A los 90 años de edad y por causas naturales falleció hoy el destacado empresario José Said Saffie, presidente de Scotiabank y de Parque Arauco, y líder de un conglomerado que participa en rubros tan disímiles como bebidas (Embotelladora Andina) hasta agrícola e inmobiliario.

Casado con Isabel Somavía, tuvo cuatro hijos (Salvador, Isabel, Constanza y Loreto) y 15 nietos. De ascendencia palestina (su abuelo Issa Said, emigró de Belén a fines del siglo XIX), José Said nació en Arequipa, Perú, pero junto a su familia se trasladó a los cinco años a Chile, donde su padre instaló una industria textil.

Licenciado en derecho de la Universidad de Chile, afable pero con carácter, en los 70 agrupó a ocho ramas de la familia Said, que poseían empresas como Textil Rayón Said y el Banco del Trabajo.

Su última aparición pública fue el 23 de abril pasado cuando lideró en forma remota la junta de accionistas de Parque Arauco.

Su historia empresarial se vinculó también con la de la familia Yarur (fundadora del BCI), pues mientras vivía en Arequipa, la importadora de su familia tuvo como ejecutivo principal a Juan Yarur, abuelo de los actuales controladores de ese banco.

En 1999 José Said figuró por primera vez en el ranking de multimillonarios del mundo de la revista Forbes, gracias a las participaciones que había consolidado en Embotelladora Andina, Parque Arauco, Edelpa y el entonces Banco Bhif.

Precisamente, el negocio financiero fue una de sus grandes pasiones —de hecho en la década del 50 su familia había fundado el desaparecido Banco Panamericano—. A fines de los 80, ingresó al Bhif transformándolo de tal forma, que a fines de los 90 logró atraer a los españoles del BBVA como socios mayoritarios en un pacto en que conservó la presidencia y el derecho a veto en caso de venta.

Ese acuerdo fue el que lo llevó en 2018 también a la presidencia del Scotiabank Chile —luego de que la entidad de capitales canadienses adquiriera al BBVA en nuestro país— lo que de paso permitió al grupo Said casi duplicar el valor de sus inversiones en la banca.

Precisamente el buen ojo para los negocios, fue el factor clave que consolidó a José Said en las grandes ligas empresariales. Un atributo que estuvo presente cuando ingresó a Parque Arauco, y a luego canjear las participaciones que tenía en el Grupo Plaza por nuevas acciones en el centro comercial de Av. Kennedy a su entonces socio, Thomas Furst.

Ese mismo olfato, lo llevó a fines de los 90 a transformar Parque Arauco en uno de los mayores operadores de malls de Argentina, cuando en ese país estos centros comerciales eran prácticamente desconocidos. Su visión, nuevamente funcionó, cuando determinó a inicios de los 2000 salir completamente del vecino país (anticipándose a la crisis económica), y y trasladar las inversiones de la operadora de malls a Perú.

Pero otra de las grandes causas que lideró Said fue la del pueblo palestino. Fue el fundador y gran promotor de la Fundación Belén 2000 (donde ejercía como presidente del Consejo Superior), que otorga apoyo financiero y social a las comunidades de esa región del Medio Oriente. Para esta causa, Said logró aglutinar a grandes empresarios de origen palestino de América Latina, entre ellos a Carlos Slim y Álvaro Saieh, para que aportaran a la causa.

También, fue el gran promotor del salvataje financiero del Club Deportivo Palestino.

Said era un hombre de profunda fe, cercano al Opus Dei y a la Congregación Jesuita, fervor que compartió con sus amigos y socios Eduardo Fernández León y José Antonio Garcés, entre otros.

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José Domingo Eluchans, su mejor amigo, socio minoritario y abogado por 40 años: “Era un hombre excepcional, muy activo y de una enorme capacidad de trabajo. Su puntal fundamental fue su señora Isabel Somavía. Empezó a los 22 años en Rayón Said y a los 90 seguía como presidente de los directorios Scotiabank y Parque Arauco. Como provenía de una familia grande, se acostumbró a liderar grupos y siempre tuvo socios en las empresas donde participó como los Bancos del Trabajo, Bhif, Parque Arauco, entre otras. Don José tenía un gran intuición para los emprendimientos empresariales, mucho sentido de familia y fe religiosa. Fue alumno del Padre Hurtado en el colegio San Ignacio y en el Vaticano cuando lo santificaron, él hizo una reflexión como ex alumno. Era muy generoso y preocupado de los demás”.

Juan Sutil, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio: “Se va un gran hombre y y empresario, un ejemplo de trabajo, integridad, esfuerzo y creatividad, que se forjó de cero y que procuró en su vida hacer empresa dentro de valores y principios admirables. Siempre privilegió el bien de su gente y de Chile. Fue motivo de admiración su preocupación por la paz y el desarrollo de Palestina y sus compatriotas. Desde la CPC lamentamos su partida y manifestamos nuestras condolencias a su familia. Nos deja un hombre de los que quedan muy pocos de su talla, un ejemplo para las nuevas generaciones de emprendedores y empresarios”.

José Manuel Mena, presidente de la Asociación de Bancos: “Don José fue un empresario de distintos ámbitos. En los bancos se le quería por su historia, su sapiencia, y se tiene un buen recuerdo de su acción en el mundo gremial bancario. Estuvo ligado a la industria bancaria por decenas de años y teniendo incluso una edad avanzada, mantenía una participación bastante cercana al directorio”.

Rafael Guilisasti, ex presidente de la CPC: “Don Pepe fue un gran empresario y de una generosidad enorme que ejerció con discreción y fineza”.

Alfonso Swett, ex presidente de la CPC: “Nos ha dejado una persona de un corazón tremendo; que nos ha dejado a nosotros un tremendo ejemplo de generosidad, sacrificio y emprendimiento constante”.

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