“La función productiva y los aportes de Codelco al erario requieren de una aproximación no solo técnica o financiera, sino con perspectiva de Estado”.

El presidente ejecutivo de Codelco, André Sougarret, ha instruido a las vicepresidencias corporativas y gerencias de división elaborar planes de inversión y producción para el cuatrienio 2023-2027 en el marco de una estrategia de austeridad de la empresa. La iniciativa es parte de la política de ajuste debido al complicado escenario de caída de la producción y atraso de los proyectos estructurales que deben sustituir los yacimientos históricos de la compañía. Hace algunas semanas Codelco confirmó que en 2022 producirá algo más de 1,4 millones de toneladas, 200 mil menos que en años previos. La cifra tiene un efecto simbólico: Codelco perdería su lugar como principal productora de cobre del mundo.

Al agotamiento de las minas, baja en la ley del mineral y mayores costos de extracción, se ha sumado la demora en la puesta en marcha de las nuevas explotaciones y el aumento de sus presupuestos; entre las razones se mencionan problemas de gestión, internos y de los contratistas, de diseño, de logística y técnico-geológicos. El objetivo de la corporación es que a 2030 tales proyectos correspondan al 75% de la producción. Pero el presidente del directorio, Máximo Pacheco, ha señalado que con ellos solo se sostendrán los niveles productivos. Con todo, algunos expertos han subrayado también los riesgos inherentes a la decisión de Codelco de acometer de forma simultánea cinco megaproyectos, algo infrecuente en organizaciones de su volumen.

Desde luego las turbulencias de la estatal son un desafío para el Gobierno: la merma de las utilidades tiene un impacto significativo en el presupuesto público; a comienzos de diciembre, dicha preocupación se graficó en una reunión del ministro de Hacienda con Pacheco. Con el propósito de garantizar la sostenibilidad de la empresa, en junio el Ejecutivo la autorizó a reinvertir el 30% de las utilidades entre 2021 y 2024. Al tercer trimestre, sus excedentes ascendieron a US$ 2 mil 600 millones. De cualquier forma, la caída de la producción obligaría a Codelco a elevar preocupantemente sus niveles de endeudamiento. No es menor el dato de que una empresa privada (SQM) haya superado a la cuprífera estatal en sus aportes al fisco.

Si bien hay consenso en que la Ley de Gobierno Corporativo de 2009 implicó un progreso en materia de la mejoría y profesionalización de la alta dirección de la corporación, aún subsisten los problemas de funcionamiento y administración propios de su tamaño y concentración. El presidente del directorio ha señalado que la compañía tiene que encarar desafíos tecnológicos, ambientales, de manejo y de cultura organizacional; se trata, además, de una entidad sometida a un examen más atento de la sociedad debido a su carácter de empresa pública; por lo mismo, es improbable que haya las condiciones materiales que permitan imaginar un cambio radical del control estatal. La función productiva y los aportes de Codelco al erario y al gasto social requieren de una aproximación no solo técnica o financiera, sino con perspectiva de Estado y a largo plazo; Pacheco y diversos expertos han destacado que, por la naturaleza de la gran minería, en términos de las inversiones e infraestructuras comprometidas, las estrategias de desarrollo deben planificarse con horizontes de 50 años. Así como los problemas de Codelco son anteriores al actual Gobierno, las soluciones estructurales también exceden con mucho su mandato.

El cobre es esencial en la reconversión industrial para enfrentar el cambio climático y favorecer la electromovilidad. Chile tiene ventajas comparativas en ese rubro y en litio e hidrógeno verde, otros componentes clave de la transición energética. Según el presidente de Codelco, la demanda del metal rojo crecerá de los 25 millones de toneladas de hoy hasta los 31 millones en 2032 e incluso podría haber un futuro desajuste entre las necesidades y la oferta. Ello hace más relevante avanzar en la modernización de la gestión de la compañía estatal, acelerar la puesta en funcionamiento de las nuevas operaciones, explorar otros yacimientos y sumar tecnología y valor agregado a la producción.

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No basta

Señor Director:

“Crisis educativa (PRIORIDAD)” (sic), dice la pizarra del Presidente Boric que mostró el DF Más en su edición del domingo y que reprodujo ayer su medio. Esto pareciera una burla ya a fines de diciembre, tal como se ríe el bufón que se apreciaba dibujado más abajo en esa misma pizarra.

Tras casi dos años de clases a distancia, las clases se retomaron de forma presencial en marzo, y claramente había conciencia mundial de la urgencia educativa; sin embargo, se nos fue el año académico y hechos concretos en Chile para hacerse cargo de esto de parte del gobierno no vemos. Sí se vio urgencia en hacer un nuevo calendario de conmemoraciones educativas, y otros tema de urgencia relativa.

Existían proyectos claros y relevantes que sacar adelante, y tanto el Congreso como el Presidente no le dieron urgencia legislativa. Si es un tema que está en primer lugar, ¿por qué no se retomó la discusión del proyecto de ley de reingreso educativo, o se impulsó la iniciativa que busca modernizar y flexibilizar la SEP para que los recursos puedan ser usados en lo que cada comunidad educativa necesita?

Es necesario dar urgencia a aquellos proyectos e iniciativas que permitirían actuar con mayor rapidez. Hoy no basta con escribirlo en una pizarra.

Paula Streeter

Red Pivotes

Singapur

Señor Director:

¿Cómo un país eminentemente pobre hace 60 años es hoy una nación desarrollada, con un ingreso per cápita de 70 mil dólares, reconocida como referente en educación técnico-profesional, innovación y emprendimiento? Ese “milagro” de desarrollo fue lo que interesó a una delegación del consejo de rectores Vertebral que viajó a Singapur para conocer el alabado sistema educativo técnico en esta nación de poco más de cinco millones de habitantes.

Una clave es que Singapur plantea la educación como eje central del desarrollo económico y social. A partir de esto, se forma un círculo virtuoso entre el Estado, las instituciones de educación superior y las empresas, que están planeando cómo solucionar los problemas que vienen a futuro. De hecho, creen que el mundo moderno es tan complejo que las soluciones tienen que ser interdisciplinarias.

Además, aspectos como el emprendimiento y la continua especialización de los docentes resultan fundamentales para comprender qué hace tan admirado el sistema educativo singapurense. Sin embargo, lo más relevante es que Singapur pensó que su gran activo eran las personas, por eso la educación se transformó en el gatillante de la nación próspera y desarrollada que hoy conocemos. Lecciones que debemos considerar para que el “milagro” pueda ser también chileno.

Sergio Morales D.

Rector CFT San Agustín, secretario general de Vertebral

Alardes

Señor Director:

Los alardes de una sedicente superioridad moral de las autoridades no dan tregua, se deslizan incluso involuntariamente en declaraciones de apariencia rutinaria e inocua. Así, una vez más el ministro de Desarrollo Social se aventura a conjeturar acerca de los insondables meandros que como sociedad nos depara el futuro, al sostener que “… no creo que este gobierno pase desapercibido en las páginas de la historia. Creo que será recordado como un gobierno que fundó las bases de un Estado de bienestar”.

Estos dichos parecen ser expresión genuina de lo que el ministro, y muchas otras autoridades de su generación, piensan y sienten que es la misión que la historia las ha convocado a configurar; la indisimulada pretensión de fundar un país e imponerle a sus ciudadanos, a todo el pueblo, una particular visión acerca de cómo deben estructurarse la relaciones sociales y desplegarse las energías comunitarias que le dan vida. La seducción fácil de la mera ideología los hace desestimar la tarea más exigente de formular y ofrecer un auténtico mensaje de esperanza.

Gustavo Cárdenas Ortega

Urgencias

Señor Director:

Llama la atención la celeridad con la que actúan autoridades políticas en algunos temas. En poco tiempo, luego de la fracasada experiencia de la Convención anterior, ya tenemos otro proceso a la vista. Lamentablemente no se observa la misma energía en otros aspectos, como la delincuencia, donde el ciudadano de a pie pide a gritos soluciones urgentes.

Félix Berríos Theoduloz

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