En estos meses en que los restaurantes han tenido que cerrar sus puertas, la suerte no ha sido para todos igual. Uno de los escenarios que han tenido que sortear los cocineros, es que no todas las cocinas sirven para el formato delivery. Y una vez que han podido abrir sus terrazas… tampoco se pueden seguir preparando y sirviendo, porque el nuevo escenario no está todavía para ese tipo de cocina, ya sea por el formato o por sus precios. Me refiero a la alta cocina o a restaurantes en un formato que tiene más técnica y elaboración.

¿Qué se hace en estos casos? La gran mayoría de los cocineros –en Chile y en otros países– ha preferido cuidar la marca, protegerla y aventurarse con preparaciones más sencillas: hamburguesas, pollos muy bien sazonados para llevar, helados y un largo etcétera. Muchos incluso han iniciado una nueva marca, una suerte de “hermana” chica y desenfadada. Soy de las que apoya y alienta que así lo hagan, porque no estamos en tiempos de andar exigiendo más allá de lo que muchos pueden dar; pero sí es importante sacar lecciones de lo vivido, transformar las cocinas y acercarlas a la gente. Si así se hace, todos terminaremos ganando.

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Casino Latriana

Le tengo fe a este local. No sólo por devota, sino porque antes que llegara la pandemia, cuando estaba pronto a abrir en forma masiva, pude probar sus delicias. La cocina está a cargo de Francisca Albornoz, una cocinera que cada vez me gusta más por la soltura con la que hace sus preparaciones, los sabores a los que llega y porque tiene una estética que se agradece. Hace una semana, su local (además del delivery) empezó a atender para servir un magnífico brunch. Los platos son a la carta, lo que permite pedir lo que uno quiera… nada de amarrarte a un menú. Hay alternativas de panes deliciosas, huevos cocinados perfectamente acompañados con espárragos sellados y frutos secos, berenjenas en escabeche, panes ciabatta con verduras grilladas y otras crudas, unas bollerías infartantes de ricas, unos magníficos croissants, yogurts naturales con meremlada de kiwi con frutas frescas y granola casera. Todo con un exquisito gusto a la hora de montar los platos. Para tomar tienen muy buen café, té y más alternativas. Ya lo dije… un local al que le tengo fe.

Dirección: Triana 861, Providencia. Reserva:latriana.cl. Horario: sábado de 11:00 a 15:00 horas.

El Bodegón de La Vinoteca

Ignacio Ovalle es de los cocineros que aman su oficio, que le apasiona y emociona lo que puede resultar del respeto a los productos y, lo mejor, es que cocina muy bien. Si a lo anterior se suma que en El Bodegón hay una estupenda carta de vino y a muy buen precio (el mismo de la tienda de vinos), estamos ante un restaurante al que hay que ir. La carta es amplia y variada, y acá van algunos de mis recomendados. Parto por sus estupendas Sartenes, con preparaciones como las Mollejas crocantes, cocinadas al hierro, con vegetales asados, un confit de tomate picante y salsa de mostaza antigua. O el Pulpo al sartén de hierro sobre papas con puerros y setas salteadas con guanciale (una suerte de tocino italiano). Si es de pescados y mariscos, pruebe el Dúo de pescados con ñoquis y salsa beat de betarragas. Y si le gusta el cerdo, está el Chanchito maravilla –costillas deshuesadas braseadas con arrope y vinagre de pipeño, que se sirve con una milhojas de papa, zapallo asado y tomates confitados–. Puede terminar con unas Peras al chardonnay sobre sabayone al limón y galleta de almendra, y acompañar todo con algunos de sus vinos. Imperdible.

Dirección: Nueva Costanera 3955, Vitacura. Tel. 22953 6291 // Manuel Montt 1452, Providencia. Tel. 22829 2250 // Horario: de lunes a sábado de 12:30 a 21:30 horas.

De Raíz by 99

Es la nueva propuesta de Kurt Schmidt, el cocinero y dueño del restaurante 99 y Prima Bar, que tiene más de un premio dentro y fuera de Chile. La cocina de Kurt tiene un cruce entre frescura, innovación y técnica, con un resultado que dan ganas de más. Y una de las cosas que ha hecho estos meses, es pensar en cómo mantener su buena cocina sin abrir el restaurante. De Raíz by 99 es el resultado. ¿Cómo funciona? Son preparaciones cocinadas al vacío, que en cada bolsa lleva un código QR con un video de instrucciones para terminar de armar cada plato en casa y así tener una experiencia gastronómica lo más similar al restaurante. Puede elegir entre tres alternativas de entrada, fondo y postre. Sugerencias: el magnífico Pulpo confitado, Tartar de vacuno o una Zanahoria confitada. De fondo puede ser un Cremoso de mote y hongos, una Lasaña de chupe de jaiba o un Cordero con ñoquis, y de postre, me quedo con el Mousse de chocolate. Un regalo: el pan de masa madre, la mantequilla de hongos (un hit del local), pastelitos chilenos y un vino “Don Modesto”. Mi nuevo delivery favorito.

Pedidos en: deraiz.com

Curacaribs

Mi carne favorita es la de cerdo y soy hincha de los ahumados… entonces imagínese la felicidad cuando encuentro este tipo de productos juntos. En Curacaribs trabajan maravillosamente diferentes tipos de cortes de esta carne y de vacuno, las que ahúman con leñas de robles, manzanos y durazno de árboles caídos, certificados por la CONAF. Luego, preparan su propia salsa barbecue, en dos formatos: clásica y picante –hecha con ajíes fermentados–. ¿El resultado? Un sabor para repetir una y otra vez. Tienen el Baby Back Ribs, un costillar ahumado durante cinco horas y luego especiado. Está el Spare Ribs, un súper costillar de centro de cerdo estilo St. Louis; el Brisket, que es un tapapecho de vacuno ahumado durante horas y que fue adobado sólo con sal y pimienta negra recién molida, y por último, uno de mis favoritos: el Pulled Pork, una paleta de cerdo ahumada por 10 horas, luego deshilachada y que tiene un perfecto sabor ahumado y dulce a la vez.

En venta en diversas tiendas especializadas y en: curacaribs.cl

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