El anuncio fue el miércoles, pero se venía estudiando hace meses. Banmédica, isapre controlada por la estadounidense UHG, decidió recibir a afiliados de otras isapres e incluso de Fonasa que, teniendo preexistencias, no hayan necesitado de tratamiento en los últimos dos años, rompiendo así una de las principales trabas del sistema privado de salud que mantiene “cautivos” a entre 3 y 4 de cada 10 afiliados de las aseguradoras privadas, según las estimaciones que se manejan en la industria.

Al momento de hacer el anuncio, Banmédica explicó que el 40% de sus afiliados tienen preexistencias y calculó que un porcentaje similar de los afiliados a isapres podrían verse beneficiados por la movilidad entre aseguradores privados.

En este escenario, ¿es posible que la movida de Banmédica produzca cambios sistémicos en un área donde los últimos gobiernos no han logrado modificaciones sustantivas? Los expertos creen que sí.

Carolina Velasco, investigadora del CEP, estima que desde el punto de vista de las señales que entrega, la movida es “muy importante”. La decisión, dice, demuestra “que hay espacio para hacerse cargo de personas con preexistencias y que la movilidad (entre aseguradoras) puede existir”.

En la misma línea, Héctor Sánchez, exsuperintendente de salud y hoy profesor de la UNAB, cree que la medida “va en la dirección correcta”, y que dado el tamaño de Banmédica la jugada generará efectos.

Victoria Beaumont, directora de Fundación Politopedia, admite que los cambios en la industria han llegado “tras muchos años de status quo” y que ello solo ha sido posible por el camino administrativo. “Ha sido el mejor camino para concretar en el corto plazo cambios que no encontraron solución en el legislativo”, admite.

De todos modos, tanto Velasco como Sánchez coinciden en advertir que si otras isapres siguieran esta iniciativa, se harán necesarias otras medidas como un fondo compensatorio por riesgo mayor al que existe hoy (que únicamente cubre las patologías GES), siguiendo el modelo que existe en otros países del mundo.

Un fondo compensatorio ayuda a balancear entre las isapres a aquellas que tengan un número de afiliados más riesgosos comparado con otras que tengan un grupo de personas más sanas.

De lo contrario, la medida será difícil de sostener en el tiempo si, por ejemplo, todas las personas de mayor riesgo pasaran a una misma isapre. “Por eso se requiere que el regulador tenga una reacción”, pide Sánchez, ya que en su opinión la eliminación de las preexistencias propuesta por Banmédica “podría tener efectos aún más positivos dependiendo de la velocidad con que se mueva la superintendencia” para articular dicho fondo.

Velasco agrega que para que exista una real capacidad de elección por parte de todos los usuarios, además de los mecanismos compensatorios por riesgo, deberán buscarse otras herramientas que permitan movilidad entre el sistema de seguros privado y Fonasa, debido a los mayores precios de las isapres.

Para realizar el cambio, proceso que será 100% online, Banmédica abrirá un proceso de postulación únicamente durante octubre. Luego se espera un nuevo proceso a comienzos de 2021.

Podrá postular cualquier afiliado que provenga de otra isapre o desde Fonasa, y que teniendo alguna preexistencia declarada no haya tenido ni necesitado un tratamiento —para dicha enfermedad— en los últimos dos años.

De este modo, no son elegibles enfermos crónicos que estén utilizando terapias y medicamentos relevantes producto de la enfermedad preexistente, ni quienes hayan presentado licencias médicas relacionadas a esa enfermedad en los últimos dos años.

La postulación incluye una declaración de salud, equivalente a la que se realiza para cualquier otro afiliado, la cual será analizada por la isapre.