"El Presidente chocó con la realidad. Conformar el Gobierno y ejercer como autoridad ha sido mucho más complejo de lo imaginado”

Paula Walker

ExSecom

Lo dijo hace poco más de dos semanas Jorge Correa Sutil: En los dichos de Gabriel Boric sobre temas constitucionales “hay claramente contradicciones”.

Lo advirtió Carlos Peña a fines de junio: “El Presidente Boric ejercita, mejor que nadie, la necesidad de construir frases y hacer gestos para edulcorar y disfrazar lo que realmente se piensa y se cree”.

Poco antes Daniel Mansuy había señalado: “Cabe notar la sorprendente velocidad del Primer Mandatario para cambiar el registro. Pocos días después del tono republicano de la Cuenta Pública, no tiene mayores escrúpulos en hablar como un activista (del Apruebo)”.

Y hace 11 días, José Antonio Neme, en la última entrevista de televisión que el Presidente dio a Mega, dijo en pantalla: “¿Cuántos giros más se va a dar el Gobierno antes de comprometer seriamente la confianza pública?”.

La pregunta puso de relieve la seguidilla de cambios de opinión –para algunos «volteretas», para otros «realismo político»- del mandatario en temas fundamentales para la gente: el conflicto en La Araucanía, delincuencia y seguridad pública, situación económica y asuntos constitucionales (ver gráfica).

¿Cuánto pierde en credibilidad? ¿Cómo afecta a su liderazgo?

Si bien hace meses no hay encuestas públicas sobre la credibilidad del Presidente, las cifras de aprobación en torno a su figura podrían dar señales.

En marzo, cuando asumió el cargo, Cadem mostraba que un 57% de la población tenía una “imagen positiva o muy positiva” del Mandatario, quien gozaba de un 50% de aprobación y 20% de desaprobación. En la última versión (del 3 al 5 de agosto) la aprobación es de un 35% y la desaprobación de un 56%.

Pulso Ciudadano (Activa) también lo registró: pasó de 46,5% de aprobación el 18 de marzo a 29,8% el 5 de agosto.

Y Criteria reafirmó la tendencia. En marzo, Boric tenía 42% de aprobación y 34% desaprobación; su última medición (27 de julio al 1 de agosto) indica 35% de aprobación y 54% de desaprobación. El deterioro más rápido de todos los presidentes, de Aylwin a la fecha.

“El Presidente chocó con la realidad. Conformar el Gobierno y ejercer como autoridad ha sido mucho más complejo de lo imaginado”, explica la exSecom, Paula Walker.

Pero además, incide su compromiso con la convención constituyente y el Apruebo en el plebiscito de salida.

¿Dónde están hoy sus apoyos? Según la última Activa, se concentran en los sectores de izquierda, aunque ha ido perdiendo apoyo incluso allí. De marzo a la fecha la aprobación en la izquierda cayó de 91,2% a 80,2%, mientras que en el centro bajó de 53,8% a 28,5%.

A nivel socioeconómico pasa algo parecido. En grupos socioeconómicos D y E, su respaldo pasó de 47,4% a 26,4%. Y cae la aprobación en todas las edades. Incluso, quienes más lo respaldan (jóvenes entre 18 y 30 años) bajan de 52,7% a 36,9%. Ni bonos, ni feriados, ni su empatía han revertido esta tendencia. Y ahora, ad portas de un posible anuncio de un acuerdo político de su coalición en torno a cambios a la nueva Constitución si gana el Apruebo, nuevamente pondrá a prueba su credibilidad y su capacidad para ordenar a sus aliados (incluyendo al PC).

Los dos relatos

“Hay dos relatos respecto de la consistencia del Presidente Boric”, advierte Cristián Valdivieso, socio-director de Criteria. Uno, explica, “es la mirada crítica con sus cambios de opinión, cuando la población siente que ese giro la perjudica. Por ejemplo, mientras era diputado estuvo a favor de los retiros de AFP y luego, como gobernante, se opone a ellos”.

El otro relato, dice, “es cuando los giros van en sintonía con lo que la gente espera y la gente siente que reconoce las demandas ciudadanas como importantes. Entonces, es visto como un Presidente capaz de reconocer errores y enmendar”.

-¿Y cuál relato predomina en Boric?

-La gente no quiere incertidumbre y quiere un liderazgo claro, pero prefiere un Presidente que enmiende algo que está en el sentido común de las personas.

Los tipos de giros

Walker agrega: “El Presidente aplica un pragmatismo político indispensable para gobernar: buscar mayorías y no hablarle solo a un nicho. Y es evidente cuando «insta» a los partidos de su coalición a mejorar el texto de la nueva Constitución por la amenaza de perder”.

No todos los giros presidenciales han sido por pragmatismo o «sentido común».

“El proyecto alternativo del Gobierno del quinto retiro fue asumir que otra cosa es con guitarra, fue pasar del paper de lo que te enseñaron en una universidad de EEUU a la realidad que vive la gente. Dejó en claro que el Socialismo Democrático tiene mucha experiencia en gobernar, y que el otro sector de Apruebo Dignidad experiencia en hacer papers... Al final, la realidad se impone”, dice Callís.

El historiador Cristián Pérez, académico de la UDP, recuerda que “al principio el Gobierno se mostró muy preocupado de establecer una nueva relación con el mundo indígena”. Varios ministros –Siches, Vallejo y Avila- se referían a la macrozona sur como «Wallmapu» y se habló de “desmilitarizarla”, levantar el Estado de Excepción. “El primer gesto de la ministra del Interior fue ir a visitarlos (a Temucuicui) y todos sabemos cómo terminó. Se han dado cuenta que no se puede gobernar sin realismo político”, agrega.

“Cuánto cruje la coalición”

En Seguridad Pública, señala el analista Pepe Auth, “es donde se ha visto con mayor fuerza el cambio de Boric. Partió en la segunda vuelta presidencial, cuando se dio cuenta que si no se hacía cargo de la demanda de orden público, no ganaría. Más que un giro brutal es una evolución”.

Advierte que “lo mismo va a ocurrir con lo económico. Los ministros no querían reunirse con el mundo empresarial y ahora piden reuniones con ellos. Y va a pasar también con la infantil postura antiglobalizante del Frente Amplio y los tratados TPP11 y con Europa”.

-¿Y en temas constitucionales?

-Boric ha tenido cambios sustanciales. Pasamos de «la Convención se defiende» a «discutamos el texto». Fue un cambio coopernicano.

Auth advierte que “el tema es cuánto lo sigue su coalición y cuánto cruje ésta en la medida que cambia el discurso. Es evidente que para los adversarios siempre serán «volteretas». Pero para los propios, dependerá de qué ala de los propios hablamos. Hace no muchos meses el PC Daniel Jadue le advirtió a Boric que si se movía un milímetro del programa lo tendría al frente como oposición, y se ha movido metros y probablemente se tenga que mover kilómetros”.

“¡Mira cómo terminó Piñera!”

Pérez plantea que “el Presidente ha ido adaptándose a la realidad. La situación de octubre de 2019 no es la misma que la de julio de 2022, hoy la gente quiere orden, tranquilidad y certeza”.

-¿Afecta su credibilidad?

-La gente quiere que el Gobierno le solucione sus problemas cotidianos. La credibilidad no se pierde si el cambio va a favor de lo que la gente quiere, al contrario ¡Mira cómo terminó el exPresidente Piñera: con un estallido social tremendo!

Axel Callís,analista político y director de Tu Influyes, lo ratifica: “Pasamos de Piñera, quien nunca quiso cambiar nada salvo al final entregar la Constitución, a un Presidente que entiende que debe ir adaptándose”. Y plantea: “Lo que algunos llaman volteretas, para mi son calibraciones tácticas que buscan mantener sintonía con las demandas sociales”.

No todos los ven igual.

El historiador Alejandro San Francisco, advierte que modificar posiciones genera dos dificultades. La primera, de coherencia política para el Gobierno y sus partidos. La segunda, de credibilidad.

El tema, dice, es cuánto poder tenga realmente para, en situaciones complejas, sostener posturas poco populares. “En momentos difíciles de la economía, por ejemplo, la clave no estará solo en la consistencia del Presidente; también en sus asesores económicos, su ministro de Hacienda, cuánto poder tendrá este y si estará dispuesto a arriesgar un cargo por coherencia en el manejo político”, dice.

Y plantea: “así como se ven las cosas, creo que el Presidente no se está preparando para las vacas flacas, sino para el triunfo en el plebiscito, una batalla decisiva que le permitiría acumular poder suficiente para intentar hacer lo que desea y no solo lo que puede... que es lo que ha sido hasta ahora”.

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Paulina Valenzuela.

Para Paulina Valenzuela, socia-directora de Datavoz, “hay una hipótesis que estamos investigando y es que la gente distingue mucho entre el Presidente Boric y el Gobierno. El, como figura particular tiene una ascendencia en la gente que habla de la confianza y credibilidad de su liderazgo. Es un capital que ha ido acumulando desde el acuerdo del 15 de noviembre, entonces la gente lo separa un poco del Gobierno y lo evalúa de una manera distinta”.

-Pero al final sale a poner la cara por los cambios de postura.

-Lo que hemos observado es que en todos estos eventos habitualmente después aparece para corregir los temas, como a poner orden, no paga el costo político de manera directa, lo pagan sus ministros u otras personas.

-¿Qué explicaría esta disociación?

-Eso radica en su estilo de liderazgo, que es muy distinto a lo que estábamos acostumbrados. Uno de sus activos es que es una persona que no tiene miedo a cometer errores, reconocerlos y repararlos. Y eso no hace más que generar cercanía con la población. Para el país es un tremendo cambio en términos de un estilo de gobernanza muy diferente del que veníamos.

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