La inversión fue el doble de lo que pensamos. Lo que más me sorprendió fue el gasto en movimiento de tierra y arriendo de maquinaria”

Samuel del Sol

Con un año de vida, a dos horas de Puerto Varas, las Termas del Sol, en Cochamó, se han convertido en la nueva atracción del turismo de la Región de Los Lagos.

Con diez piscinas, entre 36 y 45 grados, vista a los tupidos cerros y a una laguna, 12 trabajadores contratados y una cafetería con un fogón y un chef que prepara sandwiches de falafel, mechada, pizzas y kuchenes, ha recibido 25 mil visitas en cuatro meses, o sea, 200 diarias.

Sus dueños Samuel del Sol -32, ingeniero comercial de la UAI- y su mujer, la arquitecta de la UC Jacinta León (30), que hizo todos los planos, no lo pueden creer. Cuando abrieron -el 19 de diciembre del año pasado- calcularon mil visitas para el primer año y 10 mil para el segundo. “Y con ocho meses cerrados por la pandemia (del 9 de marzo al 8 de noviembre) y aforo limitado, superamos todas las metas”, dice Del Sol, quien además celebra el nacimiento de su segundo hijo Teo.

En busca del lugar ideal para instalar sus termas, viajó por ocho meses desde Santiago al sur. “Recorrí 33 mil kilómetros en el mismo auto”, cuenta, lo que equivale a casi ocho veces la extensión de Chile continental. En dos ocasiones pasó de largo por Cochamó hasta que en un tercer viaje un amigo que lo acompañaba le dijo que le parecía haber visto unas cabañas con aguas termales en la zona.

Se bajó, preguntó y los dueños -tres hermanos y un padre postrado por una caída a caballo- le contestaron que sí. “Tenemos ovejas, gallinas y una piscina de agua caliente, me comentaron. Era un pozón a 41 grados, donde con mucho cariño cabían seis personas, pero todo el rato afloraba agua. Me bañé y me enamoré al tiro. Dije: aquí quiero hacer mis termas”. Cerró la compra de 40 hectáreas en febrero de 2018 con sus ahorros y apoyo de la familia.

“Que todos se vayan felices”

Vestido de pantalón negro, parka amarilla, jockey y mascarilla, Del Sol se pasea todos los días por las piscinas preguntando: “¿Está todo bien?”. Si no le meten más conversación, los visitantes creen que es un empleado muy amable o el limpiador de piscinas, labor que también cumple así como recoger colillas en el estacionamiento o limpiar los baños.

“Me preocupo que todo esté perfecto, que la experiencia sea la mejor posible. Nuestra filosofía es que cada persona que venga se vaya feliz”, asegura este fanático del esquí, a quien un accidente en la nieve le cambió la vida.

Del Sol era un clásico emprendedor. Fue inversionista ángel de Admetricks, que mediante robots revisa todos los avisos online, y co-fundador y gerente de finanzas de Solarity, que instala paneles solares, hasta que le vendió su parte a sus socios en 2016.

“Estuve un año en un proceso de búsqueda para emprender nuevamente. Con unos amigos estábamos en las Termas del Cañón en Curacautín y pensé ‘qué rica experiencia'. Y puse la idea de la terma en mi Excel, donde tenía más de 100 proyectos y los clasificaba por modelo de negocios, estilo de vida, si necesitaba socios o podía hacerlo solo, con notas de 1 a 5. Y ahí quedó, perdida”, cuenta.

-Ex seleccionado chileno de esquí y campeón nacional de descenso, ¿cómo te accidentaste en 2017?

-Esquiando en La Parva, fuera de pista, había nevado recién, había poca nieve y una piedra escondida. Siempre esquío con casco y por suerte iba con una tortuga en la espalda -como una faja que usan los que andan en moto- me caí y me pegué en la cabeza. Quedó un hoyo en el casco, seguí esquiando, pero no me acuerdo, solo sé que llegué a un andarivel y un patrulla de esquí me vio y me sostuvo del cuello. Me bajaron en helicóptero: se me rompieron seis vértebras, pero no se desplazaron y no me operaron. Tuve que estar un mes en reposo total en mi casa. Sentí que tenía que hacer un cambio y volví a pensar en las termas. Dije: ‘hay que salir a buscarlas, ¿cómo lo hago?'.

Estando en cama, contrató por tres meses a su amiga geóloga Paula Rojas, recién recibida, que encontró los afloramientos termales en el Sernageomin e hicieron un mapa de Santiago al sur.

-¿Pediste créditos y cómo fue la recepción de los bancos?

-Fui a los bancos más grandes y me pidieron avales, además de la garantía del terreno y no quisimos. Con deudas familiares y de amigos, echamos a andar el proyecto. La inversión fue el doble de lo que pensamos. Lo que más me sorprendió fue el gasto en movimiento de tierra y arriendo de maquinaria. Cuando ya no era solo un terreno, volví a los bancos y me prestaron sin aval, porque el riesgo era mucho menor. Era algo andando.

-El amor por las termas parece venir de familia: tu tío arquitecto Germán del Sol es dueño de las Termas Geométricas en La Araucanía. ¿Compiten?

-No, están en otra región -dice y se ríe, aunque conoce poco al mayor de sus tíos.

-¿Tienes amigos o conocidos que como tú y tu mujer hayan dejado Santiago por un proyecto de vida en regiones?

-Si, unas diez parejas de amigos se están viniendo a Puerto Varas y alrededores. El coronavirus ayudó con el teletrabajo. Puerto Varas tiene el Lago Llanquihue, el volcán Osorno, buenos colegios, clínicas, restaurantes y calidad de vida.

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