La violencia en Maipú y Cerrillos recrudeció en la última semana. El 15 de diciembre dos colombianos murieron luego de recibir disparos en una feria navideña de calle Los Conquistadores. El 22 por la noche, el mismo día de otra balacera en el centro de la comuna de Maipú, en las afueras del Metro Cerrillos, un vehículo de la PDI sorprendió a un grupo de delincuentes que quería hacer una encerrona: tras el intercambio de balas dos antisociales murieron. Ayer, en Tres Poniente con avenida Juan Manuel Borgoño hubo otra balacera en una feria navideña, que dejó un fallecido.

Las pistas de distintos organismos investigadores apuntan a bandas de narcotráfico, ligadas a barrios como La Farfana, Av. José Manuel Borgoño, San Camilo y San Luis. De todos esos sectores, el que más preocupa por ahora debido a la agresividad y poder de fuego es San Luis, en las cercanías del Templo Votivo de Maipú.

El fiscal de Alta Complejidad Occidente, Pablo Alonso, dice a “La Segunda” que una de las líneas investigativas “más fuertes” para explicar la fatal balacera ocurrida el martes 22 de diciembre, en el centro de Maipú, es la disputa que desde noviembre sostienen bandas de esa población. En total, hasta ahora serían al menos cuatro los homicidios ocurridos al calor de esta pugna, donde resalta el asesinato de Carlos Veloso, alias El Cazuela, ocurrido el 4 de diciembre. Tenía 22 años y era investigado por su actuación durante otra balacera ocurrida a comienzos de 2020.

“El OS9 y el Labocar de Carabineros empezaron a hacer diligencias para entender los hechos, los motivos y los partícipes. Una de las líneas más fuertes es que esto estaría vinculado con episodios previos. En el sector de la población San Luis operan grupos con un importante poder de fuego, lo que les ha permitido resolver, lamentablemente, conflictos mediante el uso de armas”, opina el persecutor. De acuerdo con la información de Carabineros, este año en Maipú la policía ha desarticulado nueve bandas, con un total de 25 detenidos (en toda la Región Metropolitana fueron desarticuladas 240 pandillas durante este año).

“Pareciera que los hechos se van desencadenando de modo secuencial. Hay una mirada que permite generar ciertos vínculos. Así aparece este sujeto apodado ‘El Cazuela', otra víctima femenina, todo lo cual conduce al 22 de diciembre. Hay secuencias de tiempo, de medios empleados. Por lo tanto, pareciera que sí hay una conexión”, relata el fiscal.

Carlos Veloso falleció el 4 de diciembre, aunque desde el 30 de octubre de 2020 estaba en arresto domiciliario, puesto que había sido formalizado por porte ilegal de armas. Un informe de la Brigada de Investigación Criminal de Maipú de la PDI lo ubicaba en una balacera ocurrida el 24 de mayo, al interior de población San Luis, en el pasaje La Bombonera. El reporte también involucraba al padre de “El Cazuela”.

El joven murió el 4 de diciembre. Ese mismo día fue asesinada Dominique Araya en el patio de su casa en la misma villa. Cuatro sujetos se habían bajado de un auto rojo y luego le dispararon a ella y un hombre que la acompañaba. Este último resultó con una herida en la mandíbula.

Impacto político del poder narco

Esta semana, tras la balacera en Maipú, el Presidente Sebastián Piñera pidió al Congreso aprobar las leyes de seguridad, como la que apunta a la modernización de Carabineros, otra que crea un nuevo sistema de inteligencia y una ley contra el narcotráfico. Además, dijo que enviarán un proyecto para combatir la asociación ilícita y que es necesario mejorar la ley de armas. Pero para expertos consultados por “La Segunda”, abordar el narcotráfico desde un enfoque policial y reactivo no es suficiente.

“Una de las cosas de las que tenemos que hacernos cargo es que somos un país de consumidores y eso alienta el desarrollo de organizaciones criminales. Por ende, la respuesta no puede ser solamente policial o judicial. Hay que aprovechar este momento para fortalecer una respuesta estatal para quienes tienen problemas de adicciones”, dice Lucia Dammert, académica de la U. de Santiago. Argumenta que el narcotráfico es un fenómeno de múltiples raíces, como territoriales, sociales y de salud pública. “Podemos morir en el intento de sofisticar la policía, pero si la demanda se mantiene el problema seguirá”, agrega.

A su juicio, la estrategia debe ser abordada en conjunto por Aduanas, PDI, Carabineros, la Unidad de Análisis Financiero y también las administradoras portuarias para identificar situaciones de riesgo. Pero también se debe reforzar la fiscalización y crear un sistema único de armas y municiones, evitando su ingreso ilegal.

Eduardo Vergara, director ejecutivo de Chile21 advierte que si la lógica sigue siendo la misma de los últimos años, “vamos a avanzar hacia los peores escenarios que ha vivido México, Colombia y Centro América”. Para evitarlo afirma que es necesario abordar el problema desde una perspectiva más amplia que la punitiva: “Se gastan millones y se encarcela a los eslabones desechables de la cadena, llenando la cárcel de pobres mientras los grandes narcotraficantes siguen con autonomía”. Otra dificultad, añade, es que en el contexto actual Carabineros no cuenta con legitimidad ni capacidad para hacer su trabajo. Y agrega que la ley persigue a los usuarios de drogas, pero es inefectiva en perseguir a los grandes narcotraficantes. En países con igual nivel de desarrollo, opina, lo que ha mostrado buenos resultados es avanzar hacia la despenalización, por ejemplo permitiendo el uso medicinal de la cannabis.

Hugo Frühling, director del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile, complementa que lo legislativo es útil en el mediano y largo plazo, pero “tenemos un problema de narcotráfico en los territorios que requiere una mirada íntegra y nueva”. Esta, ejemplifica, debe reforzar un acercamiento de la policía a la comunidad. “No digo que es inútil la ley de control de armas, pero digo que responde poco a la coyuntura de hoy”, cierra.

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