“Todo el mundo tiene traumas. En cada familia hay adicciones. Yo estaba perdido. Estaba en un túnel, un túnel sin final, del que nunca sales”.

Hunter Biden a la revista New Yorker

en 2019.

Su infancia quedó ligada a la historia trágica de Estados Unidos. Joe Biden juraba por primera vez como senador, en enero de 1973, en la clínica en la que sus hijos Beau y Hunter se encontraban internados recuperándose del accidente tránsito donde perdieron a su madre y su hermana menor ese fatídico 18 de diciembre de 1972 cuando se dirigían a comprar un árbol de Pascua.

Ambos hermanos crecieron juntos, sin embargo siguieron caminos separados. Beau, el mayor, copió al pie de la letra la carrera de su padre y se convirtió en su heredero político: estudió Derecho en la Universidad de Syracuse, sirvió en el Ejército en la Guerra de Irak y fue fiscal general de Delaware. Iba derecho a ser una figura política a nivel nacional cuando un cáncer acabó con su vida de forma prematura en 2015.

"Estaba bastante seguro de que Beau podría postularse para presidente algún día y, con la ayuda de su hermano, podría ganar”, aseguró Joe tras la muerte de su primer hijo.

Por el contrario, y aunque son muy cercanos padre e hijo, en sus discursos, Biden rara vez habló o nombró a Hunter.

Otro camino

Hunter, nacido en febrero de 1970, se fue por el lado más cómodo. Aunque fue a las universidades de Georgetown y Yale, donde se graduó de licenciatura en Historia y Derecho respectivamente, no se dedicó a ninguna de las dos carreras.

Así, impulsado por las conexiones políticas de su padre encontró un nicho en el mundo de las finanzas. Más tarde, cansado del mundo corporativo trató de entrar a la administración de Bill Clinton. Sin embargo esto no prosperó y a inicios de siglo se empleo en la industria del lobby que abunda en Washington, D.C.

Pero había un inconveniente: su padre era senador y luego se convirtió en el vicepresidente de Barack Obama, pero su padre no se opuso ni menos, lo frenó.

El acuerdo entre padre e hijo era, según publicó la revista The New Yorker el año pasado en un perfil de Hunter, que el ahora Presidente electo “no preguntaría a Hunter sobre sus clientes y que Hunter no le contaría a su padre sobre ellos”.

Durante la campaña de 2016, algunos de los asesores de Obama ya criticaban a Hunter por su trabajo de lobista y los potenciales conflictos de interés que significaría para su padre. Durante la administración del expresidente, el hijo de Biden fundó tres empresas de lobby con socios igual o mejor conectados provenientes todos del mundo demócrata.

La idea principal de Hunter era ayudar a pequeñas y medianas empresas a expandirse en los mercados de Estados Unidos y otros países. Y en 2013 junto a otros socios, fundó una compañía que se dedicaba a invertir capital chino en empresas con sede fuera de China.

Hunter había pasado medianamente desapercibido para la prensa estadounidense, eclipsado principalmente por la atracción que ejercía su hermano Beau. Esto, en un principio lo ayudó. Sin embargo, tras su muerte, fue Hunter quien pasó al primer plano.

El 10 de diciembre pasado, Hunter confirmó que sus asuntos fiscales están bajo investigación federal, debido a sus negocios en Ucrania, donde recibió una remuneración por parte de la compañía de gas ucraniana (Burima de la cual formó parte de su directorio) y sus negocios con empresarios chinos.

Aún se desconoce cual es la parte central de la investigación federal o si los fiscales simplemente buscan información sobre las fuentes de ingresos de Hunter en los últimos años. Hasta la fecha no se ha probado ninguna conducta ilegal.

Sin embargo, la revelación de Hunter tiene lugar en un momento delicado para el Presidente electo, que ha avanzado bastante en la nominación de su gabinete, pero que aún no designa al titular del Departamento de Justicia, que supervisará, por ende, la investigación sobre su hijo.

Problemas privados de un hombre público

Y como si esto fuera poco, en 2015 los medios de EE.UU. también comenzaron a investigar y a publicar sobre la tumultuosa vida privada de Hunter.

Por ejemplo, se supo que tienen problemas con el alcohol y que consumía drogas (Trump lo acusó de ser adicto a la cocaína en plena campaña) y está en permanente rehabilitación. También tuvo un complicado proceso de divorcio de su primera mujer, Kathleen Buhle; y además tuvo una relación con Hallie Olivere la viuda de su hermano Beau.

A todo esto se suma que una mujer de Arkansas, Lunden Alexis Roberts, lo demandó por manutención infantil. Ella afirma que él es el padre de su hijo, acusación que Hunter ha negado.

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