Probablemente tienen mucha más chance los partidos históricos, como PS-PPD-DC y RN-UDI, que el Frente Amplio”.

El decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán, cree que de acá a abril -cuando debería escogerse el nuevo Consejo Constitucional, si todo marcha bien- la opinión pública seguirá interesada en el proceso. “La gran mayoría de la gente quiere un cambio constitucional y quiere dar término luego al proceso para preocuparnos de los problemas de la vida diaria. Veo difícil que pueda cambiar esta opinión generalizada”, dice.

—¿En lo que viene para abril, están mejor preparados los partidos grandes que los chicos ante la opinión pública?

—Tomando en cuenta que en la opinión pública todos los partidos están mal evaluados, creo que los partidos grandes están mejor preparados. No necesariamente los que tienen más parlamentarios, sino que los que tienen institucionalidad y estructura a lo largo del país.

—¿Tanto en la izquierda como en la derecha?

—Los dos grandes sectores, en lo que llamamos centroizquierda también.

Preguntaba porque parece que es un buen momento para Chile Vamos, pensando electoralmente.

—Si hay la suficiente inteligencia, debieran subirse todos los sectores al proceso. En ese sentido podríamos esperar un escenario beneficioso para el sistema político en general, excepto para aquellos que quieren marginarse y tratar de sacar alguna ventaja.

—¿Qué alianza se podría dar en la derecha? ¿Ir todos juntos en una lista para elección de consejeros?

—Yo creo que no queda otra alternativa. En el caso de Chile Vamos hay un imperativo de ir juntos. Republicanos, dado el peso limitado que tienen para elegir convencionales (consejeros) parecería raro que vayan por una línea propia. Hacerlo los marginalizará, porque no elegir convencionales tendrá un costo.

—¿Podría el PDG estar en pacto electoral con CHV?

—La elección impone a todos los partidos un tipo de participación asociativa.

—¿Ve a Amarillos y a Demócratas con la posibilidad de integrarse a esto?

—Esa es la gran pregunta que queda… Si la DC llega antes con ellos a un acuerdo, probablemente hagan lista.

—¿Es más factible que vayan con la DC que con CHV?

—Difícil saberlo. Las rupturas que ha habido entre Amarillos o Demócratas con la DC fueron bastante profundas, sobre todo de Demócratas. Aunque no es imposible que vayan juntos.

Los costos para el FA

—La DC está reticente a una alianza con el Frente Amplio. ¿Qué alianzas ve en ese mundo?

— Cuando se habla de Frente Amplio se cree que es una unidad, y no es así. Hay mucho activismo ideológico interno, hay mucha política de identidad, que genera muchas fracturas internas. Para qué decir en sectores como la DC, a los que les resulta más complejo llegar a acuerdo. Porque cuando tú hablas al FA ¿a quién estás viendo? ¿A Giorgio Jackson, que habla de superioridad moral? ¿A Boric que ha dicho “A” y luego se desdice de “A”? Además, el FA tiene que pasar primero por el Socialismo Democrático.

—¿Proyecta juntos al FA-PC y el Socialismo Democrático?

—Lo han hecho otras veces y dejaron a la DC fuera, y probablemente ése es uno de los factores que quebró también a la DC en el segundo gobierno de Bachelet. O sea, la mecánica PC-DC no funcionó para nada y terminó en lo que terminó.

—En el Frente Amplio hay preocupación por sus resultados electorales, dado el sistema electoral que se usará ahora, el mismo del Senado.

—Depende de quiénes sean los candidatos, aunque probablemente tienen mucha más chance los partidos históricos, como PS-PPD-DC y RN-UDI, que el Frente Amplio. En ese sentido su presencia va a ser mucho menor, y ése es el costo de gestión después de un año. Si se compara el primer año de Piñera con el primero del Frente Amplio, ahora han sido más los autogoles que una oposición radical. No hay gestión que mostrar, y obviamente ese es un factor para que no sean muy optimistas en los resultados del FA.

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Se les pidieron nombres de técnicos constitucionalistas jóvenes para integrar el grupo de 24 “expertos” que deberá nombrar el Congreso, con miras a la confección de la nueva constitución, y respondieron con entusiasmo. Recomiendan a 24 y las preferencias se centran en hombres y mujeres, indistintamente.

El panel que respondió es de académicos constitucionalistas, políticamente transversales: Manuel Núñez, Sebastián Soto, Miriam Henríquez, Enrique Navarro, Javier Couso, Agustín Squella, Macarena Diez, Ana María García y José Ignacio Muñoz.

Manuel Núñez (UCV) recomienda a “Catalina Salem, profesora de la U. del Desarrollo, prudente, con conocimiento de justicia constitucional (trabajó con Marisol Peña, expresidenta del TC), dialogante, seria y rigurosa” y al profesor asistente de la UC “José Francisco García, por sus conocimientos, perspectiva comparada, trayectoria y visión política” y quien siendo identificado en la centroderecha, llamó a “aprobar para reformar” de cara al plebiscito del 4S.

Sebastián Soto (UC) se las juega por “Alejandra Ovalle, quien en su calidad de directora del Foro Constitucional UC ha liderado comisiones técnicas en temas relevantes para la discusión constitucional como libertad de enseñanza, religiosa y sistema político y por Claudio Alvarado, director del IES y profesor UC. Tiene una amplia comprensión de los desafíos políticos y jurídicos que enfrenta Chile en este proceso”.

La decana de Derecho de la U. Alberto Hurtado, Miriam Henríquez, menciona dos jóvenes constitucionalistas y profesores de la misma universidad: Sebastián Salazar y Carolina Meza, ambos “sub 40”, destaca.

Hay que mezclarlos con las canas

El ex ministro del TC y catedrático de la Chile, Enrique Navarro, dice que “lo ideal es combinar expertos jóvenes y experimentados que sepan de derecho comparado; las canas van a ser importantes porque el derecho constitucional requiere años de experiencia”. Por ejemplo, cree relevante contar con gente como Mario Fernández, Ana María García Barzelatto, Pablo Ruiz-Tagle y Gabriel Bocksang. Y también sugiere tomar como insumo el proyecto constitucional de Michelle Bachelet, porque es un avance serio.

—¿Y de las generaciones más jóvenes?

—Macarena Diez (profesora U. Finis Terrae), Constanza Tobar (profesora UDD y exasesora legislativa en el Senado), Cristóbal Osorio (profesor de la U. de Chile y exjefe de la unidad Jurídica de la Segegob).

La andanada de Couso

El catedrático UDP, Javier Couso se entusiasma con el tema y cree que hay mucho nombre joven para explorar: “Antonia Rivas, especialista en derecho indígena y derechos humanos y exasesora de la exconvencional Tiare Aguilera; Eugenio García Huidobro, académico de derecho constitucional UC e investigador del Centro de Estudios Públicos; Elisa Walker, excandidata a constituyente por la DC; Catalina Salem, académica UDD; Diego Gil, académico de la Escuela de Gobierno UC; Sebastián Soto, académico UC; Manuel Prieto Montt, académico de la U. de Tarapacá y especialista en temas ambientales; Flavia Carbonell, excoordinadora académica del Doctorado en Derecho de la U. de Chile; Christopher Martínez, cientista político UC de Temuco; José Francisco García, académico UC y el académico de la UDP Domingo Lovera”.

Se necesitan expertos, no notables

El exconvencional y académico UV y UDP, Agustín Squella, solo nombra uno y pide “distinguir entre ‘expertos' y ‘notables', como ha hecho el académico Luis Cordero… bueno, ahí tiene un nombre. Lo que el acuerdo adelanta sobre los expertos más parece una definición de notables… de lo que no necesita son notables".

Ana María García, de la U de Chile, apunta a su casa de estudios: “Víctor Manuel Avilés, profesor de constitucional, con habilidad académica y práctica y conoce mucho de procedimiento legislativo y además es prudente. Entre las mujeres jóvenes hay dos, pero no para el grupo de expertos, que para mi gusto requiere de más experiencia. Son Paz Irarrázabal, quien se ha vinculado con derecho institucional y entró por concurso a ser profesora y Patricia Miranda, que entró por concurso en Administrativo”

Macarena Diez, académica UC y Finis Terrae (quien al igual que Sebastián Soto es recomendada por otros miembros del panel consultado), asegura que “existen tremendos profesionales jóvenes, como las profesoras Tania Busch, Catalina Salem, Catalina Lagos y Constanza Tobar, y los profesores Gaspar Jenkins y Eduardo Bofill. La mayoría somos socios y socias de la Asociación Chilena de Derecho Constitucional”.

Y José Ignacio Muñoz (U. Central) concuerda con ella y añade los nombres de “Tomás Jordán, Carolina Meza y Sebastián Salazar. Los dos últimos son académicos y miembros del núcleo constitucional de la U. Alberto Hurtado”.

Los criterios de Fernández, Viera y Linazasoro

Aunque no entran en el panel, porque prefirieron no dar nombres, destacados constituconalistas entregaron sus criterios a la hora de elegir al grupo de expertos

“Hay muchas personas muy capaces y en todo el espectro político. Lo indispensable es que haya calidad técnica de los expertos, idoneidad profesional, que sepan en lo concreto qué es una Constitución y, para ello, deben tener publicaciones, participación en seminarios, pero también algún ejercicio práctico donde la Constitución se aplique, que no sean solo teóricos”, dice el constitucionalista y exministro Mario Fernández.

El exconvencional Cristián Viera, agrega que deben tener una “indiscutible trayectoria profesional, técnica y/o académica”. Y agrega que el criterio “es tan abierto que, me temo, se corre el riesgo de producir un efecto similar a lo que ocurre con la designación de autoridades a cargo del sistema político: no es la capacidad técnica o curricular, sino que el compromiso político”.

Dice que lo esperable es que los expertos “sean genuinamente conocedores del derecho constitucional y la teoría política, que sea respaldado con evidencia. Pero además, que tengan un espíritu de ingratitud con quienes los designan, es decir, que estén comprometidos genuinamente con el interés de la República más que con la defensa de los particulares intereses de quienes los designan”.

Izaskun Linazasoro, académica de derecho de la U. de Chile, agrega que esta es una oportunidad además para renovar los protagonistas de estos temas: “Me parece sorprendente que surjan los mismos candidatos de siempre. Pienso que este salto generacional se terminará dando precisamente por la incorporación de la paridad, cuando pensamos en expertos, pensamos en hombres con una larga trayectoria, pero cuando pensamos en mujeres, ya ampliamos el foco (...) Me parece algo necesario: serán las nuevas generaciones las que vivirán los efectos de la implementación de una nueva Constitución”.

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