Doctor en Ciencia Política y profesor UDP, Fernando Rosenblatt se ha especializado en el estudio de partidos políticos. Explica así el crecimiento del PDG: “Surgen en un contexto de fragmentación del sistema de partidos chilenos. El PDG, eso sí, es solo un vehículo electoral, un grupo de candidatos que se presenta a elecciones. Para ser un partido como tal, deben lograr una coordinación horizontal entre sus líderes en cargos, y eso está por verse; y ser capaces de agregar verticalmente intereses de actores, pero no está claro a quién representan. Están lejos de ser un partido como tal. Tienen un perfil ideológico de baja intensidad; centroderecha, pero pragmática.

—¿Por qué lograron ser más eficientes que la Lista del Pueblo?

—Por el peso del líder (Franco Parisi). Es un partido con un dueño que controla, y hace más fácil la coordinación. El asunto es dar paso a una estructura más compleja.

—Diputados le reclaman al PDG desestimar acuerdos según la opinión online de sus bases. ¿Cómo describe usted su estilo?

—Hay otras experiencias de partido digital: el Partido Pirata en Suecia, o Podemos en España. Pero los partidos que generan plataformas teóricamente de participación, en definitiva terminan reforzando el poder de los líderes, porque más allá de que la tecnología facilita la posibilidad de expresión, la clave es cuáles son las reglas de esas dinámicas para efectivamente darle una voz eficaz a quienes se involucran. Autores hablan de participación controlada: se habilita el espacio para hablar, pero eso no tiene consecuencias sobre las decisiones.

—¿Un partido así, como el PDG, debilita el sistema político?

—Efectivamente vehículos electorales de esta naturaleza representan un desafío para la democracia, porque no está clara su estabilidad en el tiempo.

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Giran según los vientos del oportunismo y cuotas de poder”.

Leonardo Soto, diputado PS

Solo escuchar al Twitter tiene rasgos populistas”.

Eric Aedo, diputado DC

La confianza se construye si los acuerdos de respetan”.

Catalina Pérez, diputada RD

En algunos ministerios recordaron esta semana la molestia de la exministra Izkia Siches por la votación del Partido de la Gente (PDG) en la acusación constitucional en su contra, que se votó en julio. Se habían reunido y estaban trabajando en un vínculo estable, pero aún así esa bancada apoyó el recurso del Partido Republicano, pese a que habían comprometido no hacerlo, sostienen fuentes de Gobierno. ¿Por qué el déja vu? Hoy, el partido de Franco Parisi, que llegó a la Cámara hace 7 meses, dialoga con Chile Vamos para evaluar un nuevo acuerdo de derecha por la presidencia de la corporación, con el argumento de que no podrían respetar el pacto que sellaron con el oficialismo en marzo si es Karol Cariola (PC) la carta.

Esgrimen que las condiciones han variado, al saber sido Cariola jefa de campaña de la opción derrotada (Apruebo), cuando la tradición usual es que el acuerdo se respeta independiente de posturas políticas. A nadie en el Gobierno le extrañó, tras experimentar constantes vaivenes del PDG en mútiples intentos de sellar acuerdos. Por ejemplo, en los Estados de Excepción en La Araucanía: pese a haber comprometido apoyos —afirman las mismas fuentes—, luego los PDG anunciaron su voto en contra, tras formar la diputada Yovana Ahumada una bancada nortina con José Miguel Castro (RN). El grupo condicionó su voto a que la medida también se decretara en el norte, pero finalmente solo Ahumada rechazó, y Castro se abstuvo.

Tras esos episodios, la entonces jefa de gabinete de Siches y hoy ministra Segpres, Ana Lya Uriarte, intentó un avenimiento, en una reunión con Ahumada que organizó el jefe de bancada DC Eric Aedo. Después, La Moneda apoyó el proyecto PDG para el feriado del 16 de septiembre, Uriarte se juntó con ellos la semana pasada, el ministro Mario Marcel (Hacienda) los recibió, y el diputado PDG Rubén Oyarzo ha sido considerado en el diálogo por pensiones. En todas las reuniones, expresan disposición a acuerdos.

Pero días después de esa ronda, mientras Ahumada declaraba públicamente que primero evaluarían alternativas con el oficialismo y el diputado PC Boris Barrera reforzaba así que el PDG le había dicho que no rompería el acuerdo, 2 parlamentarios del partido (Víctor Pino y Gaspar Rivas) decían a La Segunda que evalúan pactar con la derecha, lo que en el Congreso se atribuye a buscar ganar influencia y capitalizar el triunfo del Rechazo, lejos de la izquierda. Para varios, el espacio más natural del PDG es en la derecha (apoyaron a Kast en segunda vuelta).

En La Moneda se resignan así a ser realistas sobre cuánto esperar de ellos. “No hay opción de entenderse institucional y orgánicamente, porque no tienen una doctrina única”, explican.

La bancada de 9 diputados mezcla a adherentes previos de Parisi, como Ahumada; a un obispo mormón como Pino; a un activista por mejoras en el camino a Melipilla que apoyó a Christian Vittori (exDC), como Oyarzo; hasta Gaspar Rivas, quien salió de RN por considerarlo “muy conservador”, y luego se integró a un grupo socialpatriota. Entre los 3 independientes que se sumaron después, el tránsito es vasto: está Francisco Pulgar, forense que salía en matinales y que compitió por el partido del “Dr. File”, panelista de conspiraciones en TV; y Gloria Naveillán, ex-APRA en La Araucanía.

Aún así, desde Segpres transmiten que Uriarte busca una relación cercana con el PDG, pues lo considera necesario.

“Creemos en libertad de acción” v/s “partido veleta”

Sobre el mismo acuerdo de la Cámara no tienen consenso: Ahumada, Pino y Rivas están por explorar con la derecha, mientras Oyarzo y Karen Medina piden respetarlo. “Creemos en la libertad de acción para escuchar a todos”, dice Oyarzo.

La reticencia a apoyar a Cariola la justifican en reclamos con el nombre de la diputada que recibirían de su militancia vía canales digitales. Su propuesta constitucional la entregaron más tarde: esperaron una consulta online a sus bases. Es esa su usanza: evitan comprometerse hasta hacer esos sondeos, o atribuirle a ellos sus giros, reclaman diputados. “Uno se reúne, les explica algo, dicen ‘ah, de acuerdo, comprendo', pero luego miran Twitter o Whatsapp, vuelven a leer los slogan y giran”, afirma un asesor de Gobierno.

“Si rompen el acuerdo, quedará claro que son un partido veleta, que gira de lado a lado según los vientos del oportunismo y pequeñas cuotas de poder”, afirma el diputado PS Leonardo Soto, mientras Aedo añade: “Como consultan online, van adaptándose al sentir de las personas en un momento, no a una convicción. Escuchar splo Twitter tiene rasgos populistas”.

Oyarzo responde: “Nuestra convicción es escuchar a la gente. Si el populismo es escuchar a los que en 30 años no han sido representados por quienes han beneficiado intereses propios, prefiero ser populista a ser un partido tradicional”. Ahumada añade: “No nos complica conversar con izquierda o derecha. Escuchamos a nuestra gente, eso es cambiar la política. Que vayamos donde calienta el sol, no es así”.

Fragmentación del centro: Cancha para mensaje populista

La elección de 6 diputados vino de la mano del tercer lugar de Parisi en la presidencial (12,8%), y hoy tienen 9 mientras otros partidos más cerca del centro se desgranan: la DC bajó a 8 y enfrenta una fuga de militantes hacia Amarillos y posiblemente de senadores, y el PPD quedó con 3 ante una rebelión de 6 independientes que dejaron su comité. Hoy el PDG es el partido con más militantes: 46.138.

Consolidar una orgánica nacional ha obedecido, explican analistas, a que se afirmaron en los bastiones de Parisi con un discurso “antipolítica”, causas sencillas y efectistas; para varios diputados, de frentón populistas, similares al movimiento italiano 5 Estrellas. Entre sus ofensivas, están:

lMano dura con migrantes: Ahumada señala que plantearon un proyecto para que “sea realmente delito ingresar de manera ilegal”, pero en el Ejecutivo explican que lo que el PDG les ha pedido es que los migrantes no tengan los mismos derechos que los chilenos. Y se opusieron a renovar un convenio para que funcione la oficina ONU de DD.HH. en Chile, aduciendo que favorecía olas migratorias.

lAutopréstamo de AFP: piden un autopréstamo de los fondos de pensiones como alternativa a retiros, y devolver el IVA a sectores vulnerables vía bonos.

l“Sheriff” en seguridad: Rivas se autodenominó así y comprometió combatir el crimen con sus propias manos y “dar la vida”. Plantean aumentar penas ante violencia escolar y en comercios, e integrar Carabineros al servicio militar.

l“No a la intervención de la ONU y su agenda 2030”: eso aseveró Ahumada, al presentar la propuesta PDG para un nuevo proceso constituyente. Bárbara Sepúlveda (PC) acusó “teorías de la conspiración” y llamó al partido a “educar a sus militantes”, mientras el Gobierno les explicaba que la ONU solo había brindado asistencia técnica. Ahumada explica ahora que se debe impedir que el organismo “ponga su agenda por delante de los intereses de los chilenos”. Consultada específicamente por cuál agenda, contesta: “En general, porque la ONU está involucrada en muchas acciones, educacionales, tema productivo, medioambiental”.

¿Pero hasta dónde llegan en la opinión pública? En la penúltima encuesta Cadem, el PDG fue el partido que más identificación generó: 11% (14% en los de derecha, 19% en el centro y 8% en izquierda).

En Activa, los números han sido algo distintos, advierte su director Ramón Cavieres. “Nuestros datos sitúan al PDG con 3,9%, en gente sin posición política, segmentos medios-bajos. Pero con voto obligatorio puede haber una masa fácilmente persuadible con elementos populistas. El PDG tienes esos aires: ofrece soluciones rápidas y efectistas a grandes problemas, con mensajes genéricos”.

¿Qué puede hacer La Moneda ante el rol bisagra del PDG?

El “dolor de cabeza” que ha significado el PDG se transformaría en una derrota de proporciones si se configura una mesa de la Cámara opositora, por lo cual Uriarte activó gestiones con esa bancada. Todo mientras el PDG formó con Amarillos, DC e ind. RN una mesa constitucional paralela como señal de fuerza, enredando el diálogo; algunos temen que la tónica afecte el funcionamiento de la Cámara. “Es bien negativo que llaneros solitarios estén influyendo”, advierte el diputado PS, Tomás de Rementería. La RD Catalina Pérez añade: “La confianza se construye en la medida en que los acuerdos se respetan”.

Hoy, el PDG se ve tentado por una oferta de Chile Vamos que implica más cupos y poder: que asuman ahora la presidencia y por 1 año, mientras con el oficialismo tienen 8 meses y en 2024. Pero a los PDG que se oponen a romper el acuerdo les preocupa que si cierran puertas con el Gobierno —que finalmente validó su rol como interlocutores en la Cámara—, pierdan poder de negociación al ya no poder “jugar a 2 bandas”. “Somos un partido bisagra, de centro. Si nos cazamos con un sector, no lo conseguimos”, dice Oyarzo.

“¿Están acá o allá?”, será el mensaje con que el oficialismo los presionará, enrostrándoles que sus ofensivas suelen ser con la derecha. “El PDG es naturalmente un partido joven, está buscando su lugar”, explica Andrés Jouannet (Amarillos).

El peso de cómo se pueda sostener el acuerdo —afirman en el oficialismo—, estará en qué pueda ofrecer La Moneda al PDG. El primer tema en la lista es el autopréstamo, que complicaba inicialmente a La Moneda por el fantasma de los retiros, y que abordaron con Uriarte. En las tratativas por pensiones se ha planteado acogerlo a cambio de los votos para la reforma, aunque en La Moneda hay versiones disímiles sobre si se evalúa o no, y siempre con un mecanismo acotado.

“Buscamos que el diálogo se traduzca en cosas concretas, porque estamos aportando cosas que pide la gente, espero que el Gobierno se dé cuenta”, dice Ahumada. Oyarzo es más duro: “Hemos tenido reuniones, pero quedan solo en eso”.

Parisi entrevistó a Pamela Jiles en su programa Bad Boys, que realiza junto a los publicistas de su campaña Giancarlo Barbagelata y Juan Marcelo Valenzuela, y el comunicador Pedro Gubernatti.

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“¿Dónde está el PDG? Esos van a ser mis amigos”, preguntaba la diputada Pamela Jiles en el hemiciclo, el 11 de marzo, luego de que en febrero se reuniera con el presidente del partido, Luis Antonio Moreno. Mientras los diputados PDG se sintieron algo desafectados con Parisi luego de que no llegó a Chile en campaña, con ella han trabado cercanías: sus oficinas están en el mismo Quinto Piso, ellos le firmaron el Sexto Retiro, y ella devolvió la mano suscribiendo la acusación a Andrés Allamand y otros proyectos.

No extrañó así que Jiles fuera invitada la semana pasada a Bad Boys, el programa online de Parisi. “¿Podríamos estar viendo 2 candidatos presidenciales en un mismo panel?”, bromeó Parisi, pese a las aparentes distancias con el perfil de izquierda de Jiles. “Pasa que con el PDG coincidimos en que ellos escuchan a la gente”, afirman en el entorno de Jiles.

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