Elon (Musk) es un payaso. Creo que es un chiste para él. Sólo es un facilitador de ello. No estoy seguro de que ni siquiera crea en ello".

"Las criptomonedas son una gigantesca estafa, aunque una estafa complicada". Así comienza la diatriba de Stephen Diehl contra la industria de las criptomonedas.

Cuando la publicó en junio, el Bitcoin y otros criptoactivos estaban temblando. Desde entonces, el colapso de FTX, el segundo mayor intercambio de criptomonedas, ha creado una crisis potencialmente existencial. Miles de millones de dólares en activos de clientes parecen haberse incinerado, junto con el status del visionario altruista del fundador de FTX, Sam Bankman-Fried. ¿Son las criptomonedas tan sólo un espejismo?

Al igual que Bankman-Fried, Diehl es un estadounidense de treinta y tantos años, con actitud de nerd y cabello sin peinar. Pero mientras Bankman-Fried instaba a los legisladores estadounidenses a elaborar una nueva normativa favorable a las criptomonedas, Diehl tiraba del otro extremo de la cuerda. Presionaba para que las criptomonedas se regularan como otros activos. En junio coordinó una carta de 1,500 tecnólogos dirigida a altos cargos del Congreso de EE.UU., en la que se les instaba a mirar más allá del "bombo y platillo de la industria de las criptomonedas" y a comprender sus "defectos inherentes".

Diehl tiene los suficientes conocimientos de programación y economía como para cuestionar las criptomonedas desde los primeros principios. Ha intentado vender tecnología de cadenas de bloques — las bases de datos distribuidas sobre las que se construyen las criptomonedas — y cree que podría haberse sumado a la ola de las criptomonedas: "Cualquiera que parezca un nerd como yo puede probablemente ir a Silicon Valley y recaudar US$50 millones de algunos capitalistas de riesgo muy crédulos para promocionar un token y ganar una cantidad de dinero que le cambie la vida".

En cambio, se mantuvo al margen, escribiendo en su blog sobre los fallos de las criptomonedas. Eso le hizo ganar adeptos, pero también acoso, incluyendo amenazas de muerte. "Estos últimos tres años han sido un infierno", dice, naturalmente tímido. "No es fácil ser un escéptico de las criptomonedas".

La era de los estafadores

El libro de Diehl, Popping the Crypto Bubble (Reventando la burbuja de las criptomonedas), rastrea el surgimiento de Bitcoin durante la crisis financiera mundial hasta la fiebre del oro de las criptomonedas posterior a 2016, a la que se refiere como la "Era de los estafadores". Sostiene que las criptomonedas son lentas (se basan en la transmisión de transacciones a través de redes descentralizadas) y poco fiables (los individuos son responsables de asegurar sus activos; cuando pierden las contraseñas o mueren, hay mucho menos remedios que con, por ejemplo, un banco). No pueden ser a la vez una gran inversión, que sube y sube, y monedas viables, que ofrecen un valor estable. Sostiene que el precio de las criptomonedas se basa en gran medida en que hay un tonto aún mayor que se cree el bombo y platillo.

"Después de 14 años, siguen siendo una solución en busca de un problema. No están construyendo un nuevo sistema financiero. No están construyendo un nuevo Internet. No se trata de un activo descorrelacionado con el mercado. No son una protección contra la inflación. Son un vehículo para la especulación pura y dura, desvinculada de cualquier cosa en la economía. Son un casino que está envuelto en todas estas mentiras. Cuando desmontas esas mentiras, lo que queda parece un neto negativo para el mundo".

Quizás no te interesen las criptomonedas, pero deberían interesarte. "Revelan muchas de nuestras tendencias oscuras", dice Diehl. "Y son un espejo de gran parte de la lucha política en la sociedad".

En la práctica, no funciona

Diehl, de 34 años, creció en Massachusetts. Estudió física y fue uno de los primeros empleados de Quantopian, un fondo de alto riesgo ya desaparecido que utilizaba algoritmos de inversión en crowdsourcing. Posteriormente se mudó al Reino Unido con Adjoint, una compañía de software que aplica la tecnología de cadenas de bloques. Los bancos principales se preguntan si estas bases de datos distribuidas podrían, por ejemplo, consolidar los pasos para aprobar una hipoteca.

"Es una idea interesante. Pero en la práctica no funciona muy bien. Trabajé en algunos de esos proyectos y, en todas las circunstancias, hay una solución mucho más sencilla, utilizando un software que lleva 30 años funcionando".

La cadena de bloques podría conectar a actores que no tienen confianza mutua. Pero en un mundo en el que los bancos sí confían entre sí, "una llamada red sin necesidad de confianza es redundante”. Si hay tres grandes bancos y todos ellos tienen datos que quieren compartir entre sí, tener tres bases de datos que se mantienen automáticamente sincronizadas es una arquitectura mucho más compleja que tener simplemente una base de datos que todos comparten.

"No te diré que tenemos una respuesta al 100 por ciento sobre si las cadenas de bloques son útiles. Pero la respuesta parece ser que no". La semana pasada, la bolsa australiana abandonó un intento de transferir su sistema de centro de intercambio a una plataforma basada en cadenas de bloques, con la pérdida de A$250 millones (US$168 millones) y siete años de trabajo.

En 2019 y 2020, cuando Diehl empezó a escribir en su blog, el bitcoin se multiplicó por siete. Los fanáticos de las criptomonedas se burlaban de los no creyentes con dichos como "diviértete siendo pobre". ¿No temió Diehl perderse una oportunidad? "No tengo tolerancia al alto riesgo". (No consiguió superar el rendimiento de un fondo indexado mientras operaba con su propio dinero).

Sus reservas también eran de carácter ético. "El precio base de la libra esterlina es que la gente tiene que adquirirla para pagar sus impuestos. El precio base de las criptomonedas — si es que lo hay — son los flujos de dinero oscuro, el lavado de dinero y la delincuencia".

Los intercambios de criptomonedas han sido hackeados y han quebrado antes. ¿Cuán grave es el colapso de FTX? "Es el equivalente a que JPMorgan o Citi colapsaran en 48 horas. Además, eran el mayor actor que impulsaba la agenda regulatoria de la industria de las criptomonedas".

¿Caerán todas las cripto?

Si Diehl tiene razón, ¿todos los criptoactivos deberían pronto llegar a cero? No se atreve a hacer pronósticos. "Creo que una vez que desaparezca la capacidad de apreciaciones parabólicas, el dinero institucional se va a secar. Sospecho plenamente que habrá mucho interés por parte de los minoristas durante algún tiempo porque los memes y las narrativas atraen a un determinado tipo de inversionista, alguien joven, masculino, económicamente desprovisto de derechos y con una alta tolerancia al riesgo. Hay mucha gente así".

Añade: "Las criptomonedas son la mercantilización de la ira populista y el juego de azar y el crimen".

La pérdida de fe de los fanáticos a las criptomonedas en el sistema financiero es, en cierto modo, extraña. Incluso en la crisis de 2008, los depósitos bancarios estaban asegurados. Las acciones subieron durante gran parte de la última década. "En mi evaluación más empática de los criptoinversionistas, mira este país: ¿cuántos jóvenes sienten que tienen posibilidades de ser dueños de su propia vivienda? Muchos de ellos creen que deben invertir en activos de mayor riesgo porque necesitan una mayor rentabilidad".

¿Cuánta compasión siente? "No quiero que haya tanta gente herida. Mi generación se ha visto afectada por la crisis financiera y por Covid. Vamos a tener la crisis climática. Estas personas no necesitan este sufrimiento adicional en su vida".

Una explicación de la quiebra de FTX es que era una plataforma centralizada y con sede en el extranjero. Una forma mejor de criptomoneda (descentralizada o regulada) podría sustituirla. "Si aceptas la tesis de que los activos son un esquema del "tonto más grande", no importa dónde negocies las criptomonedas".

¿Y si la crisis de las criptomonedas es como la burbuja de las puntocom? Pets.com quebró, pero Google y Facebook no tardaron en repuntar. Pero a diferencia de FTX, Pets.com "se presentaba en tu puerta con comida para los perros; estaban intentando hacer algo real", dice Diehl.

Uno de los argumentos, presentado por la empresa de capital riesgo a16z, es que las criptomonedas podrían utilizarse para pagarles a los creadores en línea, rompiendo el control de Facebook y Google. ¿Esto tiene sentido? "No, porque los consumidores finales de estos productos quieren dólares y libras". ¿Y si pasamos una mayor parte de nuestras vidas en línea, pagando por bienes digitales en el metaverso? "¿No puedo sacar mi teléfono y pagarte libras en 15 segundos? El dinero ya es digital".

Sostiene que el bitcoin, en particular, es demasiado lento para escalar: procesa unas siete transacciones por segundo: "más o menos lo suficiente para hacer funcionar un pequeño Tesco, pero no una economía nacional". (Diehl no se ha "formado del todo una opinión" sobre las monedas digitales que los bancos centrales tienen previsto emitir).

Se suponía que las criptomonedas iban a democratizar las finanzas. En cambio, debido a que los criptoactivos no están regulados y están "profundamente manipulados", los fondos de cobertura y otros se las han arreglado para "pump and dump", o inflar y tirar. "Esto parece una gigantesca transferencia de riqueza de un montón de inversionistas minoristas realmente poco sofisticados a un montón de inversionistas sofisticados".

Apunta a Musk

Entre las personas a quienes Diehl critica se encuentra Elon Musk, que ha promovido la moneda meme Dogecoin, y cuya empresa automovilística Tesla compró bitcoin (antes de vender la mayor parte). "Elon es un payaso. Creo que es un chiste para él. Sólo es un facilitador de ello. No estoy seguro de que ni siquiera crea en ello".

Los políticos se han mostrado cautelosos a la hora de bloquear la "innovación" de las criptomonedas. Los reguladores se han visto abrumados. Diehl compara la burbuja de las ICO — ofertas iniciales de monedas, en las que los criptoempresarios recaudaron dinero para proyectos que en su mayoría desaparecieron — con un ciberataque al sistema regulador. "Vamos a crear 10.000 violaciones de valores, y la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) simplemente no tiene el ancho de banda para perseguir siquiera el 1 por ciento de ellas".

Una de las respuestas es "perseguir a los intercambios", los mayores actores. Pero hasta ahora la respuesta de EE.UU. ha sido "incoherente". El presidente de la SEC, Gary Gensler, ha sugerido que la mayoría de los tokens de criptomonedas son valores no registrados, "pero parece que la SEC no está dispuesta a sancionar eso".

Sherrod Brown, presidente del comité bancario del Senado de EE.UU., calificó el colapso de FTX como "una fuerte señal de alarma". Pero mucha gente en el Congreso se contenta con dejar que el sector de las criptomonedas "se consuma como un incendio forestal", dice Diehl.

Él, en cambio, quiere que se restrinjan las criptomonedas, como un golpe contra el mundo de la posverdad. "La persona común y corriente tiene que ser capaz de decirte como una cuestión de conocimiento general por qué invertir en activos que no tienen valor intrínseco es una mala idea".

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