Aunque no hay claridad de dónde vive ni trabaja Franco Parisi –fue consultado a su teléfono con código de Texas, que no respondió, y a través de Lorenzini dijo que no respondería preguntas-, en su perfil en LinkedIn aparece, desde enero de 2019, como “faculty member” en la U. de Alabama. Sin embargo, no aparece como profesor en los registros de la escuela de negocios de esa universidad, donde hizo clases en 2016 paralelamente a la Texas Tech University, desde donde fue desvinculado por acusaciones de acoso sexual a una alumna. Donde sí aparece (junto a su hermano Antonino) es en la empresa Parisi Fx, una plataforma de compra y venta de divisas (forex) que tiene su sede en Beachmont en San Vicente y las Granadinas, país considerado en la “lista gris” de paraísos fiscales. Llama la atención que el negocio de los Parisi tiene la misma dirección e incluso un sitio web similar a otra empresa forex llamada Horizon FxPro, de otros dueños, que Parisi dijo no conocer.

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Nadie sabe dónde está, pero otra vez quiere ser Presidente de Chile. Tal como hace ocho años, Franco Parisi (53) se apresta, en algún lugar de EE.UU., a lanzar una candidatura presidencial que pese a no tener opciones hoy, según las discutidas encuestas, podría dañar a los otros postulantes, pues su postura outsider del sistema político, puede restar votos de lado y lado.

Eso sí, ahora no competiría como independiente, sino que apoyado por una colectividad que él mismo ayudó a crear: el Partido de la Gente (PDG), una especie de partido anti-partidos que refiere al eslogan “El poder de la gente” que Parisi usó en la elección del 2013, cuando fue cuarto con un 10,11% detrás de Michelle Bachelet, Evelyn Matthei y Marco Enríquez-Ominami.

Esta vez Parisi, ingeniero comercial de la U. de Chile y PhD en Management de la U. de Georgia, no está solo en su liderazgo. Se le sumó un colega controvertido, el fundador de Felices y Forrados (FyF), Gino Lorenzini.

Entre ambos promovieron el PDG, para lo cual Lorenzini fue esencial. El 20 de mayo, cuando Parisi hizo un programa en vivo (live) por redes sociales con Lorenzini, tenían 8 mil firmas, según dijo ese día Luis Moreno, presidente del PDG . El 31 de mayo, el partido presentó 30 mil firmas al Servicio Electoral (Servel) y la semana pasada, ya sumaban 37 mil. “Pero estas firmas no son traspasables a votos, necesariamente”, advierte la profesora de Ciencia Política de la UC, Julieta Suárez-Cao.

Parisi celebró el logro en redes sociales, las mismas en que ha basado su estrategia para mantenerse vigente. Su canal de YouTube, donde se lanza contra políticos, el Gobierno y explica sus propuestas, tiene 22.200 suscriptores y hay videos con hasta 300 mil visualizaciones.

“Esta es la última oportunidad para que haya un frente de centro. Hay que dar espacio para que se formen partidos de centro y se genere competencia allí, que es el único lugar donde se puede evitar que Chile caiga en la extrema izquierda”, dice Lorenzini respecto a la motivación del PDG de levantar una postulación presidencial.“En el escenario político actual, es muy probable que pasen a segunda vuelta Jadue y Lavín. Y en ese escenario, Jadue sería el Presidente”, advierte.

A quién afecta

En el discurso de Parisi, es reiterado su rechazo al actual sistema de partidos políticos, a los que tilda transversalmente de “corruptos” y de sólo defender a “los mismos de siempre”. A oírlo sobre temas contingentes, tiene una muletilla: “La solución es muy simple”, responde. Por ejemplo, para resolver la crisis hídrica, planteaba en su live con Lorenzini, que la solución “no es estatizarlo todo, como dice la izquierda, o entregarla toda a los privados, como dice la derecha”, sino que construir muchas plantas desalinizadoras a lo largo de Chile, “y con eso ya no tenemos problemas de agua”. El tema es que, pese a ser profesor de Economía, no explica cómo financiarlo.

Parisi, al igual que Lorenzini, plantea también su rechazo a la izquierda radical, no así a la derecha extrema. De hecho, no empatiza con el resultado de la elección de la Convención Constitucional. “Todos los independientes que salieron no son independientes, porque son todos de izquierda. El independiente no comulga con ninguna doctrina, ni de derecha ni de izquierda”, explicaba en el mismo live.

Este es entonces el público objetivo al que pretende apuntar Parisi: independiente, sin postura política definida y de un centro poco definido. De hecho, plantea superar el sistema de partidos mediante lo que llama “democracia digital”, es decir, que la ciudadanía vote en línea por proyectos de ley, con lo que el Congreso pasaría solo a tener ideas de leyes pero no a legislar.

Si uno va a las encuestas, este candidato autodenominado “socioliberal de centro” impacta en ese electorado. Y pese a un discurso anti izquierdista, es en ese sector donde levanta mayor respaldo. Según los sondeos quincenales Pulso Ciudadano de Activa (ver gráfico), su mayor caudal de apoyo está en hombres, de entre 30 y 50 años, de estratos socioeconómicos medios bajos y bajos, de la zona central del país, y que se declaran opositores al Gobierno, pero sin posición política o con cierta inclinación a la izquierda. Por eso, podría rasguñar electorado más a este sector que a la derecha, pese a que su discurso se ve más cercano a esta última.

“Dado su perfil, estaría restando votos, al día de hoy, básicamente a Daniel Jadue y Yasna Provoste. Pero principalmente, por el carácter de su candidatura, a Pamela Jiles, al ser un discurso más populista. En efecto, en el segmento Votante Probable, en esta última medición Parisi ya superó a Pamela Jiles (5,6% vs. 4,3%)”, explica Ramón Cavieres, director ejecutivo de Activa.

En las últimas tres encuestas semanales Plaza Pública de Cadem reapareció Parisi como opción presidencial, aunque en una lista cerrada. Esta semana logró un 5% de las menciones. Desde diciembre de 2019, según Cadem, que Parisi mantiene un nivel de conocimiento de 7 de cada 10. Su debilidad es su nivel de aprobación, que alcanza sólo al 33%, con un 57% de rechazo, comparable en todo caso con Gabriel Boric (33% y 61%), Heraldo Muñoz (32% y 57%), Paula Narváez (31% y 58%), y por sobre Ignacio Briones (27% y 67%) y José Antonio Kast (25% y 67%).

En el sondeo mensual de Criteria, ante la mención espontánea de un postulante presidencial, Parisi aparecía hace un año con un 5% y en la del mes pasado, sólo con un 2%, al igual que Mario Desbordes y Narváez. No fue medido en lista cerrada.

“Parisi apunta a la persona que tiende a no votar con voto voluntario, es gente que no se identifica con ningún partido, de sectores medio-bajos, que valora mucho a los independientes y antipolíticos. Es un voto anti élite, parecido al que captaba Pamela Jiles, aunque ella tiene más adhesión en la izquierda. Sin embargo, le puede restar votos a todos pues apunta a ese voto lábil, que sólo a veces vota, permea esos votos móviles de clase media o media baja que es menos ideologizada, pero que puede hacer la diferencia cuando va a votar”, explica Cristián Valdivieso, director de Criteria.

Ahora, de aprobarse el voto obligatorio para las elecciones de fin de año, Parisi “empieza a ser más interesante”, resalta Suárez-Cao, dado que representa un bolsón de votos de al menos un 2%. Aunque ella tiene dudas de que Parisi, a quien ve en todo caso más cercano a las figuras de Chile Vamos que a las de centroizquierda, llegue a la carrera final: “en este contexto incierto, me parece un apoyo para negociar algo con los grandes conglomerados; lo veo muy apresurado por ser un actor clave y con poco arraigo territorial”.

Valdivieso piensa al revés: “Yo creo que va a ir a la papeleta”.

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