Entrar prontamente en funcionamiento sería una excelente señal para la comunidad turística y gastronómica”.

Ambrosio García-Huidobro

Gerente general Punta Piqueros

CLAUDIO BUENO

El fallo de la Corte Suprema de noviembre pasado, que lo dejó sin permiso de edificación y cuestionó su licencia ambiental, parecía haber sepultado la esperanza de que Punta Piqueros se realizara. El proyecto de hotel cinco estrellas que hoy luce vacío en los roqueríos de Concón no ha podido abrir tras nueve años de juicios.

Pero sus dueños, las familias Bolocco, Said y Urenda resistieron el golpe del fallo. Y su insistencia rindió frutos. El pasado 24 de julio, obtuvieron un espaldarazo del gobierno. El Comité de Ministros, entidad clave para la licencia ambiental de los proyectos de inversión y que es liderado por la titular de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, aprobó los estudios de la inmobiliaria que descartan impactos ambientales en la llamada Roca Oceánica, sitio conocido por su riqueza en flora y fauna donde se emplaza la construcción.

Estos estudios aseguran también que los pasajeros del hotel no debieran verse afectados por eventuales marejadas e incluso por un tsunami dado que parte del hotel se encuentra bajo el nivel del mar.

El gerente general de la Inmobiliaria Punta Piqueros, Ambrosio García- Huidobro, comenta que si bien no ha sido notificado de manera formal de la decisión del comité ministerial, es optimista.

“Entrar prontamente en funcionamiento sería una excelente señal para la comunidad turística y gastronómica de la zona, para los trabajadores del rubro, para los inversionistas que, tras el estallido social y la actual pandemia, analizan más que nunca dónde ejecutar sus proyectos. La idea es que los capitales se queden en el país y que no busquen fuera del territorio nacional”, dice el representante legal de un hotel que promete 286 empleos.

Pero falta algo muy importante para su concreción. El proyecto aún debe subsanar los cuestionamientos legales a su permiso de construcción obtenido en 2011 y que quedó fuera de norma dado que hubo un cambio en el plan regulador de la zona en 2016. Y este permiso corre por un carril paralelo, pues depende del municipio. García-Huidobro no se refiere a esta vía, aunque conocedores del tema creen que la firma podría pedir un nuevo permiso o revisar otras opciones judiciales.

Las partes en conflicto

El 10 de enero de 2011, el directorio de Punta Piqueros celebró la obtención del permiso de construcción para levantar su hotel, que sería operado por el grupo Intercontinental Hotels, que maneja unos 4 mil 500 hoteles en más de 100 países.

Esa mesa directiva, compuesta por José Manuel Urenda, Enzo Bolocco, Felipe Zegers y José Domingo Eluchans, contemplaba una inversión cercana a los US$ 40 millones y pretendía abrir sus puertas en 2013. Pero se encontraron con la oposición del Comité Pro Defensa del Patrimonio Histórico y Cultural de Viña del Mar, una agrupación presidida por la fallecida activista ambiental Patricia Arellano y que hoy es liderada por el sociólogo Hernán Madariaga.

El primer obstáculo para la inmobiliaria ocurrió a pocos meses de obtener el permiso de edificación. El 16 de junio de 2011 fue objetado judicialmente por la ONG viñamarina, fundada en 1988 y que también se opone a los proyectos Las Salinas del Grupo Angelini y al inmobiliario Vimac en las Dunas de Concón. Producto de ese recurso, el proyecto debió ingresar al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) en 2013. Obtuvo el permiso en septiembre de 2014. Pero esta licencia fue también cuestionada ante el Segundo Tribunal Ambiental por el mismo grupo.

“Existe consenso de que la zona donde se emplaza el proyecto es un sector de riesgo, no solo de tsunami y marejadas, sino de rodados y desprendimientos de terreno, todo lo cual debe, necesariamente, ser considerado por el titular del proyecto y el Estudio de Impacto Ambiental”, dijo en un documento el abogado del comité ambientalista, Gabriel Muñoz.

Resistencia frente al mar

Para convencer a los ministros, la inmobiliaria, que ya calcula una inversión de US$65 millones para el hotel, presentó una serie de estudios remarcando la solidez de la estructura frente a las marejadas e incluso frente a un tsunami como el que afectó a la bahía de Valparaíso en 1730.

La inmobiliaria aseveró que cuenta con una estructura de hormigón armado y un protocolo de evacuación a los pisos superiores del hotel frente a emergencias telúricas. Sostuvo incluso que los niveles 3 y 4 se ubican por encima de la cota de 30 metros sobre el nivel del mar, sugerida por la Onemi como zona segura a nivel nacional para la evacuación en caso de tsunami.

Según el gerente general, su licencia ambiental está sustentada “en decenas de estudios técnicos (…) que dan cuenta de que hemos hecho un proyecto muy exigente, con profesionales nacionales de primer orden, recogiendo lo mejor de la experiencia local en materias complejas, que han buscado ofrecer un proyecto seguro, de buena factura arquitectónica y en un contexto de alto atractivo escénico como es la bahía de Valparaíso”.

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