El acelerado calentamiento global, las nuevas tendencias mundiales y otros factores están llevando a las empresas a tomar acciones que las ayuden a demostrar que son sostenibles. De hecho, muchas decisiones se toman en función de la sostenibilidad de los negocios y de los intereses de los stakeholders.

“La sostenibilidad es la forma en que las empresas se vinculan con sus diferentes grupos de interés, para abordar temáticas ambientales, sociales y de buena gobernanza, las cuales deben generar un impacto positivo en el entorno. Sobre esta base, los criterios ESG son cada vez más relevantes para las empresas, lo que es ratificado por la cuarta versión del Estudio ‘ESG Investment Practices' 2022 que realizamos junto a SSINDEX, cuyo objetivo es compartir el nivel de conocimiento, importancia y uso de variables ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) para la gestión y toma de decisiones en Chile”, sostiene María Gloria Timmermann, gerenta de Relaciones Corporativas y Sostenibilidad de la Bolsa de Santiago.

Una de las conclusiones de este análisis fue que 84% de los inversionistas tiene una política ASG para invertir o está trabajando en ella; mientras que 20% ha desinvertido en empresas con mal desempeño en estos indicadores. “En la actualidad, las temáticas ESG representan un desafío para las empresas, pero también una oportunidad, ya que pueden conectar temas globales como el cambio climático, la equidad de género, derechos humanos, entre otros, con las estrategias comerciales de las empresas, asociando estos indicadores a riesgos y oportunidades en el corto, mediano y largo plazo”, comenta.

Agrega que hoy las empresas no solo ven la sostenibilidad como una estrategia de vinculación, sino también como un mecanismo de impacto y viabilidad de su negocio en el planeta. “Dada la relevancia que han tomado las estrategias de sostenibilidad al interior de las compañías, la demanda de mecanismos para acceder a información ASG también ha aumentado. Por ejemplo, el reporte Carrots & Sticks (2020) muestra que existen más de 600 instrumentos regulatorios alrededor del mundo sobre divulgación de información de sostenibilidad, lo que representa un aumento de casi 30% desde el último análisis en 2016, así como un aumento en el tipo de actores que las emiten”, afirma.

Por lo mismo, los criterios ESG (Enviromental, Social y Governance) se han tomado la agenda. “Existen presiones sociales y de transparencia, que demandan del lado de los consumidores o de las comunidades más información sobre las acciones que las empresas toman en favor de la sostenibilidad. Además, están los financistas (bancos, venture capitals, inversionistas institucionales, entre otros), que también exigen más información concreta de las empresas, para asegurar que tendrán un desarrollo sostenible”, señala Nicolás Westenenk, manager de Sostenibilidad y Cambio Climático de PwC Chile.

Norma 461

Igualmente, el ejecutivo explica que existe una mayor presión regulatoria, que empuja a las empresas a tener una estructura sobre mínimos comunes que debiesen reportar. “Un ejemplo es la Norma de Carácter General 461 de la Comisión del Mercado Financiero, que solicita a un grupo de empresas reportar sus estructuras de gobernanza corporativa y la gestión de riesgos asociados a los factores ESG; y se pueden sumar una serie de factores como los reputacionales o internos vía colaboradores, cadenas de suministro, entre otros”, argumenta.

Según Claudia Valdés, gerente general de BBSC, la sostenibilidad ha tomado mucha fuerza, precisamente, porque integra la dimensión económica, reconocida históricamente como la primera fuente de información válida sobre los resultados de una compañía; y las dimensiones social y ambiental. “Intrínsecamente estas dos dimensiones que se integran, tienen una mirada de mediano y largo plazo”, afirma.

En este sentido, la especialista explica que las compañías con un índice de sostenibilidad elevado, están más preparadas para soportar impactos no predecibles. “Sin duda, la experiencia covid-19 permitió al mundo observar lo importante que es considerar estas variables, en las grandes compañías, alertándolas e invitándolas a trabajar en sus programas, cuando la evaluación no fue tan favorable”, indica.

Asimismo, Claudia Valdés considera que las multinacionales tienen un rol social insospechado. “Más allá de su importancia económica, de alguna manera no se puede prescindir de ellas. Por ende, es indispensable que realicen auditorías y que se ajusten a las nuevas exigencias del planeta en materia social y ambiental”, comenta.

Por su parte, Cristián Montero, director de Adactiva, pone énfasis en la diferenciación que puede generar la sostenibilidad a las empresas. “Aporta una gran ventaja frente a la competencia, ya que incluso algunos negocios han fundamentado su estrategia de marketing basándose en ella, buscando destacarse por ser una empresa sustentable”, explica.

Además, con eficiencia —ya que normalmente se usan muchos recursos, sobre todo energía, agua y combustible— las empresas logran economizar mucho dinero, lo que puede añadir valor a la marca ante los clientes, dice Cristián Montero.

Según el contador auditor, las auditorías contribuyen a lograr las mejoras necesarias, porque son visiones independientes que permiten controlar los impactos e integrar mejoras sugeridas.

Además, Montero, destaca el valor que agrega la Norma ISO 14.001, que ayuda a gestionar e identificar los riesgos. “Esta norma internacional relacionada con los sistemas de gestión medioambiental es aplicable a cualquier tipo de organización, independientemente del sector o actividad a que se dedique. Contar con un sistema de gestión medioambiental ayuda a una organización a identificar y cumplir con la legislación ambiental aplicable a su actividad, tener controlados todos los aspectos ambientales adversos aplicables y reducir riesgos y costos asociados”, explica Guillem Pastor, CEO de Certhia.

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