El presidente del Senado Álvaro Elizalde ni siquiera había llegado aún a su oficina en el ExCongreso a seguir los resultados cuando a las 18:10 horas La Moneda ya había transmitido a él y el presidente de la Cámara Raúl Soto (PPD) un claro mensaje: el plebiscito estaba casi perdido, y se debían activar las conversaciones acordar una nueva Convención. Elizalde pasó a la sede PS primero, y mientras Soto lo esperaba recibió la visita del jefe de bancada DC Eric Aedo (Rechazo).

Se activaban los diálogos antes de que incluso Elizalde llegara a las 19:40 a reunirse con Soto, para acordar para el martes una cita transversal en el Congreso.

El diseño original del Presidente Boric —afirman altas fuentes oficialistas— era intentar que esta semana saliera algún esbozo de acuerdo, tras realizar él su ajuste ministerial. Incluso en la DC por el Rechazo veían con buenos ojos que fuese Boric quien fijara una ruta clara anoche para “cobrarle la palabra” a Chile Vamos para una nueva Convención: así lo habían transmitido el senador DC Matías Walker al subsecretario Manuel Monsalve y la vocera Camila Vallejo, entre otros canales.

Pero la magnitud de la derrota dejó a Boric sin margen: los líderes de Chile Vamos Javier Macaya (UDI) y Francisco Chahuán (RN) le pidieron aplazar la reunión para la que los convocaba hoy. La preocupación principal de La Moneda era una foto para evitar que el liderazgo del mandatario tambalee, pero un senador de Chile Vamos explica que es el oficialismo el que debe primero ordenar la casa y asumir el golpe, antes de ellos “dar aire”.

Con La Moneda contra el tiempo, además, Chile Vamos gana margen de negociación. “Es importante que el Gobierno primero haga un reconocimiento de por qué un texto que iba a ser la casa de todos fue rechazado con enorme votación”, afirmó el senador de Evópoli, Luciano Cruz-Coke. Incluso en el oficialismo preocupaba que Chile Vamos se desdijera de su compromiso con una nueva Constitución, pero Macaya lo reafirmó.

Sin posición de de presionar, el Presidente pausó así los plazos: indicó que esta semana se ocupará en conversaciones, aunque en la UDI tampoco están por dilatarlo en exceso. “Ojalá esto sea luego. No digo tampoco que en una semana”, asumió el senador PPD Ricardo Lagos Weber.

Mientras, por el estado de shock, el único mensaje que llegaba de La Moneda al PS-PPD era pedirles evitar los “cuchillos largos” hacia el FA-PC. “Al Gobierno le advertimos en marzo que si no se moderaba el texto, íbamos a perder. Y los convencionales PS se lo dijeron a Jaime Bassa, y él respondió ‘es que ustedes son muy conservadores”, relata un alto dirigente PS. En contraparte, la centroizquierda pidió que el FA no los culpe por sus críticas al proceso. Pero más allá de la catársis por los más de 20 puntos de distancia, el guión ya estaba pre-cocinado.

El trío Elizalde-Macaya-Walker

Sigilosamente, 5 días antes del plebiscito, los senadores PS-PPD se reunieron en un almuerzo. Estaban Elizalde (PS), y el jefe del comité PPD, Jaime Quintana, entre otros líderes que habían abierto conversaciones para ir cotejando posturas y límites de cada bancada para una nueva Convención si ganaba el Rechazo.

Aunque el PPD y la DC planteaban que el acuerdo debía ser “en un par de días, a lo 15 de noviembre” para evitar la incertidumbre antes del 11 de septiembre, para varios PS los plazos debían ser más largos para concretar primero el cambio de gabinete, dado que piezas del comité político (Izkia Siches y Giorgio Jackson) ya están desgastadas y se debía evitar un “vacío de poder peligroso”.

Más allá de que Boric estaba consciente de que el ajuste debe ser rápido, el cálculo PS era otro: clave para las negociaciones venideras será si el Presidente accede a su demanda de una presencia igualitaria entre el Socialismo Democrático (PS-PPD) y Apruebo Dignidad (FA-PC) en el comité político, admiten 2 senadores y un alto dirigente del partido. “Si el PS entra fuerte al gabinete, queda más comprometido con Boric para considerar la aspiración del FA de no morigerar demasiado la participación de independientes e indígenas en la Convención. Si no, habrá desafección, y un acuerdo armado desde la UDI al PS, y un quiebre con el FA”, explica un senador PS.

Para esos ítems, hoy solo existe la propuesta PPD, redactada por el exministro Jorge Insunza, tras una cena en el Café Torres el 16 de agosto, entre Quintana, el presidente de la Cámara Raúl Soto, y la líder PPD Natalia Piergentili. “Debemos promover un nuevo proceso, pero tomando lecciones del resultado”, dijo de hecho Elizalde en sus reacciones de anoche, dando cuenta del piso político que existe para eliminar listas de independientes y acotar escaños indígenas (ver recuadro).

Además de sus fluidos nexos con La Moneda, el senador PS ya tendió puentes con los senadores del Rechazo. Con Walker (DC), ya estuvieron alineados en que avanzara el proyecto DC para bajar el quorum de reforma a la actual Constitución a 4/7. Para el PS, además, el puente con la DC es útil para contrapesar a la izquierda FA-PC.

Con Chile Vamos, el principal nexo del líder del Senado es Macaya, con quien tenían confianzas desde el acuerdo UDI-PS para la testera. Macaya se consolidó como articulador de su sector tras “dar por muerta” la Constitución de 1980; y además, se ha coordinado con los DC por el Rechazo para apoyar los 4/7 y cederles el protagonismo de la campaña. “Él contuvo constantemente a los UDI que querían aparecer”, valora un DC.

Al líder UDI le juega a favor, además, su puente directo con Boric, aunque el presidente RN Francisco Chahuán de todos modos tendrá un rol, pues lidera la bancada más grande (12 v/s 9 UDI). También aumentó su influencia Cruz-Coke.

Ante el mayor margen de negociación que tiene la derecha ahora, Boric intentó de todos modos amarrarlos con los cambios: en Chile Vamos incluso se abrió el apetito de vincular la negociación de un nuevo proceso a que el Gobierno deba hacer concesiones a sus reformas eje. “Ganó el sentido común, perdió el maximalismo. Llamo al Gobierno a cambiar la agenda”, dijo Macaya en el comando del Rechazo. “No olvidemos por qué llegamos hasta aquí, ese malestar sigue latente”, contestó después Boric en cadena nacional, aunque admitiendo que se debe dejar “el maximalismo” para tener una nueva de “amplia mayoría”. En Chile Vamos no hay intención de dejar a Boric fuera de la foto, pero con protagonismo del Congreso.

A una línea similar apuntan los DC por el Rechazo (Walker y Ximena Rincón), que buscarán capitalizar en 2 frentes: reforzar que el apoyo parlamentario en terreno fue más clave que el de Amarillos (Walker y Rincón hicieron giras) y que fue la DC la que hizo que el Rechazo trascendiera Chile Vamos. La amplia brecha, eso sí, aumenta la tentación de la derecha por prescindir del protagonismo DC.

Y en los últimos días, las conversaciones sumaron un nuevo actor: el senador RD Juan Ignacio Latorre.

Cenas y cafés en la Cámara

El peso de Apruebo Dignidad en el Senado, de todos modos, es bajo (5 de 50 senadores) y no son necesarios para llegar a los 4/7; tampoco en la Cámara, pero ante su mayor fuerza ahí (37 de 155), se indica a esa corporación como “más representativa de la diversidad política actual”: así se conversó en una cena el 4 de julio, en el restaurant Portofino, convocada por Soto como presidente de la Cámara.

Esa vez, eso sí, esa convocatoria fue desde la UDI al PS, pasando por DC y PDG. Eran esas las fuerzas dispuestas a discutir desde ya el plan B si ganaba el Rechazo, y por sí solas juntaban 4/7. Luego, el presidente de la Cámara, y el diputado y vicepresidente PS Leonardo Soto, buscaron ampliar el arco hacia el FA. A Gonzalo Winter, se le vio entrando a la presidencia de la Cámara para reunirse con Raúl Soto, y este mismo se acercó al pupitre de Diego Ibáñez, diputado de Convergencia.

La aspiración frenteamplista de que una nueva Convención tenga reglas similares al primer proceso choca con el consenso de PS-PPD de eliminar listas independientes y reducir escaños indígenas, pero ya antes de la amplia derrota la coalición de Boric se abría a fórmulas intermedias para no quedarse debajo de un pacto que ya lograría los 4/7. En el PS hay disposición de incluirlos para no quebrar al oficialismo. “Pero tendrán que entender en qué lugar los puso el electorado”, acotan.

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