Aunque se vio a más jóvenes en las urnas, lo deben confirmar los datos (izq.). En la tercera edad, la pandemia podría haberla alejado (der.)

Más allá del análisis político del triunfo de las opciones Apruebo y Convención Constitucional en el plebiscito de ayer, en el trasfondo existe otra evaluación tan o más relevante para lo que viene: quiénes votaron y si existe un nuevo elector, en un total de votantes que aunque es el más alto desde que existe voto obligatorio, es solo 1,8 puntos más que en la segunda vuelta presidencial de 2017. Esto, pensando en la elección de convencionales constituyentes del 11 de abril.

La elección de ayer al menos dos certezas y una duda por resolver.

1Despertaron las comunas pobres

Las comunas de menor desarrollo socioeconómico han sido consistentemente las de menor participación electoral. Esta vez, donde no había un candidato sino una idea detrás, atrajo a sus votantes. Si se compara en participación en el plebiscito con lo ocurrido en las elecciones presidenciales de 2017, en La Pintana la participación subió de 37,3% a 51,7%, en Puente Alto pasó de 43,7% a 57,3% y en Cerro Navia saltó de 45,1% a 55%. “Si uno ve un camino institucional sin color político, se ve a un votante que está de acuerdo en una idea de construir una nación entre todos, y esta idea del Apruebo es la más popular en la historia de Chile”, dice Antonio Díaz-Araujo, socio de la consultora Unholster y fundador de la plataforma Decide Chile.

Y las razones pueden ser varias, aunque Díaz-Araujo se atreve a esbozar dos: la influencia de los alcaldes y la organización comunitaria tras el estallido, como las ollas comunes, cuyos liderazgos incentivan a sus vecinos a participar.

2 Las comunas más ricas se guardaron

Persistentemente, las comunas de mayor desarrollo socioeconómico exhiben las mayores tasas de participación. Pero esta vez, pese a que sus números no fueron bajos, sí mostraron caídas relevantes respecto a la última elección presidencial. Sin embargo, es probable que reaparezcan en abril. En Las Condes, por ejemplo, la tasa de votación bajó de 66,1% a 62,1% y en Vitacura cayó de 73% a 68%.

“Hubo personas que por el tema de la pandemia decidió no votar, o porque su opción no ganaba, y eso se concreta en las zonas de altos recursos”, argumenta Jorge Fábrega, director del Doctorado en Ciencias de la Complejidad Social de la UDD.

3 La duda: ¿Será extrapolable la votación del Apruebo?

Esto solo podrá ser respondido el 11 de abril. Pero los expertos hacen algunas advertencias. Por ejemplo, en la participación juvenil, de la cual hay una percepción de que fue mayor ayer. “Esta votación extraordinaria motivó a jóvenes de sectores más vulnerables”, asegura Claudia Heiss, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile. “Pero cuando los partidos llamen a votar, no sé si van a llamar la atención de este joven, no sé si va a querer ir a votar en la Constituyente por una persona o un partido”, agrega Heiss.

“Es mucho más probable que quienes decidieron no votar en zonas de altos ingresos lo hagan para la Constituyente a que personas que votaron Apruebo voten en esa elección”, apuesta Fábrega.

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El jueves 22, La Segunda consultó a 30 personajes sus predicciones para lo que sería su primer plebiscito. Y mientras algunos estuvieron bastante lejos (como Henry Boys, que apostaba un triunfo del Rechazo por 7 puntos de diferencia), otros demostraron aptitudes para la futurología.

Tal es el caso del ingeniero civil Luis Larraín; la directora de incidencia de Espacio Público, María Jaraquemada; y el cientista político Kenneth Bunker, quienes predijeron la victoria del Apruebo por un rotundo 75 a 25%. ¿Cómo lo hicieron? Siguieron las encuestas, que promediaron un resultado de 80 a 20. “Le achuntaron bastante bien. De hecho, me equivoqué porque el promedio de estas era un poquito más alto de lo que aposté”, cuenta riendo el expresidente de Fundación Iguales.

El voto escondido desde la derecha en favor del Rechazo fue factor de cálculo. Mientras Larraín estima que este no apareció finalmente, Búnker cree que sí lo hizo. Al menos, en parte. “Hay una distribución que tiene que ver con patrones históricos y ahí tienes un 70/30, pero cuando Renovación Nacional hizo la votación dentro del partido para ver si apoyaban el Apruebo/Rechazo, salió 60/40. Llegas al 75% perfecto”.

Mayor sorpresa generaron las preferencias por el órgano encargado de redactar la nueva Constitución. “Esperaba que fuera más disputado, un 60/40”, dice Jaraquemada quien preveía un mayor apoyo por parte de la derecha a la opción Mixta. “Tenía muy mala venta”, opina sobre ésta Larraín, al que en este punto no lo ayudaron mucho las encuestas. Bunker, menos asombrado, dice que la gente no tenía mucha claridad sobre la segunda pregunta – “¿qué significaba mixta? ¿paridad?”–, lo que habría redundado en “muchos votos blancos y nulos”. Quienes votaron, “iban por la Constituyente”, sostiene.

Sobre la participación electoral, Larraín comenta: “Si bien el resultado fue rotundo, la mitad de la población sigue totalmente desinteresada de la política”.

“No es una mala participación”, matiza Jaraquemada, que apunta a la pandemia. “Mucha gente vio la fila y se fue para la casa, como el Chino Ríos”, coincide Bunker, para quien el voto voluntario “no ayuda”.

N.V. y P.F.

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