Ayer el directorio de la Clínica Las Condes, presidido por Alejandro Gil, pareja de la controladora Cecilia Karlezi, designó al traumatólogo Rodrigo Mardones Petermann (46) como director médico subrogante mientras el titular René Tejías se encuentra ausente por motivos personales.

Instalado desde hace unas tres semanas en el cuarto piso, donde se encuentran las gerencias de la clínica, y pese a no tener un cargo formal, Mardones le pidió hace diez días la renuncia al jefe del Departamento de Cirugía, Gustavo Vial, quien sigue trabajando como médico en CLC y no ha sido reemplazado en el puesto que ocupaba. Y ayer hizo lo mismo con Pedro Daza, jefe de Ginecología y Obstetricia.

Su nombramiento trajo a la memoria al cuerpo médico el pasado de Mardones, quien dejó de prestar servicios en CLC en 2019 después de supuestos incumplimientos en los protocolos de cirugías con células madre y que fueron revisadas por los comités de ética y del acto médico.

Cirujano de la U. de Chile, con especialización en traumatología y postgrado en cirugía reconstructiva articular en la Clínica Mayo, de Estados Unidos, Mardones era socio de Bioscell, un laboratorio de células madre, y desarrolló una investigación con células madre acogido a un proyecto Innova Corfo dentro de CLC.

Dado que se trataba de una investigación experimental, debía acogerse a los protocolos internacionales que, entre otros, no permiten cobrar por la reproducción de células ni su implantación, lo que no ocurrió.

El comité de ética, que preside el neurocirujano Armando Ortiz, revisó el proyecto de Mardones y detectó que algunas operaciones de implantación de células madres en cadera realizadas por Mardones no contaban con autorización del comité de ética, y no existía el seguimiento correspondiente, afirmaron fuentes que accedieron al proceso, acusaciones que el traumatólogo niega rotundamente (ver recuadro).

Después pasó al comité del acto médico, que presidía la cardióloga Sonia Kuntsmann, porque la dirección médica a cargo de May Chomalí pidió una investigación sobre el uso de células madre que se había extendido en la Clínica Las Condes, al punto de que había afiches promocionales en los ascensores.

El informe, según quienes accedieron a él, concluyó que no se realizó la revisión que, expresamente, indicaba el protocolo de la clínica para implantar células madre en cirugías de cadera, que realizaba Mardones, aspecto que éste médico también niega, según su declaración adjunta. Él debía presentar después del primer año los resultados al comité de ética para que éste decidiera si podía proseguir o no con la investigación. También constató que el investigador principal (Mardones) era el propio interesado, gestor del estudio y co dueño del laboratorio -el otro socio era CLC- lo que abría paso a un potencial conflicto de interés: era quien indicaba las cirugías, operaba a los pacientes, reproducía e implantaba las células madre del laboratorio del que era socio, recibía honorarios y evaluaba a sus enfermos.

Salida convenida

Tras estas diferencias, se acordó entre la gerencia general que ocupaba Jaime Mañalich y la entonces directora médica, May Chomalí, una salida convenida con Mardones, la que se concretó en 2019, aseguran médicos al tanto de lo ocurrido. Antes de partir, llegó a un acuerdo para comprarle su parte del laboratorio (de células madre) a la clínica, pero no se sabe si pagó la cifra que era cercana a los $400 millones.

El traumatólogo pudo seguir operando en los pabellones de CLC, pero no como médico del staff, sino en forma particular. Y al año siguiente, abrió el Centro de Cadera Doctor Mardones y Asociados en el Mall Vivo de Los Trapenses.

Junto con su salida, se prohibió el uso de células madre en CLC, lo que perjudicó a otras investigaciones como terapia de células madre para la enfermedad de Crohn, fibrosis de cuerdas vocales, incontinencia fecal e isquemia crítica en extremidades inferiores.

Rodrigo Mardones, traumátologo y nuevo director médico (s) de CLC.

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“Salí de CLC en mayo de 2019 por decisión propia, y mantuve privilegios quirúrgicos como médico invitado (se refiere a que podía operar en la clínica) hasta mi reincorporación como staff”, dice Mardones respecto a su salida de la clínica.

En una escueta declaración por escrito, el director médico (S) de CLC, explica su versión de lo ocurrido el año pasado. “El protocolo de manejo de células madre fue creado por la dirección médica (de CLC), que aprobó todos los protocolos aplicados. La evaluación del reglamento de uso de terapias (de células madre) en CLC correspondía a la dirección médica, no al director del proyecto (Mardones). Todos los resultados de las terapias están entregados a la dirección médica en cada fecha solicitada y están respaldados.Todos los años se entregó un reporte formal a Corfo aprobado por el director del proyecto en el que participaba la Dirección Médica y la dirección académica. Hasta donde yo sé, el comité de ética nunca ha solicitado una re evaluación no entregada y debiera documentarse si alguien reclama eso”.

“Esto no es una investigación en el caso de los pacientes del dr. Mardones”, dice sobre sí mismo. “Eran terapias autorizadas por protocolo de autorización de terapias que se declararon validadas en el documento de la Dirección Médica. Las líneas de investigación que requerían Comité de Ética fueron evaluadas por éste”.

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