El hall de “El Pensador”, frente al hemiciclo de la Cámara Baja —donde suelen dar conferencias de prensa los diputados— fue el lugar escogido ayer por el jefe de gabinete y pareja de la diputada Pamela Jiles (PH), el periodista Pablo Maltés, para anunciar el ingreso de un tercer proyecto de ley de retiro de fondos de pensiones. Como se esperaba, captó toda la atención de los medios y hoy era tema de los matinales.

Y como obviamente son los parlamentarios los que legislan y pueden presentar mociones, la puesta en escena no pasó el filtro de los expertos consultados por La Segunda. Especialmente considerando que Maltés es candidato a gobernador en la Región Metropolitana y su hija Valentina postulará a la Convención Constituyente.

Algo que Pablo Ortúzar, investigador del IES, describió así: “Jiles no tiene un programa político. Tiene un exitoso y lucrativo programa de farándula política, que ella conduce y produce, y a cuya planilla de sueldos ahora quiere subir a sus propios familiares”; y el anuncio de ayer “es simplemente un acto de campaña (de Jiles), aprovechando su cargo de representación, en favor de su pareja”.

Si bien el proyecto lleva la firma de Jiles y del presidente del Partido Ecologista Verde, Félix González, desde la oposición hubo críticas, entre otros de Gabriel Boric (CS), Miguel Crispi (RD), Leonardo Soto (PS), Matías Walker (DC) y Diego Ibáñez (CS), por nombrar a algunos, apuntando a que la crisis no se podía seguir pagando con los ahorros previsionales. “Pero Diego, esta razón perfectamente aplica para los retiros que aprobaste”, le replicó Pablo Valderrama, director de IdeaPaís, en Twitter al último de los legisladores.

La sensación ambiente fue que además del fondo de la iniciativa, irritó que la dupla Jiles-Maltés captara la atención mediática. En el matinal de Canal 13, los conductores comentaron que esto había dejado “picados” a algunos. Y el analista Gonzalo Müller dijo: “Revela algo decepcionante. ¿De qué están preocupados? ¿De la necesidad de las personas o de quién puede agarrar un poquito más de popularidad?”.

De momento, el propio Maltés anunció en La Segunda (ver recuadro) que él será el vocero de la iniciativa del tercer 10%.

“Conflicto de interés”

Maltés trabaja ad honorem como jefe de gabinete, no tiene una relación contractual con la Cámara y formalmente no es marido de Jiles, pero el vínculo podría generar dilemas éticos.

Paulina Ibarra, directora ejecutiva de la fundación Multitudes, dice que “los jefes de gabinete tienen un rol, que a veces se vuelve un conflicto de interés que perjudica la ya poca confianza que tiene la ciudadanía con sus parlamentarios”.

Mientras que el director ejecutivo de Chile Transparente, Alberto Precht, señala que “es la misma discusión que se abrió con el caso del hijo de Michelle Bachelet, que también era ad honorem y ocupaba un cargo de influencia pública. Recomendamos que estos cargos no existieran y que estas situaciones no se llevaran a cabo; que las personas con cercanía importante o familia estén lejos”.

A juicio de Precht, “la función que ejerce puede ser utilizada como una especie de plataforma de campaña política” y lo de ayer “demuestra cómo la actividad parlamentaria ha decaído y tiene estas muestras que estéticamente son incorrectas”.

Ortúzar plantea que “los asesores de los legisladores deberían ser un equipo profesional del Congreso radicado en su biblioteca. No amigos y familiares de los políticos”.

Consultado el presidente de la Comisión de Ética de la Cámara, Bernardo Berger (RN), desdramatizó el hecho y comentó que “quizás el pecado que se estaría cometiendo es que por qué oficialmente a los medios se hizo la presentación por un asesor y en este caso específico no la parlamentaria”.

“No estamos acostumbrados a que esto así suceda. Creo que no corresponde, lo que sí corresponde es que los parlamentarios le pongan el sello a sus propios proyectos y no se lo endosen a terceros”, dijo el vicepresidente de la corporación, Francisco Undurraga (Evópoli), quien añadió que si “legítimamente cualquier miembro de cualquier partido político pretende ser gobernador, que lo haga en base a méritos no con los capitales privados de las personas”.“Técnicamente”, puntualizó Undurraga, “aquí no existe nepotismo porque no hay remuneración de por medio (…) Yo no puedo discutir la capacidad del señor Maltés y la tendrá que discutir el electorado si se presenta como candidato. Nosotros tenemos que procurar hacer políticas serias y no para la galería solamente. El fin no justifica los medios”.

A las críticas se sumó el Gobierno, por medio de su vocero, Jaime Bellolio (UDI), quien dijo en radio Universo que esto fue “una maniobra electoral para sacar más likes en Twitter”.

Freire: “Fin de candidatura de Maltés”

El cientista político Nicolás Freire, académico de la U.Central, señala que más allá de las normas existentes de transparencia, los estándares éticos y de probidad se han elevado. “Y este tipo de eventos, de Jiles-Maltés, evidentemente no cumple con esa solicitud de nuevos estándares éticos (…) El concepto de pareja hoy día se entiende como un familiar, independientemente del vínculo legal que pueda existir”. Y añade que el hecho de ser asesor “ganes o no plata, permite tener acceso a la información, a recursos asociados a la función del parlamentario”.

Freire agrega tres puntos políticos. Primero, que esto transgrede el mensaje de Jiles, “que desde su púlpito periodístico reclamaba contra el ejercicio tránsfuga de la política”. Hoy, dice “ocupa los espacios públicos de la misma manera que acusaba que los ocupó Sebastián Piñera”, en torno a quien “el tema del nepotismo fue una discusión muy frecuente en redes sociales”.

Segundo, “deja de manifiesto que su base comunicacional es el show. A ojos de una audiencia política tradicional este evento sería deleznable y traería consecuencias negativas; en cambio, dada la audiencia que tiene Pamela Jiles y el vínculo que ella ha establecido con sus nietitos, este tipo de situaciones no necesariamente le crean una percepción negativa, este entorno valora el show que ella hace”. Y tercero, “creo que este es el origen y el término de la candidatura de Pablo Maltés. El show de Pamela Jiles está por sobre la institucionalidad y por sobre el futuro político de él, para quien hoy esta noticia no creo que le traiga el mejor de los resultados”.

Pero en cuanto a la propia Jiles, en la encuesta Pulso Ciudadano, de Activa, dada a conocer hoy, la diputada lidera las preferencias presidenciales en menciones espontáneas, con un 13,8%, y la lista en el segmento votante probable (52,1% de la población), con un 15,8%.

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Tanto Jiles como Maltés tienen puntos coincidentes, como su historia ligada al Frente Patriótico Manuel Rodríguez —donde se conocieron cuando él era un instructor— como con la farándula, luego de que se reencontraran en 2000 siendo panelistas de televisión.

En esa época hablaban de su intimidad como pareja y levantaban polémica, como en 2013 cuando Maltés ofreció “combos” al animador de televisión Julio César Rodríguez, luego de que éste invitara a su programa a la doctora Cordero, quien cuestionó la veracidad de las afirmaciones de Jiles sobre haber perdido a su bebé nonato.

El “Abuelo” —como le dice Jiles— en 2018 dijo a “La Segunda” que junto a Jiles somos “una sociedad política indestructible”, y que “la farándula es lo más político que existe”.

Recorren juntos el Congreso en los pasillos y en las comisiones. Maltés también le hace gestión de prensa con los medios, y ella el 6 de noviembre condicionó su candidatura presidencial al resultado de Maltés en la elección de gobernadores.

Ella ha dicho que “la única persona que sabe más que yo de política es él”, y afirmó que fue Maltés quien la convenció de ser diputada, algo que ella no quería.

En 2018 dijo que prefería al “Pablo asesor, antes que al Pablo pareja”, y ambos adoptaron a dos niños del Sename.

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