¿Qué tienen en común unos aros de diamantes, un viejo marco de fotos, una bicicleta morada, una tetera de porcelana, un rompecabezas, una plancha para el pelo y una máquina de café expreso? Todos fueron regalos de personas encuestadas dijeron que estaban entre los mejores o peores que habían recibido para una Navidad.

Si tuvieras que adivinar cuáles de artículos fueron apreciados por los ‘regalados' frente a los que no, lo más probable es que te equivocarás: los aros de diamantes, por ejemplo, el que los regaló no se había dando cuenta de que el destinatario, su novia de tres años, no tenía orejas perforadas.

Cuando se trata de regalar, el contexto lo es todo. Mientras que vendedores o influencers podrían sugerir lo contrario, si un regalo es un golazo o un fracaso de esos depende menos del precio, el diseño, el estilo, la presentación o lo práctico que sea. Depende la capacidad de quien regala para escuchar, observar y empatizar, y tal vez investigar un poco.

“Los regalos son una expresión de sentimiento”, asegura Bonnie Buchele, una psicoanalista de Kansas City, que ha escuchado de la angustia que generan los regalos, tanto dados como recibidos. “Así que en ante la prisa de conseguir regalos, es buena idea tomarse un poco de tiempo y pensar en ‘¿Qué quiero decir con este regalo?'”.

Buenos regalos

Los buenos regalos, como el viejo marco de foto con una fotografía de su imagen favorita en el interior muestran que has prestado atención. Los malos regalos hacen preguntarte si quien te lo regaló te conoce un poco que sea. Como la tetera de porcelana antigua regalada por una suegra a su nuera que sólo le gustaban los artículos modernos. Aún peores son los regalos que implican críticas, como una plancha entregada, también por una suegra a su nuera, que tiene el pelo rizado (Nota de la redacción: A las suegras les fue mal en la encuesta).

Así los regalos recogen no solo las alegrías, sino también tienen cargas. Por ello, piensa en regalos que podrían aliviar esas cargas. Si alguien se queja de no tener mucho tiempo libre, ni pienses en regalos que consumen mucho tiempo, como rompecabezas o libros de mil páginas. En su lugar, busque algo que le ahorre tiempo.

Los regalos sentimentales son, con mucho, los más significativos. Solo hay que preguntarle a la mujer de 53 años que se conmovió hasta las lágrimas por una bicicleta morada con la que había tenido un gran lazo cuando era niña.

Entregar

Dar un regalo, especialmente uno que quieras hacer una especie declaración, puede exponer tus vulnerabilidades. “Es por eso que algunas personas se estresan tanto regalando, porque se siente demasiado expuesto para expresar sus emociones y pensando si lo hicieron bien o no”, agrega Buchele.

Las personas también pueden tener dificultades para aceptar regalos especialmente si apelan a la intimidad: Podrían quedar expuestos al ser conocidos de esa manera.

La forma en que reaccionan los “regalados” depende de lo seguros que se sientan de sí mismos y de su relación con el que regala, afirma David Goldberg, psicoanalista de Birmingham, Alabama, que, al igual que Buchele, encuentra que existe mucha ansiedad relacionada respecto a los regalos en esta época del año.

Y añadió: “Por ejemplo, un regalo generoso puede despertar todo tipo de miedos, anhelos y deseos conscientes e inconscientes. ¿Qué significa aceptarlo? ¿Ahora le debo algo a esa persona? ¿Qué significa para mí seguir adelante? ¿Tengo que responder? Y si respondo, ¿significa ir al siguiente nivel? No es de extrañar que algunos tiendan a equivocarse por precaución y simplemente compran algo genérico como una vela perfumada o una giftcard, en lugar de correr ese riesgo.

Regalos sin sorpresa... ¿o no?

Si estás complicado sobre qué conseguir para alguien, siempre puedes preguntar. Por ejemplo, una pareja tiene una lista de las cosas que quieren recibir el uno del otro; por lo tanto, la esposa sabía que su marido no se molestaría cuando eligió una máquina para hacer café.

Pero esto último plantea la cuestión de si cumplir con una solicitud es más un acto de servicio que un regalo. “Sugiero que cualquiera que diga que la sorpresa no es necesaria para hacer regalos tal vez tenga un presente amoroso especial”, dijo LeeAnn Renninger, psicóloga social y coautora del libro “Surprise: Embrace the Unpredictable and Engineer the Unexpected”. Pero si sorprenderse es importante para la persona a la que le estás regalando, intenta pedir orientación.

En ese sentido, tal vez la mejor estrategia cuando se trata de hacer regalos es realizar su propia encuesta. Tu propia investigación.

Por ejemplo, pídele a tu familia o amigos que te cuenten sobre los mejores y peores regalos que han recibido. No solo aprenderá qué tipo de regalos realmente los gustaron mucho o tal vez los lastimó profundamente. Si realmente escuchas, también desarrollarás una mejor comprensión de sus valores fundamentales y estilos de apego. Estas conversaciones pueden ayudar a profundizar tus relaciones, lo que es, además, un regalo en sí mismo.

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