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La pandemia reconfiguró el consumo audiovisual. La tercera edad, excluida desde hace años de salas de cines desbordadas de blockbusters y películas de superhéroes, tuvo que encerrarse y pasar el tiempo frente a sus pantallas domésticas, convirtiéndose en un buen target para las empresas de streaming. La conciencia colectiva frente a los grupos de riesgos potenció la relevancia social de los ancianos, justo en que las noticias nos informan que son los primeros en ser vacunados contra el Coronavirus.

En Chile, la plataforma CNTV Play –en conjunto con Canal 13– comenzó el año con “Los Carcamales”, serie protagonizada por Patricio Contreras, Sergio Hernández y Alejandro Goic como tres amigos ancianos que cometen actos delictuales para ayudar a los más necesitados. El origen de la producción data de hace unos años pero ahora vio la luz, en tiempos en que, según un estudio del Consejo Nacional de Televisión, los adultos mayores incrementaron 4 horas su consumo audiovisual en relación al 2019.

No tan coincidentemente, el gran nuevo hit del cine chileno, “El agente topo”, aprovecha de hacer un llamado público a tener en cuenta a los ancianos a través de la insólita historia de un agente octogenario que se infiltra en un asilo donde descubre el sabor amargo del abandono. Esta semana se anunció que el documental de Maite Alberdi –seleccionado como carta nacional para los Oscar– fue nominado a los premios Goya (se puede ver en Cinemark Online). “Hay que aprender a creer que en la tercera edad también se puede disfrutar de la vida”, ha dicho la directora a propósito del filme.

No hay duda de que en el streaming se están moviendo los hilos para acoger a un grupo etario que había sido gravemente ignorado por el cine y la televisión contemporánea. Esto va, por supuesto, de la mano del encierro pandémico junto a una mayor aproximación a la tecnología de parte de la tercera edad en el mundo. Pew Reserarch asegura que en Estados Unidos el 73% de las personas sobre los 65 años tiene acceso a internet. En Chile, según la última encuesta de Accesos y Usos de Internet de la Subtel, un 54,6% de los hogares compuestos por adultos mayores en Chile tiene acceso a Internet. La cifra no es tan alta pero ha ido en aumento durante los últimos años.

Otaku de clóset

A la luz de la creciente relevancia del nicho, Netflix cuenta con un viralizado tutorial para la tercera edad en el que, un anciano llamado Modesto, definido como “un otaku de clóset”, practica los pasos de la serie “Los caballeros del zodiaco” en secreto, escondido de su mujer, quien cree que está mirando “The Crown”. O un matrimonio trata de recordar con dificultad cuál fue la serie que estaban viendo. Todo esto es para subrayar los recursos técnicos que han sido pensados para este segmento etario, como los subtítulos agrandables (“según datos del Ministerio de Salud, a partir de los 60 años, cerca de un 30% de los adultos mayores presentan trastornos auditivos y esto puede llegar al 50% a los 80 años”, argumentan desde la plataforma) o el útil historial de visionados.

No es casualidad que la compañía haya anunciado hace algunos días que estrenará una miniserie de cuatro capítulos basada en el libro “Francisco. La sabiduría del tiempo”, del jesuita italiano Antonio Spadaro. Con la producción de la exitosa showrunner italiana Simona Ercolani, y la participación del mismo Papa, la serie se basará en el vínculo entre la tercera edad y las nuevas generaciones. Es por esto que hombres y mujeres de más de 70 compartirán sus miradas sobre el mundo con cineastas menores de 30. Ellos son, para Francisco, quienes deben enseñar sus experiencias de vida. “Solo si nuestros abuelos tienen el coraje de soñar y nuestros jóvenes profetizan grandes cosas, nuestra sociedad irá adelante”, escribe el argentino en uno de los fragmentos.

El estímulo para producir material directamente orientado al nicho responde también a un estudio de la firma Nielsen que asegura que los mayores de 50 prefieren las producciones originales de las plataformas a los reestrenos.

Lo relevante del fenómeno es de qué manera la televisión digital está conquistando a los adultos mayores con contenidos, lejos del prejuicio y el paternalismo que históricamente ha pesado sobre estos espectadores. Ciertamente la identificación es un factor a considerar pero no necesariamente debe estar a disposición de las fórmulas inocuas que se han adoptado históricamente para llegar a esta audiencia. Por otra parte, la escasez de cine clásico en el streaming –por barreras legales y costos de derechos– no ha ayudado a la satisfacción audiovisual de este público. Es necesario derribar en todo caso la majadera industria de la nostalgia de la que brotan los principales lugares comunes atribuidos al sector.

¿Qué pasa con el cine chileno? En OndaMedia, conscientes de que hay gente mayor dispuesta a ver películas nacionales, se están tomando medidas. “Hemos detectado que la principal brecha de acceso al cine nacional, es que más de la mitad de las personas sobre 65 años sufre de hipoacusia, por lo tanto, no logran escuchar las películas chilenas. Resulta más fácil el cine extranjero que viene con subtítulos”, cuenta Ian Goldshmied, director de OndaMedia. “Como es parte de nuestro propósito facilitar el acceso el cine nacional a los adultos mayores, estamos desarrollando subtítulos inclusivos, ya tenemos 20 incorporados, este año vamos a desarrollo 40 más”.

Tres recomendados

Además de las novedades anteriormente mencionadas, el streaming cuenta con un par de producciones que ponen a la tercera edad al centro, algunas con ironía, otras con candidez o una amabilidad que no deviene en cliché. Estos son algunos destacados personales.

“Mejor que nunca” (HBO-Go): El domingo se estrenó esta película de la documentalista británica Zara Hayes (“La batalla de los sexos”), quien sigue el ABC del manual de la comedia ligera con trazos de humor negro, un par de caídas y la confianza ciega en el histrionismo exuberante de una Diane Keaton que interpreta a una anciana que, en un geriátrico, planea armar un equipo de cheerleaders con la ayuda de una joven porrista. Divertimento para días de encierro.

Nona. Si me mojan, yo los quemo” (OndaMedia): Eslabón accidental entre la tercera edad y el estallido social, esta película de la directora chilena Camila José Donoso (“Casa Roshell”) –que se estrenó en el Festival de Rotterdam en 2019 y pasó por la plataforma MUBI– está protagonizada por su abuela, Nona, una mujer que sabe hacer bombas molotovs y ha escapado a Pichilemu tras vengarse de un amante abusador. Una muestra de feminismo transgeneracional que redefine la figura sumisa de la dueña de casa.

“Supongamos que Nueva York es una ciudad” (Netflix): Que la escritora Fran Lebowitz tenga 70 años podría parecer un detalle anecdótico pero en esta serie documental dirigida por Martin Scorsese, su mirada ácida pone en tensión los tiempos de la vieja, sucia y entrañable Nueva York con un presente marcado por la gentrificación, la tecnología, la incomunicación y una juventud distante. Una cátedra de acidez y malhumor.

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