Conciente de la creciente competencia y fuerte expansión del comercio online que se dio en el país post pandemia, Falabella, el mayor retail del país, determinó inyectar otros U$$18,6 millones en su filial Falabella.com, creada al alero de lo que antes era societariamente Linio.

Si bien, Falabella va otorgando flujos de capital en forma periódica y según sus requerimientos a sus diversas filiales en Chile y el extranjero, con la operación aprobada a fines de abril pasado la compañía ya suma siete incrementos de capital desde que reestructuró, en diciembre de 2020, las sociedades que dieron forma a lo que hoy es su plataforma centralizada para el comercio online.

De esta forma, Falabella.com pasará a administrar un capital de US$95 millones, luego que tras iniciar sus operaciones bajo esta marca con unos US$17,4 millones, según las inscripciones de la compañía en el Registro de Comercio.

En enero pasado Falabella anunció un plan de inversiones global por US$711 millones para 2022, de ese total explicó que parte importante, unos US$418 millones, se dirigirá a mejoramientos tecnológicos y logísticos, ligados al lanzamiento de la plataforma integrada de Falabella.com en Perú y Colombia, ligados a los procesos de recepción de ordenes de compra, empaque, despacho a clientes y procesamiento de datos, entre otras capacidades.

Todo con la idea de “consolidar a Falabella.com como la plataforma de e-commerce líder en la región andina”, señaló en esa oportunidad el gerente general de la compañía, Gastón Bottazzini.

Una serie de millonarias donaciones familiares comenzaron a tramitar, desde el mes pasado, los tribunales civiles de Santiago con el propósito de autorizar estas transferencias y verificar el respectivo pago de impuestos.

A la entrega de unos US$13 millones que busca hacer Heike Paulmann, presidenta de Cencosud, a sus cuatro hijos, ahora se suman las donaciones que tramitan distintas ramas de la familia Ibáñez y los hermanos Garcés Silva (que participan en la propiedad de Consorcio, Entel y la viña homónima).

José Antonio Garcés Silva, busca donar (en el 28° Juzgado Civil) a su esposa un bien raíz por $618 millones. En tanto, su hermano, Andrés quiere entregar a su cónyuge un departamento por $190 millones (29° Juzgado Civil).

Adolfo Ibáñez Santa María, tramita en el 28° Juzgado Civil una donación de $429 millones para sus tres hijos. Mientras que Roberto Ibáñez Atkinson, quiere donar (11° Juzgado Civil) $249 millones a su esposa.

Probablemente, el título nos lleva a pensar en el covid y sus muchos efectos negativos alrededor del planeta: pérdidas de vidas humanas, ciudades confinadas, inflación y menor crecimiento, incertidumbre. Sin embargo, no se trata de eso. Existen una serie de sentencias que se conocen como la “maldición china” y son máximas que resumen en una frase concreta las ironías de la vida. Las dualidades. Las luces y sombras en las mismas situaciones. El yin y el yang...

Una de estas maldiciones es “ojalá te toque vivir en tiempos interesantes”. Se refiere lógicamente a los tiempos interesantes como en los que pasan cosas, los tiempos de cambios, los que redefinen el futuro pero que necesariamente son también épocas alejadas de la calma y el reposo.

Y claramente por ellos estamos transitando hoy: tenemos la pandemia más grave en 100 años, cambio climático, una guerra en desarrollo en Europa y una situación económica global en extremo complicada con alta inflación por un lado y perspectivas de nulo o escaso crecimiento por otro. Y en Chile también tenemos lo propio. Estamos en la mitad de un proceso constituyente que para bien o mal, definirá nuestra historia de los próximos 30 años.

No está fácil para nadie. Como anécdota, puedo dar fe que varios informes de bancos de inversión internacionales, habitualmente llenos de proyecciones, tablas y gráficos, han dejado espacio a frases de autoayuda y “filosofía para principiantes”.

¿Qué va a pasar? Como siempre después de las crisis, habrán ganadores y perdedores. Se redefinirá en parte el mapa. Sectores olvidados tomarán un nuevo protagonismo y aparecerán nuevas industrias. Desaparecerán empresas símbolos de una época que darán paso a otras. Por lo mismo, en mi opinión, el rol del inversionista hoy debe ser activo: involucrarse, cuestionarse, anticipar. En resumen, para las inversiones, será un mundo de alfa y no de beta.

Elon Musk no estará solo en su apuesta de US$44 mil millones por Twitter, tras informar al regulador de valores de Estados Unidos quienes formarán parte del grupo de 19 inversores aportará unos US$7.140 millones en financiamiento para su operación. El aporte provendrá del príncipe árabe Alwaleed Bin Talal Bin Abdulaziz Alsau (en la foto), que aportará sus 35 millones de acciones (por US$1.900 millones) en la red social al paquete inversor de esta transacción.

Además, le siguen Lary Ellison, fundador y principal accionista de Oracle, con US$1.000 millones, Sequoia, otro de los grandes del capital riesgo, que aportará US$800 millones; VyCapital, fondo de tecnología con sede en Dubai, con US$700 millones y el mercado de criptomonedas Binance, US$500 millones adicionales.