Sobre el éxodo de facultativos, CLC explica: “Reiteramos que la salida de grupos de médicos no ha tenido otra causa que el cambio implementado en el modelo al que estaban acostumbrados y que implicaba un muy bajo costo para ellos y un alto costo para CLC. Hoy esta institución de salud cuenta con más médicos de los que históricamente ha tenido, con niveles de excelencia y capacitación que repetimos, se adecúa a estándares internacionales”.

Sobre los cambios en el acceso a las fichas médicas, CLC agrega que “es importante destacar que consecuente con la misión y valores de CLC, de brindarle la mejor atención de salud, los procesos implementados se ajustan a los estándares impuestos en los centros clínicos más renombrados en el mundo”.

LEER MÁS
 

“Desvincularon a todo el equipo de enfermería, no sólo de la plataforma ambulatoria”

Verónica Robert,en demanda contra CLC.

“Continué ejerciendo mis labores, bajo la presión de la clínica y malos tratos desde las jefaturas”.

Lautria Itriago,en demanda contra CLC.

Un departamento que sufrió importantes despidos fue el Centro de Cáncer de CLC, según dos demandas presentadas este mes en los tribunales del trabajo de Santiago, que denuncian vulneración de derechos fundamentales con ocasión de despido, indemnización de perjuicios y cobros de otras prestaciones laborales, entre otros.

El 11 de octubre, se lee en uno de los documentos, se despidió a la exjefa de la Unidad de Psicología, la psicooncóloga Verónica Robert, y el 1 de octubre a la jefa del Centro de Cáncer, Laura Itriago.

Las demandas acusan la desvinculación de médicos y enfermeras que se mostraron contrarios a algunos cambios determinados por la administración, como la reintegración a la clínica del oncólogo Manuel Álvarez en octubre de este año, quien fue formalizado en el 2019 por el delito de abuso sexual reiterado en contra de pacientes.

“Desvincularon a todo el equipo de enfermería, no sólo de la plataforma ambulatoria, sino que de hospitalizados y quimioterapia ambulatoria. De esta forma, es posible afirmar que CLC se deshizo de todos aquellos trabajadores que levantaron la voz ante los graves hechos que se imputaron en contra del señor Álvarez”, dice el documento presentado por Robert.

“Parece insensato reincorporar al señor Álvarez a la clínica (…) esto se habría producido como una especie de favor personal para con el señor Álvarez, quien, a los ojos de los propietarios mayoritarios de la clínica, tiene el carácter de ‘protegido' o ‘intocable'”, agrega el documento.

En la demanda de Itriago, ella dice haberse opuesto junto a un grupo de enfermeras al cierre de las fichas médicas de pacientes oncológicos, pero “para mi sorpresa, con fecha 7 de julio de 2022 y en las fechas próximas a ella, todas las enfermeras que estaban solicitando dicho acceso fueron despedidas”.

“El despido de todas las enfermeras que hacían seguimiento a los pacientes oncológicos en tratamiento activo (enfermeras navegadoras), cuya función está validada bajo la Ley del Cáncer, dejó a los pacientes de un día para otro sin nadie que les diera un seguimiento, debilitando aún más un área de oncología que carecía del equipo mínimo necesario para operar”, explica en la demanda.

En agosto, la médico narra también haber recibido una carta de finalización de su contrato de arriendo en la clínica. Itriago, en una reunión con el director médico de CLC, Rodrigo Mardones, le pidió explicaciones, a lo que Mardones le habría expuesto que “esa decisión era reversible, solo en la medida que yo cambiase mi actitud, es decir, una evidente coacción o amenaza”.

“Con frases como ‘calladita es mas bonita', se me expresó que la condescendencia y el silencio era realmente la única forma de mantener la relación laboral”, dice la exjefa del departamento, con casi 12 años de historia en CLC.

Fuente cercanas a estos casos de la clínica niegan estas acusaciones.

LEER MÁS
 

La relación entre algunos médicos –y también exfacultativos- y Clínica Las Condes sigue en franco deterioro, incluso abriendo una veta legal. Y en el mercado también las cosas están difíciles: la acción de CLC está en mínimos desde el año 2005 (en $$11.545 al cierre de esta edición), con un valor bursátil que ha caído 70% desde que la adquirió Cecilia Karlezi, la socia del pacto controlador de Falabella, en noviembre del 2019. Parte de esto, dicen analistas, se relaciona con las numerosas polémicas que ha enfrentado la firma desde el cambio de administración.

Y si bien la salida de médicos, que supera los 260 desde que tomó el control Karlezi, no es algo nuevo, en las últimas semanas el éxodo se intensificó, dicen exfacultativos. Es más, hay varios profesionales que optaron por la vía judicial mediante demandas y querellas en contra de la compañía y su presidente, Alejandro Gil, pareja de Karlezi. Solo en los dos últimos meses, La Segunda identificó la salida de al menos 20 profesionales.

“La administración dejó de pagar a los médicos, y esa es una de las causas de las salidas. Primero, los atrasos y no pagos partieron en departamentos de cirugía, y este año se han visto ya en varios más. A mis tres clientes, que son médicos de columna, les deben en total más de $600 millones, y los pagos que les han hecho son a través de unas liquidaciones incomprensibles, de cifras mucho menores a lo adeudado”, comenta Ricardo Núñez, abogado de los médicos Andrés Chahin, Juan Pablo Otto y Carlos Valenzuela. Adelanta que presentará una querella criminal contra la clínica en las primeras semanas de enero por lo mismo.

Quién ya presentó una querella por apropiación indebida a mediados de este año contra la clínica es el exsuperintendente de Salud Patricio Fernández. Cerca de $400 millones, dice el abogado, que les deben por cirugías realizadas entre el 2020 y 2022 a los traumatólogos y cirujanos Joaquín Lara, Alexander Tomic y Javier del Río (todos hoy en clínica Meds).

“A muchos médicos se les adeudan dineros correspondientes a honorarios. Estos son dineros propiedad de los médicos, o de las sociedades que ellos representan, y con las que prestaban servicios a las clínicas, porque son dineros que recibió CLC por pagos de honorarios médicos de isapres, Fonasa y los mismos pacientes. Lo que corresponde es que cuando se pagan esos recursos, deben ser pagados a los médicos, lo que no está ocurriendo”, explica Fernández.

El caso está hoy en manos de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos de la PDI, que tiene orden de investigar de la fiscalía, dice el exsuperintendente. Y explica lo mismo que Muñoz: la clínica ha emitido facturas por pagos parciales, haciendo descuentos más allá de lo que los propios contratos establecen; y pagos menores a lo adeudado por la clínica a los profesionales, y de los cuales no se entrega ninguna información o justificación a los médicos.

Seis médicos consultados —tres de los cuales siguen actualmente en la clínica y otros tres que renunciaron—, confirman este problema de pagos, aunque piden mantener sus nombres en reserva por temor a represalias. La clínica, dicen, justifica esto como parte del cambio de modelo usado para pagar a los médicos, pero los profesionales insisten en retrasos de más de seis meses.

“La clínica empezó a pagar (…) en la medida que se fueran percibiendo efectivamente los montos desde los distintos entes pagadores. De esta forma, todas las prestaciones de anestesia realizadas por el demandante a contar del mes de enero de 2021 se comenzaron a pagar a medida que la clínica recibía los pagos provenientes desde las isapres y Fonasa”, se lee en otra demanda presentada por el exanestesiólogo de CLC Rodrigo Díaz. “Esto significó un desfase de varios meses entre la fecha en que se realizó la prestación y el pago de los honorarios médicos al doctor Díaz, existiendo a la fecha montos adeudados desde agosto del 2020 al 15 de noviembre de 2021, por casi $200 millones”, añade la demanda.

Consultada la clínica, explica que estos procedimientos judiciales son de rendición de cuentas de recaudación y no demandas civiles de cobros de honorarios, y que “de conformidad a su modelo médico, liquida los dineros que los pacientes pagan a los médicos una vez que se hace efectiva la recaudación de los mismos, tanto en la parte que cubren las isapres, Fonasa o compañías de seguros como en aquellos copagos de los mismos pacientes”.

Los médicos que han salido

Entre las salidas de profesionales de la clínica en los últimos meses, se encuentran los gastroenterólogos Mónica González y Erwin Buckel, experto en transplantes, junto a Patricio Ibáñez. En Neurología, han salido los médicos Florencia del Río (Clínica Alemana) y Rafael Aránguiz (Dávila), junto a cirujanos como Gonzalo Nazar, que ingresó a Meds a fines de noviembre, y la neuróloga infantil Claudia Castiglioni, que también llegó a Meds en diciembre. Entre los anestesiólogos, también salió Jorge Seguel, además de todo un equipo de urólogos que se fue a Meds a mediados de noviembre: los doctores Cristián Palma, Christian Ramos, Juan Miguel Campero, Humberto Chiang, Juan Andrés Fulla, Raúl Valdebenito y Marcelo Kerkebe.

El traumatólogo Max Ekdahl se cambió a la clínica de la U. de los Andes y el cirujano Camilo Boza está desde este lunes en Meds, por nombrar otros profesionales que dejaron hace un tiempo, o recientemente, CLC.

Entre algunos de estos médicos, otra crítica y razón para dejar la empresa, además de los atrasos en pagos que acusan, sería que la administración habría definido que los médicos no puedan ver las fichas electrónicas de los pacientes, si es que dicho paciente no ha tomado y pagado una hora médica con el profesional.

“No les están dejando ver las fichas electrónicas”, confirma Fernández.

“Si te llama un paciente con una consulta fuera de una hora médica, que era algo común, no puedes abrir su ficha si es que no ha pagado una hora”, comenta un médico de la empresa de salud.

La clínica responde las críticas: “El procedimiento de acceso a las fichas médicas establecido en CLC se ha efectuado de conformidad estricta a lo dispuesto por la ley, la que impone a esta institución de salud, en su calidad de custodio, la más estricta confidencialidad de la información contenida en dichas fichas médicas. Este procedimiento fue debidamente fiscalizado por la autoridad competente habiéndose encontrado que se ajusta a los términos establecidos en la ley”.

La acción cae

De todas formas, las polémicas siguen afectando a la clínica de cara al mercado, dice el gerente de Estudios de Renta4, Guillermo Araya. “Los indicadores como precio/utilidad y de rentabilidad, muestran que el mercado cree que la empresa tendrá pérdidas en el futuro. Todo eso se suma a la salida de médicos y otros conflictos públicos, que afectan el valor reputacional de la empresa, más allá de la difícil situación general del sector salud”, explica y da como ejemplo el desempeño de otra acción del sector, Indisa, que desde noviembre del 2019 ha perdido un 16% frente al -67% de CLC. A septiembre de este año, las utilidades de CLC cayeron un 80% frente a igual periodo del año pasado.

“Financieramente, la empresa no se ve mal. Sus niveles de deuda e ingresos han caído respecto a 2021, pero levemente. Eso puede significar que la caída a ojos de los inversionistas se deba a otros temas”, agrega el director de la clasificadora de riesgo Feller Rate, Felipe Pantoja.

La relación entre algunos médicos –y también exfacultativos- y Clínica Las Condes sigue en franco deterioro, incluso abriendo una veta legal. Y en el mercado también las cosas están difíciles: la acción de CLC está en mínimos desde el año 2005 (en $$11.545 al cierre de esta edición), con un valor bursátil que ha caído 70% desde que la adquirió Cecilia Karlezi, la socia del pacto controlador de Falabella, en noviembre del 2019. Parte de esto, dicen analistas, se relaciona con las numerosas polémicas que ha enfrentado la firma desde el cambio de administración.

Y si bien la salida de médicos, que supera los 260 desde que tomó el control Karlezi, no es algo nuevo, en las últimas semanas el éxodo se intensificó, dicen exfacultativos. Es más, hay varios profesionales que optaron por la vía judicial mediante demandas y querellas en contra de la compañía y su presidente, Alejandro Gil, pareja de Karlezi. Solo en los dos últimos meses, La Segunda identificó la salida de al menos 20 profesionales.

“La administración dejó de pagar a los médicos, y esa es una de las causas de las salidas. Primero, los atrasos y no pagos partieron en departamentos de cirugía, y este año se han visto ya en varios más. A mis tres clientes, que son médicos de columna, les deben en total más de $600 millones, y los pagos que les han hecho son a través de unas liquidaciones incomprensibles, de cifras mucho menores a lo adeudado”, comenta Ricardo Núñez, abogado de los médicos Andrés Chahin, Juan Pablo Otto y Carlos Valenzuela. Adelanta que presentará una querella criminal contra la clínica en las primeras semanas de enero por lo mismo.

Quién ya presentó una querella por apropiación indebida a mediados de este año contra la clínica es el exsuperintendente de Salud Patricio Fernández. Cerca de $400 millones, dice el abogado, que les deben por cirugías realizadas entre el 2020 y 2022 a los traumatólogos y cirujanos Joaquín Lara, Alexander Tomic y Javier del Río (todos hoy en clínica Meds).

“A muchos médicos se les adeudan dineros correspondientes a honorarios. Estos son dineros propiedad de los médicos, o de las sociedades que ellos representan, y con las que prestaban servicios a las clínicas, porque son dineros que recibió CLC por pagos de honorarios médicos de isapres, Fonasa y los mismos pacientes. Lo que corresponde es que cuando se pagan esos recursos, deben ser pagados a los médicos, lo que no está ocurriendo”, explica Fernández.

El caso está hoy en manos de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos de la PDI, que tiene orden de investigar de la fiscalía, dice el exsuperintendente. Y explica lo mismo que Muñoz: la clínica ha emitido facturas por pagos parciales, haciendo descuentos más allá de lo que los propios contratos establecen; y pagos menores a lo adeudado por la clínica a los profesionales, y de los cuales no se entrega ninguna información o justificación a los médicos.

Seis médicos consultados —tres de los cuales siguen actualmente en la clínica y otros tres que renunciaron—, confirman este problema de pagos, aunque piden mantener sus nombres en reserva por temor a represalias. La clínica, dicen, justifica esto como parte del cambio de modelo usado para pagar a los médicos, pero los profesionales insisten en retrasos de más de seis meses.

“La clínica empezó a pagar (…) en la medida que se fueran percibiendo efectivamente los montos desde los distintos entes pagadores. De esta forma, todas las prestaciones de anestesia realizadas por el demandante a contar del mes de enero de 2021 se comenzaron a pagar a medida que la clínica recibía los pagos provenientes desde las isapres y Fonasa”, se lee en otra demanda presentada por el exanestesiólogo de CLC Rodrigo Díaz. “Esto significó un desfase de varios meses entre la fecha en que se realizó la prestación y el pago de los honorarios médicos al doctor Díaz, existiendo a la fecha montos adeudados desde agosto del 2020 al 15 de noviembre de 2021, por casi $200 millones”, añade la demanda.

Consultada la clínica, explica que estos procedimientos judiciales son de rendición de cuentas de recaudación y no demandas civiles de cobros de honorarios, y que “de conformidad a su modelo médico, liquida los dineros que los pacientes pagan a los médicos una vez que se hace efectiva la recaudación de los mismos, tanto en la parte que cubren las isapres, Fonasa o compañías de seguros como en aquellos copagos de los mismos pacientes”.

Los médicos que han salido

Entre las salidas de profesionales de la clínica en los últimos meses, se encuentran los gastroenterólogos Mónica González y Erwin Buckel, experto en transplantes, junto a Patricio Ibáñez. En Neurología, han salido los médicos Florencia del Río (Clínica Alemana) y Rafael Aránguiz (Dávila), junto a cirujanos como Gonzalo Nazar, que ingresó a Meds a fines de noviembre, y la neuróloga infantil Claudia Castiglioni, que también llegó a Meds en diciembre. Entre los anestesiólogos, también salió Jorge Seguel, además de todo un equipo de urólogos que se fue a Meds a mediados de noviembre: los doctores Cristián Palma, Christian Ramos, Juan Miguel Campero, Humberto Chiang, Juan Andrés Fulla, Raúl Valdebenito y Marcelo Kerkebe.

El traumatólogo Max Ekdahl se cambió a la clínica de la U. de los Andes y el cirujano Camilo Boza está desde este lunes en Meds, por nombrar otros profesionales que dejaron hace un tiempo, o recientemente, CLC.

Entre algunos de estos médicos, otra crítica y razón para dejar la empresa, además de los atrasos en pagos que acusan, sería que la administración habría definido que los médicos no puedan ver las fichas electrónicas de los pacientes, si es que dicho paciente no ha tomado y pagado una hora médica con el profesional.

“No les están dejando ver las fichas electrónicas”, confirma Fernández.

“Si te llama un paciente con una consulta fuera de una hora médica, que era algo común, no puedes abrir su ficha si es que no ha pagado una hora”, comenta un médico de la empresa de salud.

La clínica responde las críticas: “El procedimiento de acceso a las fichas médicas establecido en CLC se ha efectuado de conformidad estricta a lo dispuesto por la ley, la que impone a esta institución de salud, en su calidad de custodio, la más estricta confidencialidad de la información contenida en dichas fichas médicas. Este procedimiento fue debidamente fiscalizado por la autoridad competente habiéndose encontrado que se ajusta a los términos establecidos en la ley”.

La acción cae

De todas formas, las polémicas siguen afectando a la clínica de cara al mercado, dice el gerente de Estudios de Renta4, Guillermo Araya. “Los indicadores como precio/utilidad y de rentabilidad, muestran que el mercado cree que la empresa tendrá pérdidas en el futuro. Todo eso se suma a la salida de médicos y otros conflictos públicos, que afectan el valor reputacional de la empresa, más allá de la difícil situación general del sector salud”, explica y da como ejemplo el desempeño de otra acción del sector, Indisa, que desde noviembre del 2019 ha perdido un 16% frente al -67% de CLC. A septiembre de este año, las utilidades de CLC cayeron un 80% frente a igual periodo del año pasado.

“Financieramente, la empresa no se ve mal. Sus niveles de deuda e ingresos han caído respecto a 2021, pero levemente. Eso puede significar que la caída a ojos de los inversionistas se deba a otros temas”, agrega el director de la clasificadora de riesgo Feller Rate, Felipe Pantoja.

LEER MÁS