Cambio de manos en la industria de casinos. Los hermanos Claudio y Humberto Fischer llegaron a un acuerdo con sus socios, los sudafricanos de Sun International, para comprarles su parte y tomar el control total de las operaciones de Sun Dreams, grupo que controla hoteles y salas de juego en Chile, Perú, Argentina, Panamá y Colombia.

La sociedad de los Fischer, Inversiones Pacifico Sur (IPS), adquirirá el 65% de las acciones de Sun tras pagar US$160 millones. Con esto, se transformarán en el principal operador de la industria de casinos de Latinoamérica.

En esta dupla fraternal, Claudio es quien normalmente ha liderado el grupo y Humberto es su socio y director en los negocios. (ver recuadro).

“Al complejo escenario que enfrenta esta industria, afortunadamente nosotros lo enfrentamos con una posición financiera sólida, lo que nos permite aprovechar oportunidades de crecer en un negocio que conocemos y en el que nos hemos destacado como empresa seria y responsable”, dijo en una declaración Claudio Fischer, presidente de Sun Dreams.

Según conocedores de la operación, las negociaciones las llevó el propio Claudio Fischer y su abogado Jorge Allende del estudio CMS. Las tratativas no fueron fáciles, dado que hace dos meses la sociedad chilena ofreció a los sudafricanos adquirir el 50,1% del total de acciones de la operación en Latinoamérica por un precio de 22 rands por acción, lo que en ese minuto implicaba pagar US$70 millones.

Sin embargo, Value Capital Partners (VCP), que tiene el 20% de Sun International, se opuso debido a que consideraba que la valoración de los activos no era suficiente. Sesenta días después, los Fischer dieron el golpe y cerraron el trato que selló la salida de los sudafricanos de Chile.

Factor incertidumbre

Para justificar la “operación venta”, a sus accionistas, Sun International envió un mensaje explicando que los efectos de la pandemia de covid-19 habían impactado las operaciones del grupo. También argumentó que la futura renovación de licencias de casinos, donde el grupo se encuentra enfrentado con la Subsecretaría de Hacienda, es una de las grandes interrogantes que hacían más compleja la permanencia del grupo en el país. Finalmente plantea que las “reformas políticas y sociales de Chile” podrían generar más incertidumbre en el negocio que se encuentra paralizado desde el 18 de marzo por la emergencia sanitaria.

Durante el primer trimestre, Sun Dreams anotó una pérdida después de impuestos de $2.054 millones, opuesto a la ganancia de $3.087 millones registrados durante igual período del año 2019. También sus ventas fueron impactadas y totalizaron $49.078 millones, un 13% menos qie igual lapso del año anterior.

Desde el año pasado que Fischer había alertado sobre la compleja situación del país en una carta a los accionistas de Sun Dreams producto del estallido social.

“El año 2019 fue uno atípico, un año que finalizó marcado por las consecuencias del llamado estallido social en Chile, que derivó en el quiebre del orden público en todo el país, el cierre temporal de algunas operaciones y la destrucción de infraestructura en al menos dos propiedades de la compañía”, dijo el empresario en aquella oportunidad.

El imperio

Según la memoria 2019, Sun Dreams poseía 8.180 máquinas de azar, 725 habitaciones y 383 mesas de juego.

En total, opera 19 licencias y permisos de operación de casinos: siete ubicados en Chile, ocho en Perú, una en Argentina, dos licencias en Colombia y una en Panamá.

En Chile, el mayor por lejos es Monticello, situado en la comuna de San Francisco de Mostazal. A ellos se suman los de Temuco, Valdivia, Coyhaique y Punta Arenas. En Iquique y Puerto Varas se operan concesiones municipales. En Argentina, la operación corresponde a un casino, hotel y servicios complementarios en la ciudad de Mendoza. En Perú, las ocho licencias de operación están en Lima, Cuzco y Tacna. En Colombia, las dos operaciones se encuentran ubicadas en Bogotá y Cartagena de Indias. En Panamá, se opera una licencia ubicada en Ciudad de Panamá.

Monticello de Mostazal es el que más aportó a la operación hasta el primer trimestre (36%) y en Chile, de acuerdo a los ingresos por juego reportados a la Superintendencia de Casinos (SCJ), Sun Dreams comparte el primer lugar en participación de mercado con Enjoy, con un 38,7% de los ingresos por juego. El tercero es Marina del Sol, con el 13,9% de la torta.

Monticello se encuentra cerrado desde el pasado 18 de marzo.

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Agosto no es solo el mes de los gatos. También, el de los Fischer Llop: Humberto, 64, veterinario, y Claudio, 62, piloto civil. En agosto de 2018, AquaChile, entonces la mayor salmonera del país, de propiedad de Víctor Hugo Puchi y los Fischer, acordó su venta a Agrosuper en US$850 millones. Y dos años después, en agosto nuevamente, los hermanos sellan la compra del 65% de Sun Dreams, la cadena de casinos con operaciones en Chile, Argentina, Perú, Colombia y Panamá.

Sin la primera operación es posible que no hubiese sido posible la segunda, porque los Fischer recibieron casi US$300 millones por sus acciones en AquaChile y ahora destinarán US$160 millones para controlar el 100% de Sun Dreams. Nacidos en Santiago, su padre Claudio Fischer Marchant, piloto comercial, que había trabajado unos pocos años en Ladeco, decidió dejar la capital y emigrar al fin del mundo. El destino fue Coyhaique, con la idea de crear una compañía aérea que permitiera unir por aire esa región con el resto del país. Transportaba enfermos, remedios, pasajeros, mientras sus tres hijos –los Fischer tienen una hermana menor– estudiaban la enseñanza básica y media en Coyhaique.

Continuaron sus estudios en la U. Austral de Valdivia, ambos la carrera de veterinaria, pero Claudio la dejó, porque quería dedicarse a volar.

De regreso a Coyhaique, siendo veinteañeros, incursionaron en la entretención de la época: los flippers. De Coyhaique expandieron su negocio a Puerto Montt, Valdivia y Temuco, llegando a tener más de mil máquinas.

En 1986, crearon Pacífico Sur, dedicada a la engorda y comercialización de salmones. Nueve años después, la empresa de los Fischer se fusionó con AquaChile, de Víctor Hugo Puchi, un aysenino de tomo y lomo. Y juntos compraron otras salmoneras hasta ubicarse en el primer lugar.

De caracteres muy distintos, quienes conocen a Humberto, el mayor, dicen que es analítico, muy metódico, reservado, capaz de ver lo que viene en los negocios. A Claudio lo describen como muy expresivo, lleno de vida, de mente emprendedora y apasionado por la aviación. Por lo mismo, son un complemento.

Humberto vive en Puerto Montt, Claudio, que es cuñado del histórico diputado RN por la Región de Los Lagos, Ignacio Kuschel, ya que está casado con su hermana Bernardita Kuschel, lo hace en Puerto Varas.

Ambos tienen fichas en el negocio inmobiliario, aunque es el menos conocido y del que menos hablan, con terrenos en varias regiones del sur. A raíz de la compra del Hotel Vicente Pérez Rosales en Puerto Montt, se hizo pública la pelea con Jackob Mosa, el dueño de Pasmar. Mosa compró el inmueble; Fischer, la marca. El primero se molestó y adquirió la casa que estaba debajo de una que tenía Fischer en Puerto Montt e instaló un restaurant para molestarlo con los olores de comida.

Fischer tomó revancha y adquirió un sitio en la costanera de Puerto Montt, a mil metros del Mall Costanera de Mosa. Construyó estacionamientos subterráneos junto a locales comerciales para competirle. Cualquier terreno que se vende en Puerto Montt lo compran Fischer o Mosa. Por eso se habla de que juegan al Metrópoli.

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