A 57 días del plebiscito, ya se decidieron. Son hombres y mujeres de negocios que votarán Apruebo el 25 de octubre.

“Soy un empresario que cree que las cosas pueden mejorar, y la actual Constitución, aunque haya funcionado bien, tiene una percepción de ilegítima. Cualquier cambio va a ser por dos tercios, por lo que no entiendo este temor de los sectores más conservadores a que vamos a escribir una Constitución tipo Venezuela”, plantea el socio de Falabella y Friosur, José Luis del Río Goudie.

Desde Temuco, donde ha pasado la cuarentena, Eduardo Gras, socio fundador de la inmobiliaria Socovesa, viajará a Santiago a votar “por una nueva Constitución que sea redactada por personas elegidas democráticamente”.Y advierte: “Si no se da una salida a las inquietudes de los chilenos, es como inflar un globo que, al final, revienta”.

“Apoyo la opción apruebo, porque la ciudadanía quiere ser partícipe del lineamiento del futuro de Chile. Será un proceso muy positivo para encauzar un nuevo proyecto país, pensado en las futuras generaciones”, afirma Christoph Schiess, socio y presidente del holding Tánica, dedicado a las inversiones inmobiliarias y hoteleras. La alemana Jeannette von Wolfersdorff, fundadora del valorado Observatorio de Gasto Fiscal, que vive en Chile desde que se casó con Schiess, opina que “por encima de lo fragmentadas, desiguales, violentas y desconfiadas que pueden ser las relaciones actuales entre los distintos segmentos de nuestra sociedad, encontrar un proyecto común y un norte hacia el cual trabajar, da esperanza”.

El ex CDF Matías Claro, gerente general y socio del Grupo Prisma, afirma que “veo una gran oportunidad en el proceso constitucional, como una terapia país, donde podamos dialogar y llegar a grandes acuerdos”.

Los emprendedores

Del mundo del emprendimiento, Sebastián Valín, creador de Comparaonline, asegura que “es una oportunidad de encontrarnos en nuestras diferencias y soñar juntos con el Chile del futuro”. José Manuel Moller, fundador de Al Gramo, dice que no hay que destruir los avances del país, “pero sí correr el límite de lo posible para responder a la tremenda desigualdad”.

En el consulado de San Francisco, California, votará Daniel Undurraga, co-fundador de la cotizada Cornershop. “Me parece importante una Constitución de la cual todos nos sintamos parte y se escuchen todas las voces”. En Miami lo hará Luis Ahumada, creador de Mediastream -que como nunca ha transmitido conciertos online- para quien “es importante escuchar y respetar lo que queremos los chilenos más que lo que quiere la clase política”.

A título personal, como socio de Foris y Deep Legal, y no por la Multigremial Nacional, Juan Pablo Swett valora la oportunidad de dialogar, manteniendo lo bueno y eliminando lo malo de la actual Constitución. “Y si esto sale mal, está el plebiscito de salida”.

Conocido como emprendedor serial, dado que ODD Industries -destinada a mejorar la productividad con inteligencia artificial- es su quinta empresa, Leo Prieto asegura que cualquiera que se dedique a la innovación “no puede no votar apruebo”. Y agrega: “es una señal de los tiempos construir una Constitución de forma colaborativa”.

Inversionista de start-up después de vender Blue Company, creadora de la clave única del Registro Civil y muchas bases de datos, Paolo Colonnello afirma que “esta Constitución tiene muchos amarres: el agua como bien privado, un solo tipo de familia, cuoteos políticos en las instituciones, y el mundo cambió”.

Los ex Concertación y otros

“Somos un pueblo sensato, que quiere apostar a una Constitución que nos integre de manera inclusiva. Saldremos de este desafío siendo un mejor país”, dice Máximo Pacheco, ex vicepresidente de International Paper.“Si todas las instituciones están en crisis es porque la casa matriz no está funcionando”, apunta Jorge Awad, ex mandamás de la Asociación de Bancos y dedicado a su sociedad familiar (Inversiones Fabiola).

Miembro del grupo Independientes por el Apruebo, Rodrigo Jordán, socio de Vertical, asegura que“es tanto lo que ha cambiado el país que la Constitución actual no da respuesta a necesidades como el reconocimiento a los derechos a la salud y educación” .

La crisis social hizo entrar en una profunda reflexión a la directora de empresas Claudia Bobadilla, quien plantea que “mediante el debate y el diálogo necesitamos acordar una nueva Constitución que determine cuál es la sociedad que queremos ser”.

Públicamente, el socio y presidente de la AFP UNO, Ignacio Alvarez, declaró a La Tercera que la Constitución actual “se hizo en un período en que no había democracia”, por lo que es positivo que “se bote ese libro por su ilegitimidad” y se construya uno nuevo.

Los hombres y mujeres de negocios que aparecen aquí fueron contactados por La Segunda y ratificaron su opción.

El presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín, a quien se intentó contactar pero no respondió, dijo el 28 de enero: “inicialmente, estoy por el apruebo”. Y Andrónico Luksic el pasado 13 de noviembre dijo en Twitter “Sí a una nueva Constitución”, aunque no ha aclarado su voto en el plebiscito.

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