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Junto con el western, el musical es el único género propiamente estadounidense. Fue un fenómeno de audiencia en la década de los treinta. En los años cuarenta, un período marcado fuertemente por la guerra, se llegaron a estrenar 70 películas musicales al año, acaso a modo de escapismo. Es que en el mundo reinaba el miedo y la incertidumbre, pero al interior de una sala todo era canciones, color y fantasía. Las estrellas de Hollywood eran ahora bailarines esbeltos que actuaban con sus cuerpos como Fred Astaire, Ginger Rogers o Gene Kelly, protagonista de la que es probablemente la escena más célebre del género: el famoso baile bajo la lluvia de “Singin' in the Rain”.

Es curioso que en este año 2021, en nuevos tiempos de crisis y dudas universales, el musical vuelva a tener un rol privilegiado en las salas y el streaming. El más esperado es la versión de “West Side Story”, a cargo de Steven Spielberg y que llegó la semana pasada a cines chilenos. Inspirada en “Romeo y Julieta” pero ambientada en la Nueva York de los 50, la obra de Broadway fue inicialmente llevada a la pantalla en el año 1961 con la dirección de Robert Wise y Jereme Robbins. Imborrables son los rostros y cuerpos del elenco: la trágica Natalie Wood como María y Richard Beymer en el rol de Tony. El suyo es un amor que nace en medio de dos bandas rivales –los portorriqueños Sharks y los estadounidenses Jets– bajo la emotiva música de Leonard Bernstein y las letras del recientemente fallecido Stephen Sondheim (en Filmin).

Steven Spielberg se demuestra fiel a la película original pero aprovecha las posibilidades tecnológicas de nuestros tiempos para una puesta en escena sofisticada. Y también el talento de un elenco de adolescentes convocados a través de un casting abierto anunciado por Twitter: Rachel Zegler como María y el cantante Ansel Elgort en los zapatos de Tony. Como guiño al pasado, la octogenaria Rita Moreno regresa en un papel especialmente creado para la ocasión.

“La película original es un clásico del género musical, ganó muchos premios, es muy querida por cinéfilos y tiene un prestigio en varios aspectos; por ejemplo, introdujo la danza en un contexto urbano, en locaciones reales”, analiza Joel Poblete, destacado crítico de cine y ópera. “Al ser un clásico tan legendario e icónico, no entendía por qué Spielberg quería hacer una versión nueva. Hay musicales relevantes que no han sido llevados a la pantalla; algunos de Sondheim, por ejemplo. Habría sido un desafío como realizador para Spielberg trabajar con algunas de esas obras en vez de hacer una nueva versión de algo que ya existía. A pesar de todo, creo que sin duda es un gran espectáculo visual y sonoro. Es una película que conmueve. Spielberg se luce y lo hace muy bien. Hay muchos aciertos en la película. Hay cambios pero la esencia del musical es la misma. Las nuevas generaciones que no han visto la original la van a disfrutar. Este es un fenómeno que se da bastante: muchos jóvenes están viendo los remakes pero no los clásicos”.

Un historial de defunciones

“West Side Story” se estrena en tiempos en que el musical vuelve a brillar en la cartelera. “In the Heights”, basada en la homónima obra de Broadway escrita por Quiara Alegría Hudes y el elogiado Lin-Manuel Miranda, llegó en junio a HBO Max para contar, mediante canciones y bailes, la vida de un barrio neoyorquino en torno al dueño de una bodega que sueña con regresar a su República Dominicana de origen.

En septiembre, en tanto, llegó a salas “Dear Evan Hansen”, adaptación de un musical de 2016 centrado en un estudiante con trastorno de ansiedad social. A esto debemos sumar “Todos hablan de Jamie”, que sigue a un adolescente que sueña en convertirse en drag queen (Amazon Prime Video) y “Tick, tick…Boom!” (Netflix), dirigido por Lin-Manuel Miranda y basado en el musical autobiográfico de Jonathan Larson, el fallecido autor del hit de Broadway “Rent”.

“Ha sido un año con bastante movimiento musical”, destaca Poblete. “Estas películas llegan a un público muy transversal. Pero el género ha estado presente en las últimas dos décadas. Siempre aparece algún gran musical. A algunos les va bien, otros son un fiasco. Creo que “La La Land” es responsable de que haya más interés por el género. Cada cierto tiempo se lo da por muerto, como también ha pasado con el western, pero es un cliché dar por muerto un género y resucitarlo. Personalmente, creo que el musical nunca ha muerto”.

A propósito de “La La Land”, lo que la oscarizada película de Damien Chazelle demostró es la virtud del reciclaje, la idea posmoderna de que se puede construir algo nuevo con retazos del pasado. Aunque el género trate de tomar vuelo propio con, por ejemplo, películas rupturistas como “Annette” –la que abrió el Festival de Cannes este año (ver destacados)–, nunca puede tomar demasiada distancia de los clásicos que instalaron y desarrollaron una forma de cine que, con algunas excepciones, ha envejecido bien porque es un mundo paralelo que se rige por sus propios códigos.

“Muchos musicales que se hacen son tradicionales pero hay otros que demuestran que hay temáticas que ya no están vedadas por el género”, señala Poblete. “El musical ha sabido reinventarse y reciclarse para llegar a nuevos público. Da la impresión de que no evoluciona demasiado pero sí lo hace. Por lo general, las películas musicales siguen funcionando y demuestran que sí hay un mercado”.

Clásicos y disidencias: cinco recomendados

“Pal Joey” (1957): Con un reparto insuperable –Frank Sinatra, Rita Hayworth, Kim Novak– y composiciones que son parte del gran cancionero popular estadounidense, este musical gira en torno al triángulo amoroso más atractivo y glamoroso que ha entregado el cine. En Filmin.

“All that Jazz” (1979): Las adicciones, la decadencia del mundo del espectáculo, la soledad bajo los focos. El coreógrafo Bob Fosse (“Cabaret”) compone una obra maestra que Stanley Kubrick definió como “la mejor película que he visto jamás”. En Filmin.

“Los paraguas de Cherburgo” (1964): Jacques Demy se inspiró en los clásicos del género estadounidenses para componer este conmovedor drama musical que huele a cine europeo y jazz. Con una radiante Catherine Deneuve como una mujer fatal que hace sufrir al protagonista, fue una inspiración para “La La Land”. En Qubit.TV.

“Annette” (2021): La última provocación del francés Leos Carax (“Mala sangre”), narra la historia de amor y desencuentros entre un comediante (Adam Driver) y una cantante de ópera (Marion Cotillard) que dan a luz a una muñeca (sí, como leen). Con música compuesta por la banda de pop Sparks, la película se nutre de temas actuales (redes sociales, celebridad, violencia de género) para cautivar o espantar a la audiencia. Prueba de esto es su polarización: la prestigiosa revista Cahiers du Cinéma la escogió entre las mejores películas de 2021 mientras que Mick LaSalle, crítico del San Francisco Chronicle, advirtió: “en un punto, la audiencia dejará de preocuparse por los personajes y comenzará a preocuparse por sí misma”. En MUBI.

“Lina de Lima” (2019): Uno de los pocos musicales chilenos. Las fantasías melódicas son medios de escape para una inmigrante peruana interpretada por Magaly Solier. Una entrañable película dirigida por María Paz González. En Onda Media y en MUBI.

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