Al estallido social no le encontré ningún sentido, pero cuando llegó un millón de personas a la Plaza Italia me hizo pensar muy profundamente”.

Es uno de los enólogos más famosos de Chile y de los primeros que fue contratado jornada completa. Cuando entró a trabajar a la Viña Undurraga en 1972, recién salido de Agronomía en la UC, “iba un señor que dejaba indicaciones en un cuaderno con una letra muy bonita”, cuenta refiriéndose al cargo que, cuatro años después, ocupó. “Así era antes”, dice Aurelio Montes Baseden (71), fundador de la Viña Montes y que al casarse con Bernardita del Campo, heredó a sus cinco hijos dos apellidos por los que, a veces, los molestaban.

-¿Por qué Viña Montes si eran cuatro los fundadores: Douglas Murray, Pedro Grand, Alfredo Vidaurre y usted?

-En la exportación hay que usar nombres fáciles. Montes lo lee un japonés o un finlandés. Murray es escocés y ellos no producen vinos por el frío, sino whisky. Vidaurre tiene muchas erres y Grand es francés. Montes alude a las montañas y además soy enólogo, lo que en el vino equivale al chef del restaurante. En el restaurante todos siguen al chef, el enólogo tiene el glamour.

En 1987 crearon esta viña pionera por centrarse en vinos caros y que este año fue elegida la cuarta mejor del mundo por el World's Best Vineyards Awards, donde votan 3 mil personas entre sommeliers, críticos y amantes del vino.

Eso de presentarse como “guardián del espíritu” fue una idea que tomó de Douglas Murray, “mi querido amigo, gran marketero y responsable del éxito de la viña Montes y de otras, que se definía así. Cuando murió, dije en la misa: yo tomo el bastón y seré el guardián del espíritu”.

Vidaurre murió hace 12 años de ELA. De los fundadores, solo queda Montes en la propiedad, con un 30%; el resto pertenece a los Garcés (Embotelladora Andina, Consorcio) y los Barros (Río King).

-En Chile, ¿Montes está entre las viñas con vinos más caros?

-Si pongo todos los vinos, top 1 o 2, con US$70 en promedio la caja (12 botellas). Si considero los íconos Montes M, Purple Angel y Folly, top 3.

Una botella de sus íconos vale $70 mil, “nos bañamos en agua bendita antes de hacerlo”. El Taita, el más caro, cuesta $200 mil y “es para regalarlo a un jeque”.

-Como presidente de Vinos de Chile, calculó una baja en envíos de 20 a 30%. A julio, era de 5% en volumen y 10% en precio, ¿por qué fue menor el impacto?

-En agosto incluso mejoró: Chile va un 2% abajo en volumen de exportaciones (vs. 2019) y 6,7% en precio. La venta en hoteles, restaurantes y catering en el mundo se cerró, pero fue reemplazado por la venta online. Si antes este canal representaba un 12% de las ventas, con la pandemia subió al 25% o 30%.

-¿Se toma más vino en la pandemia?

-El consumo per cápita subió por el consumo hogareño. La pandemia nos relajó, yo empecé a tomar una copita o dos bien conversadas con mi señora jugando naipes, cosa que nunca hacía, y descubrí que es encantadora.

Un 4 para su vecino

Cuando en 1978 muy pocos en Chile piloteaban, Montes obtuvo su licencia. “Juntaba mis luquitas y una vez al mes me iba al Club Aéreo de Melipilla y arrendaba una horita (de avioneta)”. Hasta que se compró la suya, ya como viñatero, y hace cinco años se pasó al helicóptero, un Robinson 44. Vecino del Presidente Sebastián Piñera en Bahía Coique, cuenta que se tienen que poner de acuerdo “cada vez que despegamos para no chocar”.

- Usted votó por Piñera. ¿Del 1 al 7 como califica su gobierno?

-Con un 4.

-Pasa raspando.

-No pudo cumplir su programa pues la izquierda le fue imponiendo lo que quería y la blandura con la cual se ha actuado en todo es algo que la derecha censura.

-En agosto declaró a Pulso que esperaba que este gobierno “le deje al próximo un país más ordenado y no el desastre que tenemos con violencia, anarquía”. ¿Dónde observa anarquía?

-La anarquía violenta estuvo en el estallido social y la política la veo hoy, con acusaciones constitucionales, un Chile dividido, un plebiscito por delante, desorden en la centro izquierda y la centro derecha, y un grado de incertidumbre hacia el futuro. Me siento en un país con un gobierno bastante errático, un desgobierno, al garete, no sabemos para dónde vamos.

-¿Cómo explica el estallido social?

-Al principio lo encontré totalmente demencial, injusto, destemplado, porque el grado de violencia y anarquía que se produjo este país no se lo merece. No le encontré ningún sentido, pero debo reconocer que cuando llegó un millón de personas a la Plaza Italia me hizo pensar muy profundamente. Ahí me dije que no estábamos viendo a Chile en su integridad, sino la cara iluminada de la luna, no la cara oculta. Hice un swicth al ver a ese millón de chilenos en una causa común que era cambiemos. Yo dije: esto no se puede olvidar, requiere solución.

-Usted afirmó que va a votar rechazo, porque la Constitución de 1980 fue modificada por Lagos “y no hay que botar al tacho lo que hay”. Si gana el Apruebo, ¿qué cree que va a pasar?

-Tengo temor, no soy un experto constitucionalista, pero me preocupa si hay artículos que afecten los derechos a la propiedad, a la vida, del agua. Una hoja en blanco en un país con un estallido social, con una odiosidad y una pérdida del norte lo encuentro un peligro. Si gana el Apruebo, que es probable, podríamos terminar con una Constitución razonable si es elegida gente sensata, pero hay una opción alta de que termine mal.

-¿Qué opina de que empresarios como José Luis del Río, Eduardo Gras, Christoph Schiess y Daniel Undurraga estén por el Apruebo?

-No lo entiendo. Puede ser una visión respetable, pero los que votamos Rechazo, que no somos pocos, también somos igualmente respetables y sentimos que tenemos una Constitución que nos ha hecho progresar. Yo soy de centro derecha y no puedo desconocer que Aylwin, Frei y Lagos hicieron gobiernos super respetables y progresistas. Echo de menos a ese país que iba bien.

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