“Tengo una cercanía ideológica con García Linera”, dijo a la BBC el entonces presidente electo Gabriel Boric en enero, en una de sus primeras entrevistas tras ganar las elecciones.

Así de alto ha llegado en nuestro país la influencia de Álvaro García Linera, exvicepresidente de Bolivia, ideólogo de la tesis de la plurinacionalidad en Latinoamérica, la cual quedó consagrada en la nueva Constitución boliviana (de 2009) y que 13 años después fue aprobada en el Pleno por la Convención Constitucional (CC) chilena. Una plurinacionalidad que se diferencia, por ejemplo, de lo que así se llama en Canadá y Nueva Zelanda, pues de partida no está consagrada en sus constituciones (ver recuadro).

Y aunque en el caso chileno, las implicancias de la plurinacionalidad aún no están totalmente definidas y dependerá de cómo la nueva Carta Magna sea implementada de ser aprobada, uno de los temores que genera el que Chile sea un Estado Plurinacional es que podría, por ejemplo, complicar las relaciones diplomáticas con Bolivia, como sostienen algunos expertos como José Rodríguez Elizondo y Teodoro Ribera , o que pueda tener efectos sobre la autonomía territorial de algunos pueblos, que la misma CC está discutiendo.

Uno de los últimos en alzar la voz al respecto fue el expresidente Ricardo Lagos, quien aseguró en una entrevista a radio Duna a comienzos de mes, que Chile “es uno solo” y criticó la idea de un Estado Plurinacional. “Hace mucho tiempo que tenemos una bandera, un himno nacional”, aseguró.

Sin embargo, y a pesar de que según la encuesta Cadem de la primera semana de abril, el 72% de los ciudadanos cree que Chile es un país multicultural y no plurinacional, esta tesis finalmente se impuso en la Convención.

Anatomía de un instante

El destacado sociólogo portugués de la U. de Yale y promotor del plurinacionalismo y el anticolonialismo, y que fue invitado a la CC en diciembre, Boaventura de Sousa Santos, ha calificado a García Linera como “uno de los grandes intelectuales marxistas del continente”. Bajo ese rótulo, el exvicepresidente de Bolivia cree que “ninguna Constitución ha sido de consenso” y por eso, hay que transitar hacia la idea de plurinacionalidad como salida a la distancia generada entre indígenas y política, por los años del Estado colonial.

Con una red de apoyos, contactos y simpatías entre la élite de la izquierda, García Linera lleva más de una década influyendo en Chile y debe ser uno de los políticos latinoamericanos de renombre y poder que más expone sus puntos de vista en las universidades locales.

En charlas y discursos, García Linera ha dado a conocer su tesis que comenzó a construir en los '80, luego de haber estudiado a Karl Marx y mezclarlo con el indigenismo más radical de su país. “Es el reconocimiento de los pueblos indígenas como naciones previas a la naciones republicanas. Y segundo, la propia transformación de la nación republicana a partir de la impronta de lo indígena en la constitución de la nación”, respondió a la pregunta de qué entendía por plurinacionalidad en La Tercera en marzo.

La idea, como asegura en sus obras, es eliminar el Estado “neoliberal” a partir de los pueblos indígenas y grupos de “plebeyos”, únicos interlocutores válidos porque han estado ajenos al Estado.

Estas ideas son las que le dieron sustento ideológico al triunfo de Evo Morales en las presidenciales bolivianas de 2006, que modificó profundamente la institucionalidad del vecino país.

Una tesis que además se ha ido incubando en Chile, directa e indirectamente, hasta contar con una base de seguidores. Esta va desde líderes políticos de la élite izquierdista (que sí lo conocen personalmente), a políticos y dirigentes sociales de segunda línea, y docentes y estudiantes universitarios que adoptaron su discurso.

Contactos políticos

Según el mismo García Linera dijo a La Tercera el mes pasado, que ha “seguido” las actividades de Boric, Camila Vallejo y Giorgio Jackson desde su época de dirigentes estudiantiles. En la misma entrevista, el exvicepresidente boliviano también puso énfasis en el estallido social de 2019 y la Convención Constitucional.

Desde mediados del segundo gobierno de Michelle Bachelet, y pese al juicio de Bolivia contra Chile por la salida al mar, García Linera ha venido cultivando relaciones cada vez más cercanas con políticos chilenos. Entre ellos, con dirigentes del Partido Comunista como Lautaro Carmona, Hugo Gutiérrez, Daniel Jadue y la misma Vallejo, con quienes se ha reunido en Chile y en Bolivia (ver infografía). También fue invitado de honor al centenario del PC en 2012 (al que no pudo asistir).

Estos encuentros no han estado exentos de polémica. En 2015, el Museo de la Memoria vetó su presencia para celebrar el aniversario de la desaparecida revista de izquierda Punto Final, en lo que fue catalogado como un “acto de sabotaje, presiones o de censura” hacia el PC por parte de la administración Bachelet. El director del museo en ese minuto, Ricardo Brodsky, explicó a El Mercurio en agosto de ese año: “Quisieron tomar el museo como espacio de la reivindicación marítima y nosotros no lo aceptamos”, a propósito del diferendo marítimo que ya se discutía entonces en La Haya.

Pero el PC no es su único nexo partidario con Chile. García Linera ha tenido acercamientos y reuniones con líderes del Frente Amplio (FA) como Sebastián Depolo y Beatriz Sánchez. En la conversación titulada “#Seguimos por la transformación” de noviembre de 2021, en plena campaña presencial chilena, García Linera les pedía “audacia” y les aconsejaba “posicionar el cambio, que es lo que la gente está pidiendo y, a la vez, niveles de certidumbre, de gobernanza”.

La relación del FA con García Linera viene desde los tiempos en que los líderes oficialistas estaban en la universidad, donde algunos de ellos, como el mismo Boric, leían a intelectuales y referentes de izquierda, entre ellos al boliviano. “García Linera para muchos de nosotros es un referente intelectual”, reconocía en 2018 a Qué Pasa el senador de RD, Juan Ignacio Latorre.

Dentro de la coalición de gobierno sus nexos también llegan al presidente de Acción Humanista, Tomás Hirsch, quien, junto a su esposa, Juanita Vergara, se han declarado seguidores de García Linera y participan en un movimiento que apoya una salida soberana para Bolivia.

El exvicepresidente boliviano también ha cultivado una relación con Marco Enríquez-Ominami, con quien se ha reunido tanto en Santiago como en La Paz. En 2014, fue invitado a dar una conferencia a la Fundación Progresa, el think tank del PRO, en el que participaron además líderes del PC, intelectuales de izquierda y Faride Zerán, la actual presidenta del Consejo Nacional de Televisión. Una relación que se consolidó con el ingreso de García Linera al Grupo de Puebla en 2019, donde también participan los exsenadores Alejandro Navarro y Carlos Ominami.

Y académicos

Pero García Linera también tiene amplias redes en el mundo académico. A través del Consejo Latinoamericano en Ciencias Sociales (CLACSO), donde participan centros de estudios de universidades como la U. de Chile, de Concepción, Austral, Alberto Hurtado, Usach, entre otras, se han dado a conocer sus ideas, se estudian y se discuten.

El exvicepresidente boliviano fue reclutado por CLACSO hace poco más de una década por el académico de la U. de Buenos Aires Pablo Gentili. Esto “potenció a García Linera en el contexto de los nuevos paradigmas de las ciencias sociales” y “nuevas formas de lucha contra el capitalismo, el neocolonialismo, los temas verdes, el feminismo y las libertades de las minorías sexuales”, afirma un académico perteneciente a uno de estos centros que prefiere mantener el anonimato.

Y los centros CLACSO con sede en Chile han aumentado significativamente en el último lustro. De los 12 a 15 centros chilenos integrantes entre 2000 y 2010, hoy existen 38 en varias universidades e institutos, y en donde García Linera se ha presentado en varias oportunidades a exponer sus puntos de vista en los últimos años (ver infografía).

La influencia de CLACSO está en muchas áreas, incluyendo la CC. “Felicitamos a dos integrantes de Grupos de Trabajo CLACSO votadas para integrar la CC: la abogada Manuela Royo, del Grupo de Trabajo ‘Pueblos Indígenas y Proyectos Extractivos'; y Elisa Loncón, del Grupo de Trabajo ‘Educación e Interculturalidad'. Su participación augura un avance en el desafío por la construcción de Estados Pluriétnicos y Plurilingües en toda América Latina”, publicó el organismo tras la elección de constituyentes en mayo de 2021.

Una formación que ha dado frutos. “De estas universidades salen líderes activistas. Se trata de militantes que comulgan con su pensamiento que busca asentar la plurinacionalidad, el feminismo, la lucha por la memoria y los Derechos Humanos, el indigenismo radical y un largo etcétera”, dice otra fuente académica y exmiembro de la entidad.

En ese sentido, según explican las mismas fuentes, “García Linera es parte integrante de este verdadero laboratorio para la formación de activistas sociales”. Estas visiones están presentes hoy en la Convención Constitucional, tanto en los convencionales como en sus asesores. “Hoy son cientos de académicos, estudiantes de pre y postgrado formados en las líneas de investigación y cuestionamiento político social de CLACSO”.

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