Un informe de la clasificadora de riesgo ICR –de Alvaro Clarke– puso en revisión el rating de la industria inmobiliaria y de la construcción, debido a que si bien los signos de desaceleración se vienen identificando desde hace varios meses, “consideramos que su persistencia se ha agudizado y, a la vez, se han ido incorporando nuevos factores de riesgo”.

Precisa que los costos de los materiales de construcción, según el Índice de Precios de Materiales e Insumos de Construcción del INE, subieron un 28,1% al comparar junio de 2021 con junio de 2022, sumando 15 meses con alzas de dos dígitos.

Mientras, se dificulta el acceso al financiamiento para el sector: un 81,8% de los bancos declara haber aumentado las restricciones para las empresas inmobiliarias y un 80% en el caso de las constructoras, de acuerdo a la Encuesta sobre Créditos Bancarios del segundo trimestre de 2022 del Banco Central.

El informe apunta a que la alta incertidumbre que afecta las variables económicas y el contexto político explican las desfavorables perspectivas de inversión. En su última actualización, la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) ajustó a la baja la variación anual para la proyección de inversión habitacional y de infraestructura, pasando desde una reducción del 3% hasta una del 6,6% en el escenario pesimista.

Promesas en caída

El alza de las tasas de interés y la reducción en los plazos de los créditos hipotecarios para los que quieren comprar una vivienda –agrega ICR– dan como resultado una caída en las promesas de compraventa.

Si en agosto del año pasado se registraron 15.098.000 UF en promesas en la Región Metropolitana a junio último cayeron a 6.716.000 UF, lo que implica una baja de 59%, según información publicada por InfoInmobiliario. La cifra del mes pasado es incluso menor a la posterior al estallido social, ya que entre noviembre de 2019 y febrero de 2020, las promesas alcanzaron a 7 millones y 8 millones de UF. El peor mes fue abril, en plena pandemia, con 4.606.000 UF. “Aún cuando existen inmobiliarias reportando altos niveles de facturación en 2022, se debe mayormente a promesas firmadas en años anteriores, por lo que es razonable proyectar que, para el corto y mediano plazo, el nivel de ingresos dé cuenta de claras presiones a la baja”.

Reorganización o quiebra

Producto de este panorama son varias las empresas que se han acogido a reorganización judicial: La Cruz, la segunda mayor constructora de viviendas sociales, de Daniel Hurtado, ex presidente de la Cámara de la Construcción, y Marcelo Garrido; Beltec, la más grande de la Quinta Región, de Santiago Lorca padre e hijo; Santa Fe, la constructora de Rodrigo González, Patricio Vivanco e Iván Rodríguez. Otras pidieron su liquidación voluntaria como la constructora GHG con casi 30 años de vida; Tapsa, una de las principales firmas de impermeabilizantes de Hugo a Iván Tapia. Pacal, la mayor constructora de viviendas sociales, del empresario Pablo Castro, logró llegar a un acuerdo con los bancos.

59%

cayeron las promesas de compra en un año en la Región Metropolitana

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La economía chilena registró un crecimiento nulo entre el primer y segundo trimestre, evidenciando las señales de brusca desaceleración que venían anticipando los economistas, según el Informe de Cuentas Nacionales del Banco Central.

Aunque frente al mismo trimestre del año pasado, la expansión de la actividad llegó al 5,4% entre abril y junio, también representó un freno respecto al 7,2% que había mostrado en los primeros tres meses del año.

La demanda interna fue el gran impulsor de la economía en el segundo trimestre del año, pues aumentó un 8,7%, gracias principalmente al consumo de los hogares y, en menor medida, a la inversión. En tanto, las exportaciones netas cayeron como resultado de un menor nivel de exportaciones y de un aumento en las importaciones.

La actividad comercial creció un 1% y la industria automotriz fue el principal motor. Sin embargo, llamaron la atención las caídas de la minería y el sector agropecuario-silvícola.

Economistas dan cuenta que estas cifras reflejan la brusca desaceleración que viene mostrando la actividad, que en el segundo semestre debiera empezar a mostrar cifras negativas de crecimiento entre trimestres y probablemente comparadas con los mismos periodos del año pasado. De ese modo, la economía terminaría creciendo este año en torno al 2%. Según el Banco Central, el PIB de Chile de este año debiera expandirse entre 1,5% y 2,25%.

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