“Mundaca debe llegar a mundos donde el discurso confrontacional de una izquierda radical usado en la primaria no alcanza”.

Juan Pablo Rodríguez

Fundación P!ensa

Si la Unidad Constituyente no destina importantes recursos para Valle, su opción está en peligro: requiere una campaña rápida y efectiva”.

Claudio Elórtegui G.

Investigador PUCV

El escenario político chileno se está reconfigurando. Y la decisión del Frente Amplio (FA) de radicalizar su postura y acercarse más al Partido Comunista así lo evidencia. “En ese escenario, se prevé que en las próximas elecciones habrá una fuerte tensión entre la izquierda socialdemócrata y la nueva izquierda radical. Y en Valparaíso hay claras manifestaciones de aquello, cuyo resultado sea quizá un buen termómetro de hacia dónde se moverá la izquierda chilena”.

Así lo anticipa Juan Pablo Rodríguez, director ejecutivo de la Fundación P!ensa, al ver el duelo que librará la oposición para el cargo de gobernador regional, donde se prevé una «cerrada disputa» luego que la primaria posicionara al dirigente ambiental Rodrigo Mundaca y al ex rector Aldo Valle como candidatos de ese sector.

Lo mismo plantea Claudio Elórtegui Gómez, investigador de Comunicación Política PUCV. “Puede ser un termómetro anticipatorio, junto con un escenario anímico de relevancia. Le añade un condimento especial a la elección, son ejercicios de fuerza electoral que ponen a prueba las estructuras regionales de cara a la madre de todas las batallas que será la presidencial, donde Valparaíso siempre es estratégico y suma como Concepción”, dice.

Tanto Valle como Mundaca son independientes (el primero compitió en la lista del Frente Amplio, el segundo en la de la Unidad Constituyente) y en sus respectivos pactos se impusieron a contendores más jóvenes, logrando Mundaca movilizar a más de 18 mil votos y Valle a 11 mil. Si bien ambos responden a principios de izquierda, tienen diferencias profundas.

“Demostraron ser figuras bien competitivas. Les ganaron a dos consejeros regionales jóvenes, de quienes se esperaba que dieran un golpe electoral por sus perspectivas generacionales más renovadoras y el uso intensivo de redes sociales por la pandemia”, dice Elórtegui.

Aldo Valle competía con el DC Cristián Mella (hijo del alcalde de Quillota, Luis Alberto Mella, un verdadero «cacique local» que ya cumple su séptimo período consecutivo). No le fue fácil. Por momentos Mella estuvo arriba, pero al final Valle se impuso con un 51,94%.

Rodrigo Mundaca venció con más holgura a Nataly Campusano (CS), quien ofertó un proyecto feminista y fue apoyada en terreno por parlamentarios del FA como Diego Ibáñez y Juan Ignacio Latorre. Mundaca logró un 63,94% de los votos del pacto.

Socialdemócrata o antielite

Ninguno adscribe a partidos políticos.

Si bien Valle fue apoyado por el PPD y el PS, la DC –fuerza relevante en la región- tenía puestas sus fichas en Mella.

El exrector tuvo un pasado concertacionista, y aunque en los últimos años se acercó al FA al apoyar la candidatura de Jorge Sharp a alcalde de Valparaíso, tomó distancia de ese mundo, optó seguir como independiente y volvió a mirar sus orígenes. “Tengo un domicilio conocido: la centroizquierda y la socialdemocracia, pero también fui muy critico de los gobiernos de la Concertación”, dice (ver recuadro).

Rodríguez señala que “Valle pololeó harto tiempo con el FA, pero en la purga interna que tienen allí está ganando la radicalización, y eso deja fuera a personas más centristas como Valle. Esa es una ventaja respecto de Mundaca que tiene un discurso más radical, de poder llegar más fácil al sector moderado que aspira a una socialdemocracia con vocación reformista, pero respetuoso de la institucionalidad”.

Para Elórtegui, “el exrector exhibe credibilidad y preparación, capacidad para lograr acuerdos, moderación y diálogo institucional; en el papel tiene más margen para crecer”.

Mundaca viene del mundo social y ambiental, creció como dirigente histórico de Modatima (organización que lucha por los derechos del agua de la gente) y enarboló un discurso duro contra la élite. “Fue como independiente en la lista del FA, pero no es muy querido allí porque durante su campaña fue muy critico incluso de ellos”, explica Rodríguez.

Por ejemplo, dijo no ser parte “del consenso elitario del FA” y acusó que “algunos conspicuos del FA han intentado mañosamente bajar nuestra candidatura”. Pero la mayor molestia la provocó tras declaraciones en torno a la relación de pareja que existía ente su adversaria de lista (Campusano) y el senador Juan Ignacio Latorre (RD). De hecho, desde Convergencia Social enviaron una comunicación a sus pares RD expresando su malestar.

Elórtegui agrega: “Mundaca muestra fuertes convicciones, transmite pasión, entrega decidida y potencial comunicacional, por lo que su posicionamiento puede ser muy veloz”.

Los desafíos políticos

Los desafíos de ambos para lograr la gobernación no son pocos, coinciden los expertos. “Es muy distinto ganar una primaria donde uno le habla a sus electores, que ir a una elección de gobernador regional donde se requiere un 40% más uno en una segunda vuelta”, advierte Rodríguez.

Deben conseguir al menos 200 mil votos para lograr el cargo. Y eso, considerando que la dispersión de votos no termine abriéndole el camino al oficialismo, donde se escuchan dos candidatos: Manuel Millones (exUDI) y Ricardo Urenda (Evópoli).

Aunque aún no hay definiciones de si el oficialismo potenciará solo a uno de ellos para apostar por el 40% de los votos, Millones (actual consejero regional) lleva la ventaja: tiene una amplia experiencia electoral (cinco elecciones en el cuerpo y todas ganadas), un acabado conocimiento de la región, impulsor de la descentralización y amplias redes en el sector.

Mundaca, dice Rodríguez, “deberá ampliar su discurso y entrar a temas regionales más globales: el modelo de desarrollo de la región, cómo reactivar la economía o el trabajo. Quizás eso lo incomode un poco porque debe llegar a mundos donde el discurso confrontacional de una izquierda radical usado en la primaria no alcanza”.

Y Valle, agrega Rodríguez, “deberá diferenciarse aún más de esta nueva izquierda radical, ofreciendo una opción que tienda más hacia el centro”.

Tras el voto moderado

¿Dónde están las debilidades?

Valle requiere ser conocido rápidamente en los sectores populares y es su primera campaña en una región compleja. Mundaca, en tanto, arriesga que su programa solo quede en un diagnóstico radical, por lo que debe ampliar sus banderas.

“La disputa está muy cerrada. Mientras Mundaca tenga a los movimientos sociales de la región consigo, no es tan relevante que el FA esté dividido frente a su figura. Pero si la Unidad Constituyente no destina importantes recursos para Valle, su opción está en peligro porque requiere una campaña rápida y efectiva”, dice Elórtegui.

Y aunque es difícil aventurar proyecciones, Rodríguez dice que “hoy Mundaca está en una suerte de pole position dada su capacidad de movilizar. Pero no olvidemos que viene del mundo social, donde la gente se asocia voluntariamente por una causa específica y eso facilita la votación”.

Lo complejo para él, asegura Rodríguez, será conseguir el diferencial de votos que requiere si no hace un cambio en su discurso para seducir a los moderados. “Valle tiene más margen para crecer porque en la historia electoral de la región predomina el voto moderado”, señala Rodríguez

Sin embargo Elórtegui pregunta: “¿Le alcanza a Valle con el voto de la Unidad Constituyente? Si entra a disputar un voto más de izquierda en el que se sitúa Mundaca, arriesga el voto moderado o de centro, donde probablemente esté la llave del triunfo. Pero Mundaca también tiene que acercarse a un voto progresista que podría estar con Valle, aunque no necesariamente alineado con Unidad Constituyente”.

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"Uno con el

tiempo debe incrementar sus matices. Soy independiente, pero con domicilio en la socialdemocracia”.

Admite que en el último tiempo ha tomado “una distancia crítica” de los gobiernos de la Concertación “y eso se expresó con vínculos con personas (como Jorge Sharp) más que con orgánicas. “Pero eso no debe dar pie a encasillarme. Es más, creo que uno con el tiempo debe incrementar sus matices. Soy independiente, aunque con domicilio conocido: la socialdemocracia”, dice.

Así responde Aldo Valle (65 años) al preguntarle por su retorno a la centroizquierda tras pololear con el FA.

En sus doce años (tres períodos consecutivos) al mando de la Universidad de Valparaíso además presidió tanto el Consejo de Rectores como el Consorcio de Universidades Estatales, dandole visibilidad nacional al liderar -desde allí- el reclamo por las universidades públicas y estatales.

Es abogado, hijo de la educación pública porteña: nació en La Cruz y sus primeros estudios los hizo entre Quillota y Valparaíso. En 1975 entró a Derecho, en la sede que tenía entonces la Universidad de Chile en el puerto, pero se tituló de la Universidad de Valparaíso luego de la desarticulación de la red de universidades públicas existentes hasta 1981.

Uno de sus mentores es Agustín Squella. Partió como su asistente en investigación, luego su ayudante en Introducción al Derecho, después jefe de gabinete cuando el Premio Nacional de Humanidades fue rector de la U. de Valparaíso y secretario general del plantel en el segundo período de rector de Squella.

Cercano al mundo PS y PPD (militó en ambos partidos), Valle encabezó la dirección jurídica de la Subsecretaría de Pesca en el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, momento en que tejió redes con el mundo concertacionista.

A la rectoría llegó casi por obligación. Llevaba poco más de un año como decano de Derecho, cuando una crisis financiera (y una toma estudiantil de más de tres meses) estalló en el plantel, provocando la renuncia -a fines de 2007- del entonces rector Juan Riquelme. Su "ponderación" le valió ser escogido como "hombre de consenso" y asumió el plantel con un déficit de $16 mil millones y un presupuesto total de $35 mil millones. Hoy, el presupuesto universitario supera los $100 mil millones.

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Ha sido una batalla larga, dura y muy árida. Ha sido detenido y amenazado de muerte varias veces”.

De sus 59 años, Rodrigo Mundaca Cabrera ha vivido casi 30 de ellos en La Ligua (provincia de Petorca), una de las zonas más golpeadas en el país por más de una década de sequía: “Llegué a trabajar acá en la producción sustentable de paltos y frutales en la agricultura familiar campesina, me enamoré del territorio y me quedé a vivir: en esa época había dos valles preciosos, Petorca y La Ligua. Y había agua”.

Desde aquí este ingeniero agrónomo –llegó a la zona cuando tenía 25 años- ha liderado el Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medio Ambiente (Modatima), una organización que nació en 2010 en defensa de los derechos de agua de la gente y lo ha tenido activo en la dirigencia socioambiental.

“Fui testigo de cómo, al final de los 90 y principios del 2000 llegaron muchos empresarios poderosos a comprar suelos de cerro y se pusieron a plantar paltos. En la medida que fue creciendo la superficie de plantaciones, nos fuimos quedamos sin agua. Así nació Modatima, una expresión organizada de resistencia ante el despojo del agua”, señala.

Ese movimiento territorial muy temático se extendió en el resto del país (sacaron un libro que ya va en su tercera edición), logrando la atención de medios internacionales como The Guardian, DW, France Press y El País.

“Ha sido una batalla larga, dura y muy árida. Ha sido detenido y amenazado de muerte varias veces”, cuenta. Por eso no usa WhatsApp ni habla de su vida personal.

Con Modatima, dice, instalaron el debate en torno a los derechos de agua no solo en Chile. A su haber ya tiene dos premios internacionales: el de Derechos Humanos de Nüremberg y el de la Fundación Danielle Mitterrand el año pasado.

Experiencias electorales solo ha tenido una, dice entre risas: la de presidente de curso de 4° Medio en el Liceo Don Bosco, de San Miguel.

Su estrategia para lo que viene, dice, “será mas trabajo territorial. La votación que logramos superó nuestras expectativas. Seguiremos trabajando en los sectores populares, sin abandonar las capas medias ni los sectores universitarios. No soy independiente, yo milito en la causa del agua”.

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