ibáñez (CS) en el hemiciclo en contra de Rincón, a quien (en medio de la discusión de la reforma previsional) acusó de tener conflictos de interés con las AFP. “Rechazo profundamente las palabras del diputado Diego Ibáñez, creo que son miserables”, dijo Pérez.

Creció tras un mostrador

“Ella es muy perseverante. En lo legislativo se le mete algo en la cabeza y lo empuja hasta lograrlo” dicen desde su círculo cercano. Es autora de la ley de voto obligatorio -mientras era DC-, proyecto que se cayó en su tramitación, pero luego lo repuso y se convirtió en ley. También estuvo detrás del proyecto (en época de pandemia) de la ley anti-corte de servicios básicos, que generó la resistencia de algunos sectores que temían condonación de deudas, pero que finalmente se hizo realidad sin establecer ningún tipo de gratuidad.

Vive en Chiguayante junto a su familia: su esposo, Marco Antonio Hernández (empresario del área de la construcción), y sus dos hijas que están entrando a la adolescencia (Aranza y María Jesús). El grupo familiar intenta –no siempre con éxito- cenar juntos los viernes, salir a caminar cerros para desconectarse y ver series en conjunto.

Su conexión con la región partió al hacer sus estudios universitarios allí. Toda su infancia y adolescencia fue en Rancagua (donde aun viven sus padres) “detrás de un mostrador”, ya que su padre (Floridor) tenía un negocio de abarrotes de barrio junto a la casa en que vivían que incluso ella ayudaba a atender.

Tras terminar sus estudios superiores se quedó en la región por trabajo y voluntariado, se casó e hizo familia. Hoy, es la principal figura de Demócratas en el Biobío, donde hace un par de días logró inscribir al partido en el Servel.

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