A nueve días de haber asumido como ministro y a pocas semanas del estallido social, Ignacio Briones se bajó del auto oficial y conversó, en plena calle, con camioneros que protestaban por el cobro del TAG. Briones se mostraba como un ministro de Hacienda atípico, más cercano y con facilidad para alcanzar acuerdos. Pero, tras poco más de un año en el cargo (asumió el 28 de octubre de 2019), la aprobación ciudadana y la capacidad de convencer al Congreso, que tuvo en sus primeros meses, se ha desvanecido.

En medio de las negociaciones entre el Ejecutivo y la oposición, alcanzar un acuerdo en pensiones podría darle un nuevo aire al exdecano de la UAI.

El costo de poner el pecho

A tres meses de su nombramiento, el ministro Ignacio Briones se posicionó como el mejor evaluado del gabinete, según la encuesta Cadem. Su aprobación, en ese tiempo de 43%, fue subiendo hasta un peak de 56% en junio (ver gráfico). Ese mes Briones logró que un grupo transversal de economistas acordara un fondo por US$12.000 millones para contener la crisis económica provocada por el covid-19.

Sin embargo, el buen momento duró poco. El ministro de Hacienda lideró la oposición al primer retiro de fondos previsionales, lo que golpeó su imagen. En julio, su aprobación cayó 18 puntos y pasó de ser el segundo ministro mejor evaluado al número 11. De todos modos, cercanos al ministro aseguran que ello no es algo que preocupe a Briones.

Expertos y exministros de Hacienda de diferentes tendencias políticas concuerdan en que el trabajo de Briones se está complicando. Las razones son que el ministro ha tenido que estar en frente de varios temas polémicos. “Me parece que está llegando tarde a los temas y en una posición demasiado rígida para el poco apoyo que tiene”, dice un ex ministro de Hacienda de la Concertación.

La debilidad de Briones no sería solo por su gestión. “Todo el Gobierno está débil y eso le repercute al ministro que va a poner la cara frente al retiro de los fondos de pensiones, donde no pudo alinear a la coalición oficialista sabiendo hace tiempo que venía un segundo retiro”, dice Alejandro Micco, ex subsecretario de Hacienda del segundo gobierno de Bachelet.

Y no solo son los retiros de fondos. La reforma al sistema de pensiones no ha avanzado en el Senado desde finales de enero. “Hacienda se demoró mucho en gestionar la reforma y tuvo tiempo para entregar una propuesta”, dice un ex funcionario de Hacienda de este Gobierno.

La culpa no sería necesariamente del ministro. Julio Dittborn, ex subsecretario de Hacienda del primer gobierno de Piñera, dice que la oposición ha complicado las cosas. “La pandemia ha sido muy impactante para la economía y la oposición la ha usado inteligentemente para justificar los retiros del 10%”, explica. Y las circunstancias llevan a que la discusión del Presupuesto 2021 sea especialmente compleja. “Iba a ser muy difícil para Hacienda en cualquier caso, por el estallido social, el covid-19 y la reforma constitucional, además del ciclo político que se avecina”, dice Mauricio Villena, decano de la facultad de Economía y Empresas UDP y ex subdirector de Presupuestos.

Un Congreso complejo

La capacidad para alcanzar acuerdos de Briones parece haberse agotado. El desgaste de estar permanente en un Congreso que está convertido en “moledera de carne”, como explican alguno de sus cercanos, también está generando costos. Según reconoció ayer en radio Duna, Briones ha asistido a más de 130 comisiones y sesiones en el Parlamento “una cada dos días” en palabras del ministro.

Pero su mayor conflicto no vino desde la oposición. Fueron los mismos parlamentarios oficialistas quienes le dieron la espalda al respaldar los dos proyectos de retiro del 10%, pese a las críticas que el mismo ministro había levantado. Incluso a pocos días de asumir en Interior, Rodrigo Delgado hablaba de hacer “eficiente” el retiro de los ahorros previsionales. En la práctica solo Evópoli, su partido, ha aparecido respaldándolo.

A esto se suman los roces con el senador PS Carlos Montes, un rival que ha complicado las relaciones con la bancada más grande de la oposición en el Congreso. De hecho, el senador Juan Pablo Letelier —también PS— es quien preside la comisión de Trabajo donde está trancada la reforma de pensiones.

En las últimas semanas, los encontrones con el PS se intensificaron. Primero cuando se eligió a Manuel Marfán en el grupo de 16 economistas para revisar el sistema tributario. El ex ministro de Hacienda es cercano al PS, pero no milita y, desde el partido, dejaron claro que no los representa. Segundo, con las discusiones entre Montes y el Director de Presupuestos, Matías Acevedo. “El tono confrontacional no era necesario y se ha seguido exacerbando”, dice un ex funcionario de la Dipres. Y, como explica Micco: “Se ha deteriorado la relación de Briones con ese mundo, lo que es complejo”.

Desde Hacienda reconocen que el calendario electoral que viene por delante es otro elemento que hará más complejo el trabajo en Valparaíso.

¿Pensiones la salvación?

Pese a las dificultades, esta semana el ministro consiguió un logro: que el Gobierno se cuadrara en ir al Tribunal Constitucional en el caso del segundo retiro de fondos y, como moneda de cambio, ingresar un proyecto por parte del Ejecutivo que, pese a ciertos reparos, alineó a los senadores oficialistas logrando bloquear (no estarán los 3/5 que requiere la reforma constitucional) la iniciativa que promueve la diputada Pamela Jiles.

Para recuperar el golpe en imagen y en la relación con el Congreso, el ministro Briones tiene una salida que podría darle un nuevo aire: un acuerdo en pensiones. Esto no solo daría respuesta a una de las principales demandas del estallido social, si no que lograría algo que no pudieron concretar ni el segundo gobierno de Bachelet, ni Felipe Larraín en esta administración.

“Definitivamente un acuerdo de pensiones sería un gran logro”, dice Villena. “Sería muy importante. El daño que se ha hecho en ese tema es grave”, agrega Dittborn. Y concuerda Hermann González, de Clapes UC y excoordinador macroeconómico de Hacienda: “Uno de los temas más urgentes es lograr un acuerdo en esta materia”. Pero, advierte que hacerlo con el actual ambiente político “no será fácil”.

Un acuerdo en pensiones podría devolverle la imagen de conciliador al ministro Briones y convertirlo, de cara a Chile Vamos y a la oposición, en el “facilitador de acuerdos” para lo que queda de Gobierno. Un activo relevante dado el énfasis que La Moneda ha puesto en la reactivación económica y la recuperación del empleo.

Además, y como advierte Micco, “no va a ser fácil, pero un acuerdo (en pensiones) le puede dar un respiro” a Briones. Respiro que necesitará para los próximos desafíos que deberá enfrentar en el polarizado Congreso. Al menos dos de ellos suelen ser políticamente delicados para los ministros de Hacienda: el reajuste del sector público (que debiera comenzar a discutirse tras el presupuesto) y el sueldo mínimo que tras la ley recientemente aprobada deberá volver a verse en abril, cuando el clima electoral ya esté instalado.

El problema es que no cualquier acuerdo en pensiones sirve (ver entrevista) y ese es el equilibrio que Briones debe encontrar.

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A poco más de un año de la llegada del ministro Ignacio Briones a Hacienda, el profesor de la Escuela de Gobierno UC, Roberto Méndez dice que ha tenido un desempeño “muy correcto”. “El cambio ocurrido hace ya un año en el ministerio se justifico plenamente y él introdujo en el Gobierno un nuevo estilo de diálogo con el Congreso y con la ciudadanía”, dice Méndez. “Su manera de explicar los temas parece ser más cercana, en un lenguaje más humanizado y ha tenido logros importantes”.

Ahora el ministro parece estar en un mal momento político y cayó su aprobación.

—En el ultimo tiempo ha sido afectado por el tema previsional. Tanto la reforma que se ha demorado demasiado como por la forma en la que se manejó esta verdadera embestida para repartir los fondos previsionales vía reformas constitucionales. Eso ha sido difícil. En parte ha sido problema de él, pero también se ha visto solitario y abandonado por el propio Gobierno, por los ministros y por los partidos oficialistas que se han dividido en este tema. Es muy duro para un ministro de Hacienda ver que mayoría de diputados del sector vota a favor de un proyecto que él dice que es un error. Fue una derrota por la oposición, fue abandonado por sus propios diputados y probablemente le pase con los senadores. Esa soledad del ministro es porque el sector está fragmentado y porque el Gobierno que manda mensajes ambiguos.

—¿Una acuerdo en pensiones podría darle una nueva oportunidad?

—Posiblemente, pero depende del acuerdo. Las cosas están tan confusas que no cualquier acuerdo va a producir eso. Una reforma previsional que sea populista y que tenga un germen de destrucción al largo plazo sería negativo no solo para imagen del ministro sino que también del Presidente. Probablemente pasaría a la historia como una derrota y sería criticado.

—Los problemas de Briones no son solo en pensiones. La discusión presupuestaria también ha sido compleja.

—Producto de la crisis económica los recursos fiscales están más apretados y es lógico que Gobierno esté forzado a buscar ahorros y recortes. Eso siempre será polémico, es normal que la discusión sea difícil. Cuando los países son más pobres tiene que restringir gastos y eso es doloroso. Hay que enfrentar la realidad de que ahora somos un país más pobre.

—¿Los problemas políticos del ministro Briones pueden poner en duda su continuidad?

—Sigue siendo uno de los componentes más respetados e importantes del gabinete. Creo que, con todos los problemas que tiene el Gobierno, sería impensable un cambio de ministro de Hacienda. El ministro Briones tiene que aceptar los costos en las encuestas de defender principios que cree importantes para una economía sana.

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