“Somos el chico batallando contra el grande”, dice el abogado Raimundo Labarca por su cliente Inversiones Tricahue y su contraparte, la italiana Enel.

Tricahue, bautizada así porque en la Región del Maule habita este loro -el más grande y colorido de Chile-, es una sociedad que posee el 2,91% de la Empresa Eléctrica Pehuenche, una de las tres centrales hidroeléctricas más grandes de Enel Generación, la ex Endesa, ubicada a los pies de la Laguna del Maule.

Es pequeña, medida por su participación en Pehuenche, pero no así sus accionistas. En Tricahue, creada en 1988, participan empresarios poderosos como Juan Eduardo Errázuriz, socio de Sigdo Koppers; José Cox y Ricardo Bachelet, de CMB, Antonio Tuset, director de empresas, y también ex gerentes y trabajadores de Pehuenche, que está abierta en la bolsa y se transa bastante. No ocurre lo mismo con Tricahue, que es abierta, pero sus acciones no tienen movimiento.

La batalla legal es de larga data. Desde que, en 2008, Tricahue pidió un arbitraje para revisar los precios que pagaba la generadora Endesa Chile –controlada en esa época por Endesa España- a Pehuenche por su energía por considerar que eran inferiores a los de mercado.

El árbitro Arnaldo Gorziglia le dio la razón y Endesa terminó acatando el fallo, explica el abogado Labarca, por lo que pagó una indemnización a Tricahue y modificó los contratos con Pehuenche.

Casi una década después, en 2017, las relaciones volvieron a tensarse cuando la italiana Enel, dueña a esas alturas de Enersis y Endesa en Chile, llevó adelante el Plan Elqui, dejando fuera a Pehuenche y, por ende, a Tricahue.

En parte por presión de las AFP, ante la decisión de Enel Chile (ex Enersis) de concentrar los nuevos negocios en energías renovables no convencionales (ERNC) desarrolladas entonces por una compañía desde Italia, sin hacer partícipes a sus empresas en Chile, Enel Chile decidió crear una filial para hacerlo en nuestro país.

Con esa finalidad, Enel Chile lanzó en 2017 una Oferta Pública de Acciones (OPA) sobre Enel Generación (ex Endesa) para comprar el máximo de papeles posible, incluyendo a las AFP, que eran dueñas de cerca de un 40%, y pagando un premio de 20% por acción. “Quería compensar a los accionistas de Enel Generación, porque no iban a poder desarrollar los nuevos negocios con ERNC, ya que el Plan Elqui contemplaba que estas energías solo se iban a llevar adelante a través de una nueva filial, Enel Green Power”, afirma Labarca. En simple, Enel Generación quedó como dueña de las centrales hidroeléctricas.

“Nos privó (a Pehuenche y a Tricahue) de desarrollar el negocio de las ERNC y no nos compensó, porque no nos consideró en la OPA”, afirma Labarca.

Hubo negociaciones y como el precio ofrecido fue “abusivamente bajo” –acusa el abogado- Tricahue pidió un arbitraje en 2017. Y demandó a los directores de Pehuenche, a Enel Generación y su directorio, y lo mismo a Enel Chile por haber excluido a los accionistas de Pehuenche de la OPA. Las demandadas apelaron, la Corte de Apelaciones falló que el arbitraje correspondía siempre y cuando se dejara fuera a Enel Chile y a su directorio. A raíz de esto último, Tricahue desistió, “porque quien nos causó el daño fue Enel Chile, la matriz”, precisa el abogado de Tricahue.

El 28 de septiembre pasado, Tricahue presentó una demanda de indemnización de perjuicios por $73 mil millones (US$93 millones) para compensar el daño causado a raíz de haber sido excluida de la OPA en su calidad de accionista de Pehuenche.

Labarca asegura que es cuestión de tiempo “para que se pongan las cosas en su lugar y Enel Chile pague lo que corresponde a mi cliente”

Enel Chile respondió que no tiene comentarios que hacer, porque el asunto se está viendo en tribunales.