“Asunto del correo: Agenda Ministerio del Interior, Izkia Siches: 16/4 al 22/4”. Es esa una de las primeras instrucciones del “Instructivo para envío semanal de agenda de ministerios y subsecretarías”, despachado por la secretaría de Comunicaciones de La Moneda (Secom) —dirigida por el publicista y guionista Pablo Paredes— a las distintas reparticiones durante este mes.

El texto demanda a los equipos de comunicaciones de los ministerios que a las “12:00 pm de cada viernes” se informe de la agenda de la semana siguiente para tener una “panorámica general” de sus apariciones. Tal como en el asunto del correo electrónico, se indican formatos para cada una de las informaciones solicitadas: debe estar en un archivo Word, con día, fecha y hora de la actividad, y con un “pequeño párrafo explicativo” de la actividad. “En caso de entrevistas, detallar los temas a abordar”, agregan.

Se insta a incluir cualquier aparición en medios —incluso en notas o reportajes— o pautas de prensa. En este último caso, se solicita “detallar si es con o sin punto de prensa”. La Secom pide también informar “Quiénes participan: Especificar actores”, y brindan ejemplos de cómo describir.

El instructivo, despachado este mes, detalla uno de los ejercicios relevantes en el esquema de comunicaciones del gobierno, en momentos en que la estrategia político-comunicacional de La Moneda ha sido cuestionada por parlamentarios oficialistas y expertos. Ello, producto de las dificultades que ha tenido el gobierno de Boric para instalar agendas propias y no dejarse llevar por la compleja coyuntura política (un Parlamento fragmentado donde no tienen mayoría, constatado en el Quinto Retiro) y económica (inflación).

¿Vigilancia o coordinación?

Aunque la responsabilidad excede el rol de Paredes —es resorte de las autoridades políticas—, en La Moneda no es misterio que su aterrizaje en la Secom fue para jugar un rol influyente en la agenda, mayor al que ostentó esa repartición en los segundos gobiernos de Bachelet y Piñera. Paredes tiene línea directa con el jefe de gabinete del Presidente, Matías Meza-Lopehandía, y con el mismo Mandatario.

La idea de solicitar a los ministerios la agenda era usual en gobiernos anteriores, y en la Secom explican que busca coordinar a los distintos ministerios y que sus actividades no se topen.

Pero hay dos factores en la gestión de Paredes que lo hacen más gravitante que en las anteriores administraciones.

El primero es el inédito nivel de detalle que se solicita; y el segundo, que la Secom condensa esas propuestas para que lleguen a las reuniones del comité de ministros políticos de los viernes. Es en esa instancia, a la que a veces asiste Paredes, donde se zanja la agenda de la semana siguiente.

En Piñera 2, por ejemplo, solo se pedía la agenda de la semana para evitar topes de horarios, evaluar en qué actividades involucrar al Presidente y despachar un informe a Piñera.

El estilo del nuevo Secom—que interviene en casi todas las bajadas comunicacionales relevantes del gobierno, como fue el apoyo que dio Siches a Carabineros en la antesala del Día del Joven Combatiente— posee así partidarios y detractores dentro de la administración Boric: mientras algunos valoran que solicite altos niveles de información y afirman que la procesan rápidamente para entregar orientaciones a cada cartera, en otros ministerios el documento y el estilo ha hecho ruido por lo que califican como una “centralización” de las decisiones comunicacionales en la Secom. Ello, creen, deja con un margen de acción más acotado a los ministerios.

En las primeras semanas hubo otras medidas de “vigilancia” o “coordinación”, según a quien se consulte. Al inicio, eran pocos los secretarios de Estado que tenían rienda suelta para referirse a su agenda, y algunos incluso debieron mantener en el congelador el poder comunicar sus planes a la espera de que se evaluara si calzaban con el relato general del gobierno. A ciertas carteras se les solicitó evitar inicialmente reuniones en off the record con un solo medio de comunicación; e incluso algunos ministerios habrían debido aguardar a que Paredes visara sus comunicados.

De todos modos, se trata de disposiciones que han ido quedando atrás. La Secom suele tener un control más celoso de los ministerios al inicio de las administraciones. En algunos casos, también, los equipos de los ministerios aguardaban lo que dijera la Secom, producto de la menor experiencia del FA-PC como gobierno. “El que quería actuar, podía”, acotan en La Moneda.

Dónde está la estrategia

“Son los ministerios los impulsores de su agenda”, explican desde la Secom. Nadie en Palacio atribuye directamente a esa repartición los déficit de agenda que ha tenido La Moneda, reconocidos públicamente por algunos ministros. Se asocian más bien a las dificultades que tuvieron en su proceso de instalación, y a una estrategia inicial de aguardar al resultado de la Convención Constitucional antes de desplegar el grueso de la agenda, idea que se ha visto en entredicho ante el desborde parlamentario en el Quinto Retiro.

Lo que sí cuestionan altos dirigentes oficialistas —al menos 2 ministros, y varios presidentes de partido— es que aún no se visualiza una estrategia comunicacional del gobierno para copar la agenda mediática. “Si hubiese un plan claro y un alto despliegue de ministros, la centralización tendría sentido. El problema es que todavía no se conoce ese plan al que se sujeta la coordinación”, explica un timonel de partido.

En el oficialismo, de hecho, resonó la intervención del presidente interino del PS Andrés Santander, quien en un comité político hace 2 semanas en La Moneda reclamó: “Los ministros sectoriales, nadie sabe lo que hacen”, según relatan algunos presentes. Aludía tanto a los bajos niveles de conocimiento del resto de los ministros, como a que eran los 5 del comité político los que solían estar todo el día en el ojo del huracán. Se trata de una crítica extendida en el oficialismo, que varios atribuyen a la Secom.

En la repartición afirman que, en materia de estrategia y relato del gobierno, lo que existe por ahora es lo que denominan una “estrategia general de comunicaciones”: se trata de ejes que presentó la vocera Camila Vallejo —de quien depende la Secom— en una reunión de gabinete del 10 de abril en el barrio Yungay. Sus pilares estratégicos, agregan las mismas fuentes, son: “Un gobierno del lado de las personas y sus anhelos, que conduce decididamente el proceso de cambios, y que construye tranquilidad y seguridad”.

Clave para varias medidas de gobierno es también el monitoreo de redes que hace la Secom, donde sectores del oficialismo han cuestionado la excesiva influencia de Twitter en algunas decisiones del gobierno (como la frustrada llegada de Felipe Berríos a apoyar al ministerio de Vivienda).

La propia instalación

A casi 2 meses de gobierno, e indistinto de las valoraciones al trabajo de Paredes, el avance paso a paso de la estrategia comunicacional es atribuida en Palacio a que la Secom no estuvo exenta del transversal déficit de instalación.

La valoración de las capacidades de Paredes en materia de diseño de relatos políticos es alta (es magíster en Comunicación Política de la U. de Chile), pero el cineasta y guionista no había tenido una expertise previa en gestión ejecutiva de comunicación en medios, afirman en La Moneda.

Por lo mismo —agregan las mismas fuentes— el nuevo Secom debió pasar parte importante de las primeras semanas de gobierno conociendo el aparataje administrativo, reaccionando a la contingencia, preparando muchas veces intervenciones de la ministra Camila Vallejo, o armando equipos de trabajo y reorganizando el organigrama. Ello le restó tiempo para aterrizar en forma concreta su idea de relato del gobierno. Por ahora, los hitos más visibles fueron el despliegue del plan económico Chile Apoya, y la bajada del cónclave con parlamentarios oficialistas en Cerro Castillo.

La carga de trabajo de la repartición, además, se vio abultada pues el 11 de marzo inició el trabajo con solo 3 periodistas adicionales, entre ellos la subdirectora Javiera Olivares (PC, expresidenta del Colegio de Periodistas, quien ha formulado duras críticas a los medios, y es cercana a Vallejo). Recién este mes se completó el equipo de 9 periodistas que acompañan el aparato comunicacional.

Entre ellos figuran el jefe del departamento de Comunicaciones, Sebastián Minay; los coordinadores Camila Carreño (exjefa de prensa de Boric como diputado) y Sebastián Flores (exasesor de Vallejo); y los denominados “sectorialistas”, periodistas que ejercen la coordinación con distintos ministerios asignados a su cargo (ver red).

Además, hay departamentos de estudios, diseño, audiovisual y redes sociales.

Cómo acompañar la etapa Constituyente

Al cierre de esta edición transcurría un consejo de gabinete al que se integró a los presidentes de partido, en el que se esperaba que se comunicara el plan del gobierno para recuperar el control de la agenda, en medio de las críticas oficialistas hacia la falta de proyectos relevantes ingresados a trámite en el Congreso.

En el equipo de Boric apuestan a que ya sorteada la inevitable tormenta política que gatillaron los retiros, el plan Chile Apoya pueda tener reimpulso, a partir de hitos de esta semana como el proyecto de sueldo mínimo, que el gobierno propuso dejar en $ 400 mil, y el lanzamiento de los diálogos para la reforma previsional.

Más que en un cambio de rumbo, el Gobierno insistirá en ese plan, cuyo lanzamiento inicial se vio empañado por la falsa denuncia de Izkia Siches sobre los vuelos de expatriación de venezolanos, repotenciando el foco de generación de 500 mil empleos. Además, se evalúa acelerar la reforma previsional.

Ello irá seguido del ingreso de la reforma tributaria en junio, y el acompañamiento que La Moneda dé a la etapa final del proceso constituyente. Es ahí donde aparece nuevamente Paredes: el cineasta ha estado estudiando cómo la campaña de La Moneda puede centrarse en que la ciudadanía vote informadamente, de forma de que el gobierno no sea “neutral” ante un proceso donde Boric jugó un rol clave, pero también sin exceder los márgenes que determine la Contraloría.

En los últimos días La Moneda reforzó la defensa del proceso constituyente, basándose en la tesis de que el aumento del Rechazo en las encuestas obedece a que la ciudadanía no tendría información correcta del proceso, pues se estaría generando una impresión por normas que han avanzado en comisiones, pero sido rechazadas por el Pleno.

“En el borrador no hay nada que yo considere que pueda justificar los temores que se han esbozado en la opinión pública”, afirmó el ministro Giorgio Jackson, quien horas antes había dicho que manejaba focus group y encuestas que respaldaban esa tesis. Hasta ahora, no ha precisado si se trata de las encuestas públicas que indican que el 50% de la población declara haber recibido noticias falsas sobre la Convención, o estudios propios que encarga la Secom o el Segundo Piso, y que podrían ser claves en la estrategia que se diseñe en un proceso gravitante para el éxito de Boric.

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