Me llamaron de la comandancia en jefe y estando con licencia, con parte de mis intestinos fuera de mi cuerpo, concurrí y por iniciativa mía presenté la renuncia”.

El tercer hombre del Ejército, general de División Guillermo Paiva Hernández, es del Arma de Infantería. Sus especialidades son de Oficial de Estado Mayor, Inteligencia y Paracaidista. Además es profesor en Seguridad Militar e Inteligencia.

Dentro de su carrera —que incluye entre otros mandos la Dirección de Inteligencia del Ejército— se cuenta un paso por la agregaduría Militar de Chile en Perú. “Para mí fue una experiencia enriquecedora, aprendí a conocer y querer al pueblo peruano, tenemos muchos valores y costumbres en común”, recuerda en una conversación exclusiva con La Segunda. Y agrega: “En mi gestión como agregado militar logramos acuerdos, medidas de cooperación y confianza mutua, intercambios profesionales, reuniones bilaterales y otras medidas de acercamiento inéditas entre ambos Ejércitos”.

Tras haber presentado su renuncia ayer, tras la crisis por el hackeo al Estado Mayor Conjunto, dice que del Ejército se lleva “el permanente apoyo, lealtad y amistad profesional que siempre cultivé con mis subordinados, la guía y orientación de los buenos y recordados Comandantes que tuve y sobre todo el agradecimiento y el cariño de esos miles de chilenos y chilenas que de alguna forma pude ayudar en mis cuarenta años en esta gran institución llamada Ejército de Chile”.

El dimitido jefe del EMCO cuenta que cuando ocurrió la principal fuga de información, en mayo, él se encontraba en comisión de servicio fuera del país.

Ahora está con licencia médica: “Hace 15 días fui operado urgentemente de diverticulitis, me sacaron 30 centímetros del intestino grueso”, relata el uniformado desde su domicilio.

“Renuncié por la responsabilidad del mando”

—¿Cómo se gestó todo ayer?

—Me llamaron de la Comandancia en Jefe, y estando con licencia, con parte de mis intestinos fuera de mi cuerpo, concurrí y por iniciativa mía presenté la renuncia.

—¿Qué motivo tuvo para presentar su renuncia?

—Mi renuncia fue producto de mi responsabilidad de mando.

—¿Usted había advertido a su superior del ministerio de Defensa que existía un riesgo en esta materia?

—No voy a responder eso… por ahora.

—¿Qué le parece que la vicepresidenta de la República, Carolina Tohá, dijera anoche en Chilevisión que su renuncia es por responsabilidad de mando y que la filtración “no estaba comunicada ni al ministerio ni a ninguna autoridad del EMCO”, y que solo se avisaron las vulnerabilidades a la seguridad?

—Eso ya está judicializado y es parte de una investigación sumaria en curso. Por tanto, no puedo entregar información al respecto.

—¿Intentó tomar medidas para prevenir este problema?

—Sí, se tomaron medidas, se buscó financiamiento y se obtuvo para aplicar dichas medidas de resguardo.

—¿Qué pasó entonces?

—Lo que pasó es lo que involucra mi renuncia, mi responsabilidad de mando.

—¿Por qué se filtraron igual los documentos?

—No tengo mayores antecedentes, porque no tengo la expertise técnica, pero se produjo una falla en los sistemas de seguridad que permitieron el acceso de los hackers.

—¿Se va tranquilo tras haber renunciado?

—Me voy completamente tranquilo, me voy con la frente muy en alto y me voy con el cariño de la gente que supo en algún momento valorar mi trabajo, y que hasta el día de hoy me escribe y me llama dando muestras de afecto y de apoyo. Eso es lo más importante.

—¿Conoció de lealtades en el mundo militar en este momento difícil?

—De mi personal subalterno al 100%.

—¿Y de los de más arriba?

—De mi personal subalterno me voy a referir solamente.

—¿Qué mensaje le da a sus subalternos que se quedan ahí?

—Les diría que lo que les debe seguir iluminando, tal cual ha sido hasta ahora, es el cumplimiento del deber, el amor a Chile y el honor que debe tener todo militar.

—¿Qué impresión se lleva usted de la ministra de Defensa?

—No me voy a referir al respecto.

—¿Siente que no se le apoyó como correspondía?

—Yo siempre he tenido el apoyo de mis subalternos. Para mí con eso es suficiente.

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Las tres ramas de las Fuerzas Armadas, con funcionarios designados exclusivamente para ello, se encuentran revisando los documentos y la información de los casi 400 mil correos electrónicos del Estado Mayor Conjunto (EMCO), que fuera víctima de un ataque cibernético conocido en los últimos días.

Lo que se sabe hasta ahora es que la filtración en manos de un grupo de hackers llamado “Guacamaya”, incluyó el equivalente a 10 terabytes de emails de organizaciones militares y policiales de distintas partes de Centro y Sudamérica.

Los miles de archivos, que en el caso chileno no incluyen imágenes ni registros de audios, se deben dejar en cuarentena para evitar contaminación de virus en los soportes técnicos a cargo de la revisión. A medida que avanza el trabajo, comentan fuentes conocedoras, el escenario que se prevé es crítico.

Control de daños

En el Gobierno, principalmente en el Ministerio de Defensa, las conversaciones se extendieron hasta tarde ayer y hoy a primera hora se reanudaron.

Aunque reconocen en el Ejecutivo que por ahora se ha analizado la responsabilidad del ex Jefe del Estado Mayor Conjunto, Guillermo Paiva, quien renunció ayer a su cargo, también se ha explorado hasta dónde podría arrastrase la negligencia con la que se actuó.

Por eso, desde La Moneda se hizo trascender a algunos medios que había indicios de que la vulnerabilidad informática se venía advirtiendo desde el 2021, lo que podría traer nuevas consecuencias, pues el jefe del EMCO en el gobierno de Sebastián Piñera era el actual Comandante en Jefe del Ejército, Javier Iturriaga del Campo. Lo que despertó la molestia en la institución.

La Ministra del Interior, Carolina Tohá, fue categórica ayer -en una entrevista a Chilevisión- sobre la responsabilidad, por ahora, de Paiva en el tema. “La filtración no estaba comunicada, ni al Ministerio (Defensa) ni a ninguna autoridad fuera del Estado Mayor. Lo que estaba avisado es que había vulnerabilidad de la seguridad y en virtud de aquello, el ministerio tomó medidas, como el mejoramiento al sistema de seguridad informático. Pero cuando se informó de estas vulnerabilidades, no se informó del hackeo y el hackeo ya se había producido. O sea posterior al hackeo se avisó de las vulnerabilidades”. Sobre otras responsabilidades, señaló, “lo que puedo decir es que en la información de las vulnerabilidades no se informó sobre el hackeo”.

Tohá fue cauta, reforzó que había una indagatoria en curso, pero sí reconoció que la filtración de casi 400 mil correos electrónicos a través de un ataque a los servidos del EMCO era delicada. “Si estamos viviendo esta situación es porque hay cosas que fallaron”.

Situación de Fernández

El control de daños respecto a la responsabilidad de la ministra de Defensa Maya Fernández también es algo que preocupa en el Ejecutivo, y ya comenzaron a realizar sondeos entre los parlamentarios de oposición.

Respecto al tema, el jefe de la bancada UDI, Jorge Alessandri, lo descartó. “La filtración con información potencialmente sensible es un tema de Estado, que va mucho más allá de los gobiernos. Que el EMCO sea fácil de atacar nos tiene que preocupar más allá de los gobiernos de turno. Por otra parte, ver si hay responsabilidad administrativas en los problemas de Estado”.

Jorge Brito (RD), miembro de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, apunta a otra instancia. “Todo indica que habría existido un hackeo de lo cual habría habido una filtración con mucha información sensible, que pone en riesgo el sistema de Defensa Nacional. Es por eso que nos vamos a constituir y vamos a buscar las responsabilidades en esta materia. Si es que esta filtración ocurrió hace un tiempo atrás y no se reportó en su momento, entonces estaríamos ante una grave infracción al Código de Justicia Militar”, sostuvo.

La ministra Fernández informó ayer, a través de un comunicado de prensa, que instruyó una investigación sumaria administrativa al interior del EMCO. Además de oficiar al Ministerio Público Militar para hacerse parte de la investigación. “Realizamos una denuncia al Segundo Juzgado Militar para la indagación de los hechos y oficiamos al CDE para que asuma la representación del Ministerio de Defensa en las investigaciones que correspondan”, dijo.

“Un festín para analistas”

El ex director de Inteligencia de la Armada, Óscar Aranda, afirma que “lo que pasó parece ser que hubo una falla en la gestión de la información provista por el proveedor de correo, que avisó de un problema el año 2021 y por algún motivo en mayo de este año, explotando esa vulnerabilidad hubo una brecha. Falla de gestión más que de tecnología. Hay que considerar que este no es el primer evento de este tipo que afecta al Emco. Aparentemente las instituciones de las FFAA no pasan por estos problemas, entonces algo estaría pasando específicamente en el EMCO. El asunto es bastante grave. La información divulgada contiene datos personales (calificaciones, por ejemplo), detalles de proyectos, información de redes, evidencia la manera de operar, permite conocer datos de personal, disposición de medios operativos, etc. Un festín para analistas de inteligencia”.

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