El tradicional modelo lineal de producción —extraer, fabricar, consumir, desechar— está quedando atrás. Hoy, la apuesta es avanzar hacia uno circular que permita valorizar los residuos para transformarlos en nuevos productos y materiales que reingresan a la economía como materias primas.

Es precisamente en esta línea en la cual trabaja Coca-Cola, que en 2018 y como parte de la iniciativa “Un mundo sin residuos” asumió el desafío de, a 2030, lograr recuperar el 100% del plástico que ingresa al comercio.

El tema cobra relevancia si se considera que —según el 2° Estudio sobre Reciclaje de Plásticos en Chile, realizado por la Asociación Gremial de Industriales del Plástico de Chile (Asipla)— en 2020 se consumieron 970.000 toneladas de plásticos, de las cuales se reciclaron 92.716 tons/año, equivalentes a 9,6% del consumo. Y del tipo de resinas recicladas, el PET fue el plástico que más se valorizó a nivel domiciliario, con 80% (10.290 tons/año).

Consciente de la necesidad de avanzar en esta tasa de recuperación, el 98% del portafolio de productos de Coca-Cola es 100% reciclable y la ciudadanía lo puede reconocer por el símbolo de reciclaje, que contiene el número 1 y dice PET, que es el de mayor reciclabilidad.

“Es muy importante que toda la ciudadanía nos ayude en el logro de esta meta, que elijan siempre empaques reciclables y que separen sus residuos para permitirles una nueva vida. Nada de esto resulta si no nos comprometemos todos por una economía circular”, explica Valentina González, gerente de Asuntos Públicos, Sustentabilidad y Comunicaciones de Coca-Cola Chile.

Pero el trabajo colaborativo es esencial para avanzar en una tarea de esta magnitud. De ahí que Coca-Cola selló una alianza con la Fundación La Ciudad Posible para conocer, potenciar y fortalecer el trabajo que realiza toda la cadena de valor que hace posible el reciclaje y que contempla desde la labor que se realiza en las casas, pasando por los recicladores de base, gestores y valorizadores.

Mejorar cifras

Esta alianza dio origen a la iniciativa “Conecta, Recicla y Colabora”, que busca evitar que material reciclado llegue a vertederos o rellenos sanitarios. En este proceso interviene, entre otras, la compañía de manejo de residuos Ecomax, que recupera las botellas de posconsumo desde Arica a Puerto Montt.

Rodolfo Barriga, fundador de Ecomax, explica que las botellas se seleccionan, se segregan por tipo de material, color, y van a un proceso de compactado. Luego, se trasladan a una planta valorizadora, donde pasan por máquinas que forman láminas para la fabricación de nuevos productos, como por ejemplo, potes de frutas, dando así una nueva vida al plástico PET.

El proyecto, comenta Mayling Yuen, directora en Chile de la Fundación La Ciudad Posible, tiene como eje la articulación público-privada; es decir, visilizar lo que ya existe y funciona como parte de la cadena de reciclaje, pero también potenciar el aprendizaje que permite que este proceso se desarrolle exitosamente.

“Hay gente que está muy motivada y queremos relevar eso, porque están dispuestos a compartir ese aprendizaje. Por ejemplo, vemos cómo el gestor de Arica armó su enfardadora y compartió eso con un gestor en el sur de Chile y están viendo cómo pueden colaborar y hacer una mejor gestión”, explica la ejecutiva de La Ciudad Posible.

En este contexto, el programa “Conecta, Recicla y Colabora” identificó a más de 50 organizaciones que recolectaban botellas plásticas de bebidas, aguas y jugos (PET) a lo largo de Chile, a las cuales se les facilitaron herramientas para el reciclaje como triciclos, máquinas compactadoras, jaulas de recolección e, incluso camiones.

“Hemos apoyado distintas iniciativas de entrega de equipamiento a recicladores, de capacitación a la ciudadanía, de educación en materia de reciclaje. Hemos sensibilizado a 12 mil familias, porque la cadena de reciclaje es mucho más que la acción de una sola persona, sino que involucra toda una historia desde qué es lo que sucede en nuestras casas, qué es lo que hace el reciclador de base y cómo este ciclo de vida se alarga y cómo logramos darle más de una vida a los productos que utilizamos”, afirma Valentina González.

Es que la meta para fin de año no es menor: sumar 1.050 toneladas nuevas de PET al sistema de reciclaje, a través del trabajo de 15 grandes y pequeños gestores y municipios, distribuidos en 20 ciudades de 10 regiones del país.

Brechas

Este trabajo a lo largo del país les ha permitido identificar las necesidades que existen en la cadena de reciclaje necesidades en las distintas zonas del país y que aumentan a medida que se alejan de la zona central de Chile.

La primera conclusión de esta labor, detalla la directora en Chile de la Fundación La Ciudad Posible, es que “Chile no está tan preparado” para las metas globales de recuperación que supone la Ley REP, porque “la mayoría de las valorizadoras están en el centro del país. Entonces, es muy costoso traer el material desde los extremos del país. Eso genera un obstáculo para que los mismos negocios funcionen”

Asimismo ha costado instalar el concepto de que el servicio de retiro de residuos no es un servicio, sino que tiene un costo que debe ser pagado.

“Eso se logró instalar en la Región Metropolitana y en las zonas cercanas, pero, a medida que uno se va alejando y que es más costosa la logística, no existe el pago por servicio; entonces es muy importante que se visibilice que el reciclaje es un servicio que se tiene que pagar, que hay alguien detrás y que solo con vender el material no se paga su trabajo. Tenemos que avanzar en trabajos dignos y formales”, precisa.

Otro punto en el cual se debe avanzar es en facilitar la tarea del reciclaje, porque muchas veces las personas quieren reciclar, pero —detalla Mayling Yuen— “no siempre están los servicios adecuados. Las encuestas del Ministerio de Medio Ambiente lo reflejan: las personas no siempre están dispuestas a caminar (hasta encontrar un punto de reciclaje), no conocen dónde ni cómo hacerlo”.

“La educación es muy importante y el acceder a ese servicio, el apoyar a los municipios, y a los gestores para que puedan cumplir con ese rol es muy importante, el rol de productores como Coca-Cola y de todas las normativas y leyes que promuevan el reciclaje en el país”, afirma.

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