La semana pasada, Paola Bruzzone, abogada de 52 años y vicepresidenta de Clínica Las Condes (CLC), estuvo a punto de resolver el largo conflicto que la empresa tiene con sus médicos y que hoy se encuentra judicializado. Alejandro Gil, presidente de la clínica, y pareja de la controladora Cecilia Karlezi, puso a Bruzzone a la cabeza de las negociaciones. Los facultativos negociaron importantes acuerdos, pero el trabajo de la abogada fue en vano.

Tras estudiar Derecho casi a la par de su hermana Lorena (51) en la Universidad de Chile, Bruzzone inició su carrera en la salud privada como abogada interna de la isapre Unimed, controlada por el cirujano y dueño del café Haití, Mario Manbor, que en 1997 vendió a Cigna. Tiempo después fue directora de la Clínica Las Nieves, cuyo socio principal también era Manbor.

Tras su experiencia de Unimed, entró a trabajar al casi centenario estudio Lewin y Cía. cuyo cliente estrella era Falabella. Paola ingresó en 1995 su hermana Lorena la siguió en 1998. Y su tarea fue asesorar justamente al retailer y a sus filiales en distintos ámbitos por casi 20 años, mientras su jefe, el socio principal Cristián Lewin, fue director de Mall Plaza, CMR, Banco Falabella y asesor del directorio de Falabella hasta 2017, poco antes de que falleciera.

Ambas dejaron Lewin y Cía. para ocupar cargos similares en Falabella: Paola se fue como fiscal corporativa (2014-2015), y Lorena como gerenta de asuntos legales operacionales (2014-2018). Desde esos años, primero como asesoras y luego como ejecutivas, viene su relación con Falabella y con una de las herederas del grupo: Cecilia Karlezi.

“Ella tiene llegada directa con Cecilia, no solo con Gil. Él es el encargado de administrar la empresa, pero Bruzonne también habla con Karlezi”, cuenta un cercano a la abogada.

“Es conocida más que nada por esa relación que tuvo con el grupo. Me parece que sabe que eso le da poder”, agrega un abogado que ha trabajado con ella.

Tras dejar Falabella, Paola dejó la multitienda para armar el área legal de EY, donde tuvo un corto paso, pues se retiró en diciembre de 2017 para fundar su propio estudio, Bruzzone y González Abogados.

Las fallidas negociaciones

El lunes de la semana pasada se sentaron a negociar Bruzzone y Gil por un lado, y por el otro, cuatro miembros del Cuerpo Médico de CLC: Viviana Herskovic, José Luis Troncoso, Patricio Varela, Norman Zambrano y el abogado Juan Allard, socio del estudio Guerrero y asesor de los facultativos

El martes, Gil se retiró voluntariamente de las negociaciones, dejando a la abogada Bruzzone a cargo. Las reuniones siguieron el martes y miércoles, alcanzando acuerdos.

Bruzzone aceptó la solicitud del Cuerpo Médico de otorgar fuero a los negociadores por un año. Se acordó equiparar los cobros y descuentos de los médicos que atienden consultas con los que operan, dado que la fórmula diseñada por la administración perjudicaba a los primeros, creían los profesionales.

Otro avance fue permitir la participación de los facultativos en la elaboración de un nuevo reglamento médico. Buscaba reemplazar el estatuto abolido por Gil y apuntaba a regular el actuar de los médicos desde el punto de vista clínico y ético, asi como establecer los requisitos para la contratación de nuevos profesionales. También se acordó que se revisarían los incentivos para lograr descuentos en los arriendos de consultas y que la complejidad de las cirugías, el nuevo criterio para los descuentos, sería evaluada por pares, es decir, por especialistas.

El llamado “control de pares” fue otro punto en que se alcanzó acuerdo. Los médicos quieren que los nuevos profesionales que la clínica traiga no sean elegidos completamente por el director médico de la empresa (hoy el traumatólogo Rodrigo Mardones), sino que también sea algo conversado con cada departamento.

El miércoles se respiraba un ambiente de optimismo entre los médicos que veían cerca el final de un inédito conflicto.

Pero al día siguiente, Gil reapareció y puso una condición: para concretar los acuerdos, los médicos debían retirar el recurso de protección presentado el 4 de septiembre, a raíz de la decisión de la administración de CLC de poner término unilateral a los contratos de 559 médicos a contar del 1 de octubre. Eso quedó congelado debido a una orden de innovar que obtuvieron los médicos en la justicia.

Fuentes agregan que Allard, el asesor legal de los médicos, tras los acuerdos alcanzados, habría enviado un correo a la clínica pidiendo dos nuevas condiciones, invalidando las anteriores negociaciones.

Una fuente al tanto de este proceso cuenta que Bruzonne entonces se retiró de las negociaciones aludiendo que los médicos ahora tendrían que “entenderse con Alejandro”. Desde ahí, todo sigue congelado, ya que el presidente de la clínica se encuentra otra vez en un viaje por Estados Unidos.

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La Corte de Apelaciones de Santiago fijó para el próximo lunes 16 de noviembre los alegatos para el recurso de protección que interpusieron los médicos contra la administración de la Clínica Las Condes en septiembre, que ha mantenido a ambas partes negociando sin muchos resultados.

En tanto, los recursos legales han continuado. El martes, los médicos acusaron de “desacato” a la clínica por una demanda que ésta presentó contra siete miembros de su Comité Ejecutivo, donde los abogados representantes de la empresa, Sebastián Oddó y Martín Coronado, acusaron a los profesionales de tratar de imponer un “cogobierno” en CLC.

La clínica respondió ayer a las acusaciones de los médicos. “Los recurrentes intentan crear una artificial conexión entre los ‘Estatutos del Cuerpo Médico' y los contratos de arrendamiento de infraestructura. La presentación de la demanda declarativa carece de aptitud fáctica y jurídica para alterar, en modo alguno, la suspensión de los efectos de los 559 desahucios practicados”, respondieron Oddó y Coronado.

Los “599 desahucios” hacen referencia a los cambios de contrato que la clínica pidió a ese número de profesionales, y que fueron la génesis del actual conflicto.

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