Casi nueve años han pasado desde que se conoció oficialmente algún suceso sobre la vida personal del Presidente ruso, Vladimir Putin. Fue la noche del 6 de junio de 2016 cuando de forma extraordinaria, y nunca antes vista, él y su esposa Liudmila, anunciaban, en vivo y en directo, que se separarían tras 30 años de matrimonio. “Fue un divorcio amistoso”, aseguraron ambos luego de que una periodista se atreviera a preguntarle sobre los rumores que envolvían a su vida privada.

“Todo mi trabajo está relacionado con la vida pública (…) A algunos les gusta y a otros no, pero hay gente que es absolutamente incompatible con esto. Liudmila Alexandrovna ha estado ocho años, incluso nueve, al pie del cañón. Así que…esta es una decisión común”, aseguró el Presidente. “Me uno a las palabras de Vladimir Vladímirovich. Fue verdaderamente una decisión común. Nuestro matrimonio está acabado, porque no nos vemos prácticamente. Vladimir Vladímirovich está absorbido por el trabajo, las niñas crecieron, hacen su vida, cada uno hace su vida y no me gusta la vida pública”, dijo Liudmila.

El Presidente ruso sigue siendo un hombre misterioso. Mantiene su vida privada estrictamente bajo llave. Y a parte de esta confirmación oficial sólo se conocen unos pocos hechos del hombre que tiene al mundo en vilo tras la invasión rusa a Ucrania.

Pero, ¿por qué Putin hace de su vida privada un secreto? Para “proteger” a su familia, ha respondido siempre se le hace la pregunta. Como buen exagente de la KGB no solo mantiene su vida amorosa oculta a los medios, sino que también protege a sus hijas del público. Solo se conoce que tiene dos hijas de su matrimonio con Liudmila. Dónde viven las dos jóvenes, a qué se dedican y cómo son: solo hay conjeturas.

El hoy ya famoso portavoz del presidente ruso, Dmitry Peskov, dijo 2014: “Hay muchos rumores. Pero nunca hablamos de la familia de Vladimir Putin y no lo haremos”.

“Masha” y Katya”

Las hijas de Putin deben ser las “primeras hijas” más misteriosas de la historia moderna, especialmente si se considera que su padre ha ocupado el poder, ya sea como Presidente o como primer ministro, por más de dos décadas.

La mayor de las hijas de Putin, María, o “Masha”, tiene 36 años y su hermana, Yekaterina, o “Katya”, tiene 35. A pesar de ser “millennials”, ninguna de las dos tiene presencia en las redes sociales.

La hija mayor del Mandatario ruso nació en San Petersburgo —entonces llamada Leningrado, en la ex URSS— mientras que la segunda nació en la ciudad de Dresden, en la entonces República Democrática Alemana.

Tras volver a la Unión Soviética tras el colapso del bloque socialista a inicios de los ‘90, ambas asistieron al Colegio Alemán de Moscú. Tras egresar, volvieron a la natal de María e ingresaron a la Universidad Estatal de Petersburgo.

Sobre la vida de “Masha” se sabe que estudió biología y medicina (es endocrinóloga) y usa el apellido Vorontsova. Está casada con un empresario holandés, Jorrit Faassen, que trabajó para la empresa de gas estatal rusa, Gazprom. El matrimonio vive en un lujoso departamento en Moscú y son padres de un hijo nacido en 2002.

Mientras que “Katya” es un misterio. Se especializó en estudios asiáticos en su época universitaria y según una nota de The New York Times de 2012 y que hoy trabajaría en Universidad Estatal de Moscú bajo el nombre de Yekaterina Tíjonova, algo que fue desmentido, también, por el portavoz del Kremlin, Peskov, según el diario El País de Madrid. Habría estado casada hasta 2018.

Según Putin, sus propias hijas no quieren que se conozca su identidad. No solo por razones de seguridad, sino también para poder llevar una vida normal.

Es raro que en Rusia se hable de la familia de Putin y más raro aún que el mismo presidente se refiera a ella. Pero en agosto de 2020, con motivo de haberse colocado la primera vacuna rusa contra el covid-19, la Sputnik V, fue precisamente Putin quien nombró a una de sus hijas, al comentar que una de ellas ya la había probado. El líder ruso señaló entonces que esta había tenido un poco de fiebre pero ninguna complicación mayor.

La vida amorosa de Putin tras Liudmila

Tras el quiebre del matrimonio en 2013, la vida sentimental del Mandatario ruso también ha sido foco de múltiples especulaciones.

A Putin se le ha vinculado sentimentalmente con la exgimnasta Alina Kabaeva, de 38 años. Aunque nunca ha confirmado esta relación, cuando fue consultado por ello respondió “todo está en orden”. “Tengo una vida privada en la que no permito interferencias. Hay que respetarlo”, agregó.

Sin embargo Putin “ha estado saliendo con Kabaeva durante años. Aunque el Presidente ruso y el exgimnasta siempre han rechazado los rumores sobre su relación, es un secreto a voces en Rusia. Además se rumorea que la pareja tiene al menos un hijo y habrían contraído matrimonio. Ella ha sido durante bastante tiempo la ‘primera dama secreta' de Rusia y rara vez aparece en público”, aseguró la revista alemana Stern.

Kabaeva, gimnasta rítmica retirada, con dos medallas olímpicas (oro en Atenas 2004 y bronce en Sidney 2000), formó parte del Parlamento ruso entre 2007 y 2014 y también fue presidenta del poderoso grupo de medios National Media Group (NMG). La empresa tiene numerosas emisoras de TV, radio y periódicos. Su propietario es Yuri Kovchuk, presidente del Banco Rossija y uno de los primeros en sancionados por la Unión Europea debido a la crisis en Ucrania.

Por lo que ha dicho la prensa occidental, Kabaeva viviría tendría su residencia en Suiza. Pero la guerra en Ucrania habría cambiado esto. Según el diario El Mundo de Madrid, el Mandatario ruso habría mandado a su familia a un lujoso resort alpino en una a una zona montañosa al sur de Sibera. El recinto está cerca de varias fronteras y cuenta con instalaciones subterráneas antinucleares. Allí habría mandado a su actual pareja y a sus tres hijos y sus correspondientes familias.

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