A fines de la semana pasada, el abogado Mauricio Daza Carrasco acudió al Segundo Tribunal Ambiental de Santiago. ¿La razón? Judicializar el proyecto minero “desarrollo de infraestructura y mejoramiento de capacidad productiva de Collahuasi”, cuyo permiso ambiental fue confirmado por el Comité de Ministros de la administración Boric en marzo de 2023.

Previamente, la iniciativa culminó su evaluación ambiental de forma exitosa, logrando su permiso (RCA) en diciembre de 2021.

Sin embargo, el exconstituyente, a nombre de la agrupación aymara Hijos de Willq´e, busca paralizar una inversión cercana a los US$3.200 millones, asegurando que sus clientes no fueron considerados en el proceso de consulta a pueblos indígenas que contó con la presencia de agrupaciones como la Asociación Ganadera Indígena de Copaquire, la Asociación Indígena Aymara Naciente Collahuasi, la Asociación Indígena Aymara Salar de Coposa, la Asociación Indígena Aymara Ganadera y Cultural Quebrada Yabricollita Caya, entre otras.

Según el escrito de Daza, en el área de influencia del proyecto se encuentra la comunidad que él representa. En esa línea remarca que, en el proceso de participación indígena, se dejó fuera a la comunidad Hijos de Willq´e, lo que viciaría el proceso de evaluación del millonario proyecto.

“Cómo está habido, cada vez que exista un proceso de consulta indígena deben contemplarse medidas de mitigación, reparación o compensación para hacerse cargo de la susceptibilidad de afectación directa a pueblos indígenas. Si ello no ocurre, el estudio debe ser rechazado”, afirma el escrito de Daza, quien agrega que la falta de una consulta indígena constituye un vicio de forma respecto a la RCA.

En otro pasaje, la reclamación critica el papel del Servicio de Evaluación Ambiental que “habría incurrido en una gruesa ilegalidad al excluirla del proceso de consulta indígena llevado a cabo en el contexto de la evaluación ambiental del proyecto (...) a pesar de que esta comunidad habita en las cuencas aledañas al megaproyecto y desarrolla distintas actividades dentro del área de influencia del mismo”.

La iniciativa consiste en la modificación del proyecto minero y considera una fuente complementaria de abastecimiento de agua, lo que implicaría una disminución de uso de agua continental, asegurando la operación durante 20 años adicionales.

Además, el proyecto contempla la optimización de las plantas concentradora y de molibdeno.

3.200

millones de dólares es la inversión que espera desarrollar Collahuasi

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De no creer: la empresa pionera de los centros de esquí en Chile, con 74 años de historia, cayó en cesación de pagos, debe $15.679 millones y tuvo que acogerse a reorganización judicial para no quebrar.

Richard y Anita Leatherbee Gazitúa, los controladores e hijos del fundador Clifton Leatherbee Clark, un gringo de Chicago que llegó a Chile por amor, se pelearon. Y junto con ello comenzó la destrucción de Andacor, la dueña de El Colorado y Farellones.

Si bien nunca fueron yuntas, se entendían y el negocio marchaba. Cuando caía mucha nieve como en 2022, la empresa podía ganar $1.000 millones; si no, perder $1.075 millones como ocurrió en 2019 que, además, sumó el estallido social.

La pandemia la golpeó como a todos los centros de esquí: en 2020 anotó $2.073 millones en rojo y en 2021 por la falta de turistas extranjeros, debido al cierre de fronteras, perdió $1.117 millones

En ese período de vacas flacas el clima entre los hermanos se enrareció con la llegada de un tercero: Patricio Ulloa Maturana (65), cercano de Anita Leatherbee, dueña junto a sus seis hijos del 35% de Andacor, y que se transformó en su asesor de máxima confianza. Y desde abril de 2021, en uno de los dos directores que la representan en Andacor.

Rápidamente, las reuniones de directorio tomaron otro cariz (ver recuadro). Al término de una, en noviembre de 2021, a viva voz Ulloa amenazó con llevar a la empresa “al abismo”, aseguran las fuentes consultadas. Y la rama de Richard Leatherbee, que posee un 54% de Andacor, tendría que comprarle su parte a Anita “al precio que yo diga”. Nadie respondió por la impresión y el susto.

Por esa misma época debía hacerse un aumento de capital de $3 mil millones, que se sumaría a una inyección anterior por $2 mil millones que concretaron las dos ramas, sin problemas, en enero de 2021.

No fue posible: los abogados René Núñez y Alberto Labbé, entonces director de la rama de Anita, presentaron bajo la instrucción de Ulloa una medida prejudicial precautoria para prohibir la celebración de actos, en este caso la junta de accionistas para aprobar dicho aumento, y contratos, argumentando que era un abuso del socio mayoritario y que tenían derecho a ser comprados por éste (Richard Leatherbee).

El 17° Juzgado Civil de Santiago concedió la medida.

Árbitro renuncia

La rama de Anita, siempre con la asesoría de Ulloa, solicitó también un arbitraje ante el 27 Juzgado Civil de Santiago para anular el aumento de capital de $2 mil millones ya pagado, exigir una indemnización por daños y perjuicios por los efectos de una administración negligente y una rendición de cuentas de los últimos cinco años.

Fue un trámite demoroso, pero al final asumió como árbitro Jorge Norambuena, quien iba a alzar la medida precautoria. No pudo, puesto que el abogado René Núñez, en representación de Anita Leatherbee y con la anuencia de Ulloa, presentó una querella por prevaricación en su contra. El resultado fue que el árbitro renunció.

No hubo arbitraje y el 17° Juzgado alzó la medida precautoria. Pero, además, Richard Leatherbee y algunos accionistas minoritarios presentaron una querella por administración desleal en contra de Patricio Ulloa y Alberto Labbé por haber pedido, siendo directores, una medida precautoria que impidió el aumento de capital, perjudicando así a la compañía.

Recién el pasado 30 de enero se pudo realizar la junta extraordinaria de accionistas para aprobar una inyección de capital.

No partió bien. Ulloa que representaba a Anita Leatherbee, y Jorge Vial Álamos, el nuevo abogado de Anita Leatherbee, en representación de tres de sus hijos, partieron cuestionando que debía estar presente la notaria Patricia Manríquez y no un representante, dado que no tenían certeza de que fuera notario suplente, por lo que hubo que llamar a otra notaria. Vial alegó que no conocía el acta de directorio en la cual se había citado a la junta.

La empresa no ha podido pagar todos los sueldos de enero por falta de caja, planteó en la junta el gerente general, Juan Cristóbal Fuentes, y está atrasada en el pago de $87 millones por un crédito bancario. Ulloa dijo que propuso en un directorio entregar en parte de pago departamentos del edificio Gran Parador, pero el gerente le explica que el negocio de un banco no es quedarse con departamentos.

Piero Solari y su exigencia

Llegó el punto clave: Asesorías e Inversiones Barolo Ltda, sociedad ligada a Piero Solari Donaggio (Falabella), esquiador de El Colorado de toda la vida, tal como su padre Reinaldo Solari, ofreció otorgar dos créditos por un total de 175.524 UF ($6.400 millones), a un 5% de interés anual, 25 meses de plazo, recibiendo como garantía un lote de 700 hectáreas de Andacor. Un préstamo es para capital de trabajo; el otro para refinanciar tres créditos otorgados a Andacor por Richard Leatherbee, a través de Inversiones Cururo. A raíz de estas operaciones, a su hijo Michael, como presidente, y a otros tres directores y exdirectores de Andacor, la CMF les aplicó multas -entre 600 y 100 UF- ante un requerimiento de Ulloa y Alberto Labbé, entonces director, porque al ser operaciones entre partes relacionadas los representantes de Richard Leatherbee debieron abstenerse de aprobarlas en el directorio. Y su presidente debió además informar a la mesa cuando estos préstamos fueron renovados.

Ulloa pregunta en la junta por qué la propuesta de Inversiones Barolo es en tres cuotas, no satisfecho con la precisión del presidente Michael Leatherbee, hijo de Richard, reclamó que “entonces estamos sujetos a la buena voluntad de Barolo”.

El gerente general advierte que no hay otra opción de financiamiento y si no se acepta la propuesta de Inversiones Barolo el directorio deberá analizar acogerse a reorganización judicial.

El abogado Vial alega que más de la mitad del crédito ofrecido irá pagar el préstamo del accionista mayoritario a Andacor. Ulloa asegura que Barolo está prestando un salvavidas de plomo, sabiendo que Andacor no podrá pagarlo, salvo un milagro, que si fuese a un plazo de 15 años él lo aprobaría, pero a dos años (25 meses) lo encuentra poco serio.

Se vota: el 53,9% aprueba (Richard Leatherbee y pequeños accionistas); el 36,3% rechaza (Anita Leatherbee y sus seis hijos, tres representados por Vial)

Solari Donaggio puso como condición que dos tercios de los accionistas aprobaran su oferta. No ocurrió, por lo que Andacor solicitó su reorganización.

Consultado Patricio Ulloa declinó responder las consultas de este diario

Ulloa y los hermanos Hites

La historia vuelve a repetirse. En 2001 Alex e Isaac Hites Averbuck, fundadores de Empresas Hites, también se pelearon, dejaron de trabajar juntos en las mismas oficinas y pusieron a la venta la cadena de multitiendas por diferencias irreconciliables.

Detrás de esa separación estaba el gerente general que los embarcó en un proyecto ajeno al retail: la creación del diario El Metropolitano que los hizo perder entre US$14 millones y US$25 millones, dependiendo a quien se le preguntara, en dos años y medio.

Aquel gerente general era Patricio Ulloa, quien entró a Hites por un aviso en el diario para el cargo de subgerente de operaciones en 1991. Dicen que le hizo guardia a Marcos Hites, hijo de Alex, durante uno o dos meses.

En 1995 saltó a la gerencia general. Con una capacidad ilimitada de trabajo, se hizo famoso por el trato. Su oficina era conocida como la sala de espera, porque citaba a los gerentes a las 9 AM y los recibía a las 12. Además de una rotación digna de análisis: tuvo cinco gerentes de sucursales, seis de marketing, cuatro de finanzas y tres de crédito en cinco años.

Era descrito como dueño de un gran carisma, capaz de disertar sobre algo que no sabía en base a metáforas. Y creía sobre todo en sí mismo: cuando lanzó El Metropolitano aseguró que sería “el mejor, estudiamos 27 diarios”. Nada de eso ocurrió: con la marcha blanca más larga de la historia del periodismo chileno (150 días), el equipo fundador renunció a los cuatro meses de su aparición en los kioscos.

Descontento con las pérdidas provocadas por la aventura de Ulloa, Isaac Hites quiso despedirlo, pero no pudo. La propiedad de la cadena estaba repartida 50 y 50 con su hermano Alex, quien sí apoyaba a Ulloa, y ambos debían estar de acuerdo para hacer un cambio.

Hites estuvo a la venta, pero no llegó una oferta satisfactoria, por lo que los hermanos Alex e Isaac siguieron juntos en el negocio. Aunque el vínculo fraternal nunca volvió a ser el mismo.

En 2001, Patricio Ulloa dejó la compañía, pero pactó su salida. Se dice que por, al menos, un par de millones de dólares. El Metropolitano se vendió y cerró.

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A la fiscal María Jesús Rayo, que era la secretaria del directorio, Patricio Ulloa la llamaba ignorante. Ella renunció a seguir asistiendo y tomando notas de las reuniones que, además, grababa y enviaba el audio a cada uno de los cinco directores. Ahora lo hace el director José Ignacio Morales Miranda (representante de Richard Leatherbee)

Al gerente general Juan Cristóbal Fuentes le ha pedido la renuncia unas 30 veces calculan las fuentes consultadas. Suele subir la voz y hasta hacer comentarios sobre la vida privada de algún director.

Por todo eso, desde hace un año las reuniones son remotas. Ulloa es el único que asiste en forma presencial y está solo frente al televisor mirando las imágenes de los otros cuatro directores. En ocasiones lo acompaña Marco Antonio Canales Fuentes, ingeniero comercial al que Ulloa llevó este año al directorio (como segundo representante de Anita Leatherbee), pero quien ha comenzado a tener diferencias con Ulloa.

Dicen que no firma todas las actas 5de los directorios a los que asiste, lo cual es un problema, porque hay ciertas materias que son más sensibles y al no contar con la firma de todos los directores Andacor podría verse complicada legalmente de llevar adelante ciertos acuerdos aprobados por el directorio.

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