Hoy día tenemos alrededor del 45% menos de walking tours y tours históricos”.

Dafne Ulloa, gerenta ATUCHS.

Resabios del estallido social y la pandemia, en conjunto con la actual crisis de seguridad que enfrenta la comuna de Santiago, han generado un escenario de incertidumbre y desconfianza para los consumidores y comerciantes. Como resultado, se observa una reducción significativa de las ventas y el cierre de numerosos locales en una zona antes altamente apetecida. En conversación con La Segunda, cinco empresarios gastronómicos y un propietario del sector hotelero, cuentan sobre el fenómeno.

El eje Ahumada-Huérfanos que por mucho tiempo fue el más caro del país por su gran afluencia y diversidad de comercio formal, ha sufrido una fuerte caída en el valor de sus arriendos desde el estallido social. Actualmente, el valor promedio en el Paseo Ahumada es de al rededor de 1,5 UF/m2, mientras que antes llegó a precios cercanos al 3,6 UF/m2. Además, se estima que hay un 15% de disponibilidad en el sector, lo que es alto si se considera que históricamente tenía una vacancia de 0%.

Esta tendencia se refleja también en Santiago comuna, donde la vacancia supera el 20%, cuando antes era de un 5%, según datos entregados por la consultora Colliers.

“Considerando el último año móvil previo al estallido social, se registraron en torno a 355 compraventas de locales comerciales dentro de la comuna de Santiago, de las cuales 116 se encuentran dentro del centro histórico y cuatro en el mismo eje de Paseo Ahumada. Al comparar este volumen de venta con lo observado durante el año 2023, se observa que la venta de locales comerciales en la comuna cayó en total un 57%, registrándose 153 unidades vendidas, de las cuales 42 de estas corresponden al centro histórico y solo dos al eje de Paseo Ahumada, lo cual equivale a una caída de 64% y un 50%, respectivamente”, detalla Matías Bucci, jefe del área de estudios de Colliers.

Menos oficinas, menos ventas

Una de las principales fuentes de ingresos para los comerciantes del centro era el público que trabajaba en las oficinas corporativas. No obstante, en los últimos años, varias empresas de distintos rubros optaron por abandonar el centro y trasladarse principalmente al sector oriente. Entre ellas están los bancos Santander, Scotiabank, Bice; y las compañías Enel y AFP Plan Vital.

Esto se traduce en una caída significativa en las ventas de los locales céntricos de servicios. Los locatarios consultados coinciden en que esta situación afecta a sus negocios. Incluso hablan de mermas de un 60% en comparación a cinco años atrás.

Carlos Concha, dueño del Caffe Pascucci de Plaza de Armas es un ejemplo del fenómeno. El empresario que está instalado desde 2018 en el sector llegó a tener dos locales operativos, el actual ubicado en Plaza de Armas y otro en el Paseo Ahumada. Cuenta que el segundo lo cerró. Entre la remodelación del primero y la apertura de la sucursal, invirtió más de $150 y $200 millones de pesos respectivamente. Tristemente, la inversión del local que cerró se perdió por completo, cuenta.

“Yo creo que estamos en uno de los peores momentos de la historia del centro de Santiago. Pasaron todos estos problemas que hemos tenido los últimos años y quedó un centro abandonado”, relata el empresario.

Para Concha, quienes aún continúan hoy en el centro son porque, o tienen inversiones y no pueden salir, y otros por el cariño que tienen al sector. Él se posiciona entre los segundos. “El centro es una joya, arquitectónicamente, patrimonialmente, y si no se hace algo se va a llenar de bodegas”, reflexiona.

Los números no mienten. Actualmente, la vacancia de oficinas en el casco histórico entre 2019 y 2023 pasó de un 7,7% a 13%. En cuanto a la venta, el valor del metro cuadrado cayó de 60UF/m2 a 30UF/m2. Y en cuanto al valor de arriendo, este cayó bajó de 0,35UF/m2 a 0,25UF/m2, según un informe de Colliers.

“El inicio de la caída en las cifras de ocupación y valores de arriendo estuvo marcado claramente por el estallido social. La sensación de inseguridad en el sector fue en aumento, y la proliferación del comercio ambulante solo agudizó la difícil situación económica de los locatarios”, explica Guillermo Charles, gerente del área de terrenos y retail de Colliers.

Sufrimiento gastronómico

El restaurante Homero, ubicado en el pasaje Matte, ha disminuido en casi un 50% sus ventas en comparación con 2019. El local se especializa en almuerzos y hasta 2017 estuvo en calle Nueva York, en las cercanías de la Bolsa de Comercio.

“El centro no tiene pinta que repunte. Para nosotros, por ejemplo, el oficinista era nuestro cliente estrella. El que buscaba comer comida casera y a un costo moderado. Ahora nos pena mucho la ausencia del oficinista”, relata Alejandro Martarini, propietario del Homero, negocio con más de 20 años de historia.

Laura Naranjo fue dueña del ex Café Brown, ubicado en Amanda Labarca, a pasos de La Moneda, por más de 23 años. A fines del año pasado tuvo que vender su local, en gran medida por querer descansar a sus 79 años. También, confiesa que “bajó la cortina” por la caída de las ventas.

La pandemia fue uno de los golpes que más le afectó, tuvo que reducir su personal a la mitad. Sin embargo, aun mantiene el contacto con la mayoría y los ayudó a encontrar un nuevo trabajo. También, algunos de sus colaboradores trabajan con los nuevos dueños.

Laura ha visto pasar a seis gobiernos de diferentes signos políticos. De hecho, su café siempre fue visitado por diferentes ex Presidentes, ministros, parlamentarios y alcaldes. Recuerda la vez en que Michelle Bachelet lanzó su candidatura presidencial en 2005 en su local.

También rememora cuando en esa misma elección, Soledad Alvear informó que bajaba su candidatura ahí mismo. Tiempo después tuvo la visita de Joaquín Lavín a su café, “me dijo que se quería sentar en la misma silla que había estado la Michelle (Bachelet) para ver si se le pegaba el espíritu santo”, recuerda la empresaria que atesora con mucho cariño sus 23 años instalada en el corazón cívico de Santiago.

“Con el trabajo online hasta el día hoy la gente ya no va las oficinas, esa gente se fue a Las Condes y Providencia. (...) Mi percepción es que la gente ya no va al centro a comer ni a tomarse un café. No tiene que ir al banco, todo se hace en línea. No tienes que ir a sacar ni los documentos”, cuenta Naranjo al tratar de entender la caída del centro.

Menos seguridad, menos turistas

La comuna de Santiago está rodeada de atractivos turísticos, especialmente en el casco histórico donde se encuentran la mayoría de edificios y lugares centenarios. Sin embargo, la sensación de inseguridad que atraviesa la comuna mantiene a los turistas alejados de distintas atracciones que datan de La Colonia.

“El turismo se ha visto afectado por esto mismo. Hay un bloqueo de los tours operadores hacía el centro de Santiago. Hoy se está vendiendo sólo panorámico hacía el centro y no como hace años atrás donde efectivamente el centro se visitaba. Hoy día tenemos alrededor del 45% menos de walking tours y tours históricos, que son las cifras que nos dicen desde las asociaciones de guías”, puntualiza Dafne Ulloa, gerenta de las Asociación Gremial de Turismo y Comercio Centro Histórico de Santiago.

Para Ariel Sánchez, dueño del Comedor Central del Portal Bulnes de la Plaza de Armas, la situación no le ha sido ajena. Al igual que su local vecino, el Caffe Pascucci, él también perdió la inversión que realizó en la remodelación para su local en 2018, la cifra fue cercana a los $215 millones.

Su fuerte, cuenta, eran los almuerzos y los happy hours en las tardes. Hoy perdió este último segmento por falta de público que provenía de las oficinas y el turismo. Si en el año 2019, el restaurante abría de lunes a domingo de 9:00 a 23:00 horas, hoy lo tiene que hacer de lunes a sábado de 9:00 a 20.30 horas por temas de seguridad. Retiró sus terrazas y hoy sufre una caída en sus ventas de un 60%.

“La seguridad tiene horario de oficina en el centro, de lunes a viernes de las 9:00 hasta las 19:00 horas. Se acaba el horario de oficina y toda esta gente que está controlada en el día vuelve y todo se vuelve muy inseguro de nuevo (...) No existen las condiciones de funcionamiento para un restaurante de turismo y esas son variables que ya no dependen de nosotros, la autoridades no han puesto sus esfuerzos en cambiar las variables estructurales”, critica Sánchez.

Según el dueño del Comedor Central, el problema reside en la falta de una planificación a largo plazo que piense en la reactivación de la zona céntrica de la capital. “Es necesario que por parte de las autoridades se genere un plan para cambiarle la cara al centro, y convertirlo en un lugar atractivo con buena propuesta”, reflexiona desilusionado el empresario.

Desde La Piojera al San Francisco

Por su parte, el bar y restaurante La Piojera también acusa el golpe. Por mucho tiempo fue una de las paradas obligadas para los turistas debido a su centenaria historia (le debe su nombre al expresidente Arturo Alessandri). A pasos del metro Cal y Canto, el histórico local gastronómico especializado en los platos tradicionales de la cocina chilena y que ya cuenta con más de 100 años de antigüedad, vive uno de sus momentos más complejos. Así lo describe el administrador del restaurante que lamenta una caída en sus ventas del orden del 60%.

“Antes cerrábamos tipo 12:00 la noche, 01:00 de la mañana. Hoy estamos cerrando máximo 21:00 horas. Hace un año que el centro está súper complicado, no viene público, cada vez vienen menos a almorzar, ya no se hacen los happy hours, hay delincuencia. No hay tanta vigilancia y la que hay es en ciertos horarios puntuales. Se hacen operativos, pero ya a las 20:30 horas esto es tierra de nadie”, cuenta Mauricio Gajardo, administrador de La Piojera, quien lamenta que los turistas-quienes otrora visitaban en masa el local-derechamente hoy lo evitan.

Uno de los que se ve más optimista con el futuro del centro es Alejandro Ergas, dueño del icónico Hotel Plaza San Francisco a un costado de la iglesia en la que inspiró su nombre. Para el empresario, existe un avance en el último tiempo en el mejoramiento del sector, sin embargo, aún siente falta de apoyo por parte de las autoridades.

“Te diría que el centro va a salir adelante. Están volviendo las ocupaciones, están volviendo los eventos. Los extranjeros no vienen a Santiago de Chile para ir a ve un mall en La Dehesa, cuando ellos vienen por uno, dos, tres días quieren ver Santiago, sobre todo el casco histórico. Ahora está mejor, mucho más limpio. El tema aún está en la seguridad que es un problema que antes no lo teníamos a los niveles de hoy”, remarca el empresario quien agrega que para contener la delincuencia “Carabineros se la está jugando y ha ido decayendo paulatinamente. Eso sí, las autoridades, centrales y municipales, han estado invisibles”, enfatiza Ergas, quien revela que existen reuniones, pero que son inconducentes.

“Ayer (jueves pasado) hubo una reunión con la municipalidad. Y nada, mucho discurso. Nos pidieron juntarnos en tres meses más, a lo cual dijimos, ‘¿cómo que tres meses más?'. No hay un plan integral ni en seguridad, ni económico (....) Esto lo estamos sacando adelante entre los privados y Carabineros”, comenta el empresario, quien cuenta que la ocupación de su hotel ha caído un 20% en comparación a 2019.

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