“Viene una tarea titánica para sacar adelante esta universidad”

Aún no sabe la fecha exacta de cuándo comenzará su trabajo en la Universidad de Aysén, pero Juan Pablo Prieto –el recién designado «administrador provisional» de ese plantel- está entusiasmado con lo que viene pese al sombrío panorama que lo recibirá.

La casa de estudios pasa por su peor minuto. A 8 años de su creación tiene un déficit financiero estructural, una situación crítica de caja por falta de liquidez y serias deficiencias de gestión. Desde 2015 ha tenido cuatro rectores y hace un año anotaba un déficit de casi $3 mil millones.

Prieto conoce el rubro universitario. Fue vicerrector de Desarrollo en la U. de Talca, vicerrector académico en ese mismo plantel, vicerrector académico de la U. del Mar, rector de esa casa de estudios y hasta febrero del año pasado era vicerrector académico de la U. Central. También fue parte de la Comisión Asesora Presidencial para la Educación Superior, representó a la Presidenta Bachelet en la junta directiva de la U. de Playa Ancha y fue miembro del Comité de Pregrado en la Comisión Nacional de Acreditación.

“Llevo muchos años en esto y entiendo que asumo una tarea bien importante, en una universidad estatal en una región bien aislada que requiere mucho apoyo. Así que hay que conversar con las comunidades, tanto al interior como al exterior del plantel, para que la universidad pueda salir adelante”, dice.

-Es bien simbólico este plantel: es una de las dos universidades estatales creadas en la segunda gestión de la exPresidenta Bachelet para impulsar la educación universitaria estatal en regiones donde no habían estos planteles.

-Esta es una región muy amplia y con muy pocos habitantes, tal vez la más aislada de todas, por lo que es mucho más complejo desarrollar un proyecto universitario en esas condiciones, pero no es imposible. Creo que la decisión de crearla fue muy acertada, uno espera que las universidades sean como un faro que ilumine y atienda las necesidades de desarrollo de la región. Es una universidad joven y estos trances suceden...

-Pero ¿cuán viable puede ser un plantel con una matrícula tan baja (604 alumnos) en una región tan austral?

-Es una matrícula reducida, pero aún no conozco el plan de desarrollo de la institución. Por su demografía no creo que se busque una universidad masiva, para nada, pero debiera atender bien las necesidades de formación, vínculo internacional, muy activa. Lo que hay que buscar es que sea una universidad de calidad.

-¿Eso en cuánto tiempo se logra? ¿Alcanza si su mandato es de 2 años?

-Eso depende de lo que uno quiera alcanzar y, claro, uno preferiría mirar la universidad a largo plazo, pero la ley establece que la administración provisional dura 2, máximo 3 años.

-Y en estos 2 o 3 años ¿qué se busca concretamente? ¿sacarla de la crisis solamente o dejar una ruta marcada?

-De todas maneras hay que sacarla del estado en que se encuentra, eso es lo primero. Y abordar lo que la superintendencia advirtió en su informe.

-Advirtió déficit financiero estructural, falta de liquidez y serias deficiencias de gestión ¿hay que resetear la universidad?

-No creo que tanto. Las instituciones tienen historias, hay que revisarlas y encontrar un rumbo para que salga fortalecida de este trance. No es solo virar la universidad, me toca primero entender bien a la comunidad, lo que se aspiraba a hacer, los caminos que tomaron y las estrategias que han seguido.

-¿Para luego intervenir en el más amplio significado de la palabra?

-El cargo es administrador provisional, no interventor. Tiene que ver con crear capacidades en la institución para fortalecerla en un clima de comunidad universitaria. Claro que tengo que dialogar con todos los involucrados: estudiantes, funcionarios, académicos y todos lo que rodean a la institución en la región. La idea es conciliar puntos de vista y miradas en pro de un objetivo claro: sacar adelante la universidad.

-No a los temores de que va a llegar a descabezar todo entonces...

-Para nada, pero cuando se requiera tomar decisiones hay que tomarlas. La universidad hay que energizarla y direccionarla, en conjunto con el resto de la comunidad y en diálogo, pero tampoco voy a sentarme ahí solo a dialogar. Voy a trabajar en la toma de decisiones estratégicas para que la universidad evolucione.

-¿Quién pesa más? ¿El rector, la junta directiva o el administrador previsional?

-El administrador provisional tiene amplio poderes de acuerdo a la ley, puede tomar decisiones de todo tipo, pero mientras más informadas sean es mejor; pero el administrador provisional se nombra para eso, para tomar decisiones para encausar cualquier organización. Aqui la invitación a la comunidad universitaria es arremangarse las mangas, porque tenemos mucho que trabajar: viene una tarea titánica para sacar adelante esta la universidad.

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Un pormenorizado detalle de la crítica situación del plantel describe el informe de la Superintendencia de Educación Superior de noviembre de 2023:

l pérdidas operacionales los últimos cuatro años

l deterioro significativo de patrimonio (fue negativo en 2022: $-1.003 millones)

l problema de liquidez que no permiten garantizar el pago total de sueldos desde septiembre de 2023

l perdió inmuebles que arrendaba por no pago de rentas (la casa central, cuatro salas de clases y oficinas administrativas).

l sobredotación funcionaria, especialmente en ámbito académico (pasaron de 40 profesores en 2018 a 138 en 2022)

l en 2021 hay un explosivo incremento de funcionarios no académicos, del orden del 90%.

l desde noviembre de 20023 “la situación de caja se vuelve preocupante”

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