“Izquierdas y derechas conseguirán seguramente obtener 1/3 mínimo para rechazar ciertas ideas. Esta situación generará la necesidad de establecer acuerdos en temas específicos”.

“Si Pablo Maltés hace una muy mala elección, eso pincharía bastante la carrera de Pamela Jiles”.

“El FA es más pequeño de lo que era antes (…). Es un bloque urbano. No le va bien electoralmente en zonas rurales”.

¿Cómo será la medición de fuerzas?

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Un estudio del Observatorio Nueva Constitución –16 universidades y organizaciones- publicado en febrero en radio Pauta, arrojó que 60% de las candidaturas a la Convención son independientes (dentro o fuera de pacto) versus 23% en las parlamentarias 2017.

Claudio Fuentes atribuye el alza a la crisis del sistema político; dice que es una tendencia que viene dándose desde hace algún tiempo y que probablemente se consolidará. “Incluso los militantes esconden sus afiliaciones partidistas en las campañas”, comenta. Sin embargo, por el sistema electoral, prevé que la cantidad de independientes que entrarán a la Convención y al nuevo Congreso no será tan alta. “Veo difícil que en el corto plazo se reconfigure el sistema, pero crecientemente se producirá una ampliación de figuras outsiders”, dice.

Kenneth Bunker cree que tras debutar en esta elección “un porcentaje de estos candidatos querrá seguir participando (...) podrían usar el vuelo para inscribir partidos o competir a fin de año”. Ernesto Águila también piensa que pueden aparecer “nuevos liderazgos con proyecciones presidenciales o parlamentarias”.

Mireya Dávila, académica del I. de Asuntos Públicos de la U. de Chile, piensa que “tal vez se pueda dar una combinación en que ciertos sectores de independientes con los partidos tradicionales se consoliden como organización política. Estoy pensando en Modatima (movimiento de defensa del agua) y otras organizaciones sociales vinculadas a territorios que pueden integrar el sistema de partidos”

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Si se hace un mapa de candidatos presidenciales según cuánto se juegan en esta elección, Julieta Suárez-Cao describe tres grupos: los protagonistas directamente afectados (alcaldes Evelyn Matthei (UDI) y Daniel Jadue (PC) que van a la reelección); los tangencialmente afectados (Joaquín Lavín, que ungió en su lugar a Daniela Peñaloza, y Pamela Jiles -ver recuadro- por la campaña de su pareja); y el resto de los candidatos que “parecieran no terminar de despegar. Las personas a las que por ahora les va mejor en las encuestas, son las que se podrían beneficiar pero también perjudicar más de estos resultados inciertos”. Y más «descolgado» menciona a José Antonio Kast (ver página 9); no cree que pueda generar “el espaldarazo que necesita” para repetir su desempeño 2017.

Dado que la mesa UDI señaló que los resultados incidirán en el Consejo General del lunes 17, la atención está sobre Matthei y Lavín, pero con matices. Suárez-Cao piensa que ella “se arriesga más. Lavín puso a alguien que no era directamente «de su riñón», Peñaloza votó Rechazo y él Apruebo; quizás él se puede despegar de una potencial derrota, que no creo que ocurra”.

Kenneth Bunker llama a observar el “efecto psicológico” del resultado en Providencia; pues si Matthei gana ajustada o pierde, “no van a votar por ella (en una primaria) con la misma fuerza que si gana por paliza”. Sobre las restantes cartas de Chile Vamos, plantea que “a Desbordes, Briones y Sichel los veo con mucha dificultad. ¿Qué los puede ayudar? Cuando se acabe este proceso electoral, se va a desatar la carrera”.

Para Bunker está claro que Jadue ganará en Recoleta. Así, para Suárez Cao, “hay una cuestión más sistémica, de cómo queda el reparto de las fuerzas políticas después de esta elección”.

Y sobre la centroizquierda, Bunker plantea que “pueden bajar y subir” candidatos después de esta elección.

Victoria León señala que dado que en la oposición van divididos, “los resultados pueden llegar a ser un factor en cómo los candidatos y candidatas enfrentan las posibles primarias: si van juntos, separados, si buscan sacar una candidatura, si asumen que la primaria es la primera vuelta. También nos ayudará a conocer el real peso del Partido Republicano”.

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Como un “favor personal”, Pamela Jiles –personaje mejor evaluado en la CEP- ha pedido en la propaganda electoral el apoyo a su pareja y jefe de gabinete, Pablo Maltés (PH), quien compite por la gobernación metropolitana con Claudio Orrego (DC), Catalina Parot (Evópoli), Karina Oliva (Frente Amplio) y Rojo Edwards (Partido Republicano).

“El resultado de Maltés no es solo será un indicador de la popularidad o no de Pamela Jiles; también de hasta qué punto pueden tener o no audiencias discursos básicos antipolítica y las formas institucionales de esta”, dice el analista Ernesto Águila. “Si Maltés pasa a segunda vuelta, es un impulso evidente para Jiles en una opción presidencial o senatorial. Hasta ahora Jiles muestra en las encuestas una importante popularidad, pero no se sabe si ello equivale a intención de voto. Un mal resultado de Maltés instalaría un signo de interrogación sobre las reales posibilidades electorales de Jiles”.

Para Julieta Suárez, “ella se ha puesto en los hombros esa campaña a gobernador. Si él hace una buena elección, es decir, si llega a un balotaje o si queda en un tercer puesto muy cercano de quien salga segundo o segunda, puede ser un espaldarazo importante para la candidatura de Jiles; si él hace una muy mala elección, eso pincharía bastante la carrera de Jiles”.

En todo caso, en el círculo de esta pareja ya están mirando posibles próximos pasos. El sitio www.pablomaltesdiputado.cl ya fue inscrito en NIC Chile por el asesor de Jiles en la Cámara, Sergio Cárdenas.

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