Tras llegar a las 7:45 a La Moneda, el nuevo ministro del Interior, Rodrigo Delgado, comenzó su jornada con llamadas telefónicas y con una ronda de reuniones con subsecretarios de la cartera.

Si bien el nombre de Delgado siempre estuvo en la carpeta del Presidente Sebastián Piñera para asumir algún cargo gubernamental (como subsecretario, intendente o ministro), su llegada a Interior fue sorpresiva, pues su perfil se alejaba de los modelos clásicos de ministros en esa cartera, donde han predominado figuras influyentes en los partidos (por ejemplo José Miguel Insulza, Edmundo Pérez Yoma, Jorge Burgos o el mismo renunciado Víctor Pérez), que sean del núcleo más íntimo del mandatario de turno (Rodrigo Peñailillo, Rodrigo Hinzpeter o Gonzalo Blumel) o bien que conjuguen ambas cualidades (Andrés Chadwick, por ejemplo).

Más aún, en el último año, el exalcalde había sido crítico de La Moneda. Primero por la estrategia para contener el estallido social y luego por el combate del coronavirus. Incluso, fue uno de los dirigentes de Chile Vamos que respaldó la primera reforma para el retiro del 10% de los ahorros previsionales, que derivó en una crisis para La Moneda en julio pasado.

Sin embargo, pese a ello, el Presidente siempre le ha tenido un aprecio especial a Delgado. Desde su primera administración, lo consideró como uno de los rostros que darían una renovación a la centroderecha y él se convirtió en uno de los asistentes asiduos de la Fundación Avanza Chile, donde Piñera articuló el plan para regresar a La Moneda.

Así, en el último año, las críticas de Delgado al Gobierno por lo general eran escuchadas, tal vez porque el mismo exjefe comunal se cuidaba de no usar un tono destemplado. De hecho, nunca cortó lazos y siguió asistiendo a los encuentros en Palacio, por ejemplo, de la Mesa Social Covid, donde académicos, autoridades municipales y gremiales expresaban sus inquietudes por el manejo de la pandemia.

Dentro de las virtudes del nuevo jefe de gabinete es que cuesta encontrarle adversarios políticos. Ha logrado construir relaciones con todos los sectores políticos y en la interna de la UDI era apreciado por la directiva de la senadora Jacqueline van Rysselberghe y por la «disidencia» que lidera la diputada María José Hoffmann.

En materia presidencial, tiene una mayor afinidad con el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, a quien sigue en sus postulados de integración social y de acercamiento hacia el centro. De hecho, transparentó su voto por el Apruebo. Sin embargo, cuando irrumpió la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, con quien también tiene amistad, él se declaró neutral en esa competencia.

“Es un orgullo (su designación). Todos los alcaldes, más allá de las tendencias políticas, estábamos contentos. Los alcaldes siempre peleamos para que se nos tome más en cuenta. Entonces, que uno de los nuestros sea ministro del Interior es un hito”, dijo Lavín.

Por su parte, Matthei en Twitter señaló: “Le deseo mucho éxito a @RodrigoDelgadoM en este nuevo desafío. Me alegra que un alcalde, asuma como ministro del Interior. Estoy segura que lo harás excelente. Espero tengas la oportunidad que mereces para contribuir con tu experiencia y mirada”.

Del punto de vista ideológico, no calza con el perfil tradicional de la UDI. Él es más liberal, de ideas más moderadas y ha estado por un cambio constitucional.

No llegó al partido por el reclutamiento habitual de la Fundación Jaime Guzmán. Su puente fue el exdiputado y exalcalde Gustavo Hasbún, a quien conoce desde el colegio y comparte su origen palestino (el apellido materno del ministro es Mocarquer). Hasbún fue quien lo ungió como sucesor en la Municipalidad de Estación Central, pese que hoy ambos están distanciados (ver nota secundaria).

El origen palestino, le ha ayudado a construir lazos con la oposición, por ejemplo, con el presidente de la DC, Fuad Chahin, o con el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC), con quien también compartía experiencias de gestión municipal.

Ayer Jadue en su programa radial, que se transmite en Facebook expresó: “Conozco a Rodrigo y tengo una buena impresión de él, (pero) creo que le acaban de hacer un flaco favor, porque el cambio de nombre no es lo relevante. El Gobierno tiene que cambiar de estrategia”.

En el otro extremo político, el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast escribió en Twitter: “Le deseo lo mejor a @RodrigoDelgadoM como ministro del Interior. Ojalá su foco sea devolver el estado de derecho a La Araucanía, combatir con fuerza el narcotráfico y respaldar la acción de Carabineros en el control del orden público”.

Frente a su falta de experiencia política, que fue ayer mencionada, por ejemplo, por el senador PPD, Felipe Harboe, hoy Delgado dijo en la radio Duna: “Obviamente hay un tema de lo que uno pueda llamar «tonelaje político», efectivamente uno como alcalde no tiene el circuito que tienen los parlamentarios y esas relaciones. Pero, a lo mejor, lo que la gente necesita es ver rostros distintos, que sí tengamos una experiencia en la política desde otro ámbito, de lo local, de la calle y el barrio”.

Otra de las facetas de Delgado es que es uno de los políticos que tiene habilidad para desenvolverse en programas de farándula televisiva.

Suele asistir a matinales y programas de radio, estrategia que, por ejemplo, ayudó a posicionarse a Lavín.

En 2019 fue invitado a “Podemos hablar” de Chilevisión, en el que confesó que en un viaje a Jamaica se hospedó en un hotel para adultos. “Me consta que había orgías y vi, pero no participé directamente”, dijo, para luego añadir que tuvo que meterse desnudo a un jacuzzi junto a otros latinos.

Además, Delgado —quien está casado con la exintegrante del programa juvenil Mekano, Nicole Nef— tuvo un romance con la presentadora de TV, Pamela Díaz, según ella misma confesó. “Fue un beso, pero nada”, dijo Díaz el 2018.

Durante la pandemia, Delgado, en varias oportunidades pidió que el Gobierno entregara las cifras de contagiados a los jefes comunales.

Siendo presidente de la Asociación de Municipalidades Chilenas (AMUCH), fue uno de los alcaldes quienes capitalizaron mejor la aprobación ciudadana ante el combate del coronavirus. En la encuesta Criteria —entre el 29 de abril y el 4 de mayo, en plena crisis por el covid—Delgado marcó un 59% de aprobación.

Una de las primeras pruebas de fuego que deberá sortear el nuevo Comité Político — con Delgado a la cabeza— es el tema del segundo retiro de un 10% de fondos previsionales.

Un tema que están en la comisión de Constitución de la Cámara donde ayer se aprobó la idea que el retiro se realice en una sola cuota y no en dos, como fue la primera vez.

Aún falta que se despache a la Sala en donde el Gobierno, particularmente el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, tendrá la última oportunidad de evitarlo.

Pero para lograrlo deberá jugársela por evitar la dispersión del voto de los diputados oficialistas que la primera vez aprobaron la iniciativa tal como el flamante ministro Delgado que, como alcalde, apoyó el primer retiro.

Asimismo a corto plazo, Degado tiene que resolver el Alto Mando de Carabineros propuesto por su general director, Mario Rozas, y que contemplaría la salida de una docena de generales, salvo el mismo Rozas cuya continuidad sigue siendo cuestionada.

En paralelo, hay que ver como el nuevo ministro del Interior espera controlar las protestas en Plaza Baquedano que han reaparecido las tardes de los viernes con incidentes.

Y a más largo plazo, una respuesta para el conflicto en La Araucania que hoy sumó un nuevo atentado incendiario.

A partir de hoy comienzan a correr 10 días para que el concejo municipal elija al sucesor de Rodrigo Delgado en Estación Central. Los ocho concejales deberán escoger por mayoría simple a quien quede a cargo hasta abril, mes de las elecciones. Y si bien hay varios nombres que buscarán ser alcaldes (hace meses se sabía que Delgado no competería por haber llegado al máximo legal de períodos), en el oficialismo, particularmente en la UDI, ya hay un nombre preinscrito que llama la atención: El exalcalde de esa comuna y exdiputado, Gustavo Hasbún. “No lo he descartado, pero es una decisión que tendrá que tomar el partido en su momento”, responde molesto ante la filtración de su inscripción y ante las versiones comunales de que “ya está corriendo”.

El nombre de Hasbún genera incomodidad en la UDI, donde también hay otros preinscritos, como el concejal Ivo Plavlovic. Si bien reconocen que tiene el plus de haber estado en el cargo, también pesa el conflicto en el que envolvió a su compañero de partido y actual ministro de Economía, Lucas Palacios, cuando a principios de este año se filtró un audio en que Hasbún involucraría a Palacios en un tema de coimas. En ese episodio, desmentido por ambas partes, la UDI se cuadró con el ministro y el exedil quedó en mala posición con su colectividad.

Delgado llegó a la UDI y al municipio de la mano de Hasbún, con quien era amigo desde la juventud. Sin embargo, quienes los conocen comentan que si bien siguen en contacto, “ya no es lo mismo que antes”.

Antes de ser nombrado ministro, Delgado fue consultado dos veces por La Segunda si apoyaría el nombre de Hasbún: “Estoy abocado a tener conversaciones necesarias para que el partido pueda tomar la mejor decisión. Hay un comité electoral del que ya no soy parte y tengo que ser muy prudente. Cuando el partido tome la decisión, apoyaré a esa persona. Me parecería imprudente hablar de una sola persona”, respondió.

Misma pregunta se hizo al diputado del distrito y expresidente UDI, Patricio Melero: “Es muy importante que Chile Vamos, entre las distintas opciones que están postulando, resuelva bien para lograr proyectar una gestión municipal muy positiva como ha sido la de Rodrigo Delgado”, respondió.

Sin embargo, en la UDI ven con cierto pesimismo la elección en la comuna. Dicen que históricamente ha sido una zona de izquierda, que la votación del plebiscito hace que el resultado sea incierto, y destacan que algunos concejales opositores que aspiran al cargo han crecido. Entre ellos mencionan al independiente (ex PS) Felipe Muñoz, primera mayoría en 2016.

“Habrá una gran movilización con un foco en el proceso constituyente, y eso va a romper la tradición de tener una elección municipal no tan polarizada y despolitizada. Eso hará que sea una elección atípica, impredecible en cuanto a los resultados”, reconoció Delgado a La Segunda, días antes de ser nombrado ministro.