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Tres investigadoras policiales indagan en la desaparición de una adolescente feminista en el núcleo de la aparentemente perfecta clase alta de un país, entre sociedades secretas y personajes singulares como una hacker adolescente que recuerda a la Lisbeth Salander de la saga “Millennium”. Podría ser perfectamente una serie policial nórdica –Nordic Noir, como las llaman– pero se trata de la chilena “La Jauría” (Amazon Prime Video).

Desde que se estrenó “Wallander” (2005), adaptación de la saga de inspector Kurt Wallander, creada a comienzos de los 90 por el escritor sueco Henning Mankell, el policial nórdico comenzó a cambiar la historia del género, ganando audiencias a ritmo frenético e inspirando producciones de otras latitudes. La misma serie tuvo un remake británico protagonizado por Kenneth Branagh y contará con una precuela titulada “El joven Wallander” que se estrenará este año en Netflix.

“El policial nórdico tiene un modelo que establece Mankell y sus novelas sobre Wallander”, explica el escritor argentino Osvaldo Aguirre, autor de la aclamada novela policial “Leyenda negra” (Tuskets) y referente en el análisis del género. “Por un lado, opera como una síntesis de las dos grandes tradiciones del género: el policial de enigma inglés y la novela negra norteamericana. Las novelas de Mankell y los escritores nórdicos que le siguen trabajan con la forma del enigma, los detectives están tratando de aclarar algún tipo de misterio pero, por otro lado, está el trasfondo típico de la novela negra norteamericana: el mundo capitalista con todas sus cuestiones”.

Para Aguirre, Mankell tiene además el mérito de introducir un personaje distinto como protagonista de la historia. “Wallander es un tipo de investigador que se distingue muy bien de los modelos precedentes. No es un tipo duro ni tampoco alguien que trabaje con la inteligencia, es decir, un cerebro pensante según la tradición que viene de Poe. Es un tipo impulsivo, incluso irreflexivo. Mankell lo muestra como un personaje frágil. Está todo el tema de la vida privada del personaje, su padre tiene Alzheimer y la hija tiene una vida muy desarreglada. Hay un costado humano. El talón de Aquiles del detective está muy expuesto. Ese es un rasgo del policial nórdico que ya es una especie de lugar común”.

Como tercer rasgo, el escritor destaca el contexto social que se representa. “Si bien hay un personaje central, se muestra mucho el trabajo en equipo de la policía. Hay muchos personajes y, a la vez, todo eso está registrado con un nivel de realismo, de documentalismo que es poco frecuente en la tradición del género”.

A esto habría que sumarle muertes escabrosas, geografías gélidas, y heroínas disfuncionales atrapadas en las redes de la corrupción del poder.

El crimen en la sociedad del bienestar

Llama la atención que el policial nórdico, con su desencanto y crudeza, se desarrolle en países que tienen los índices más altos en calidad de vida y más bajos en la escala de homicidios. Aguirre cuenta que la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito indica que Islandia registra una de las tasas de homicidios más bajas en el mundo (en 2017 hubo solo tres casos). “Es por eso que el escritor Arnaldur Indridason, creador del detective Erlendur Sveinsson, ha sido llamado ‘el rey del policial negro en un país sin crímenes'”, remarca.

¿Cómo se explica el fenómeno?

“Mankell introduce en el génerola observación del registro de toda una serie de cuestiones que estaban muy ocultas en esas sociedades del bienestar, como son los crímenes de odio, la xenofobia, la corrupción política y la violencia de géneros. Todo ese tipo de problemas están muy expuestos en la serie y en las novelas”, aclara Aguirre.

En una entrevista con el diario “The Independent”, la escritora noruega Anne Holt,opinó: “son todas sociedades con baja densidad de población y pocos crímenes al año, altamente educadas y definidas por un marcado bienestar económico. Por ello los asesinatos brutales resultan una anomalía, la punta de un iceberg que alerta sobre lo sumergido”.

Los activismos actuales han hecho que la denuncia a los vicios secretos de las sociedades, planteadas por los autores nórdicos, repercutan fuerte en otras latitudes. Si a la crítica social le sumamos el enigma, los personajes reconocibles y la radiografía realista del sistema policial, tenemos un entretenimiento tan sombrío como eficaz para audiencias contemporáneas.

Aunque encontramos muestras de nordic noir en todas las plataformas de streaming, Netflix ha capitalizado mejor que otros el subgénero, incluyéndolo como una categoría dentro de su parrilla. Este ya tiene sus clásicos –casi todos reversionados– como “Forbrydelsen”, creada por el novelista Soren Sveistruo y base para “The Killing” o“Bron/Broen”, inspiración de “El puente”. Sin embargo, no hay duda de que el éxito de la fórmula ha influenciado a producciones de todo el mundo. La británica “Marcella”, que va en una tercera temporada en Netflix, tiene una fuerte marca nórdica por sus crímenes enrevesados, su enigma, su crítica social y las debilidades de su protagonista. Las producciones belgas han acogido también las lecciones en noir recibidas desde aquellas gélidas latitudes. Así lo demuestran series como “Tabula Rasa”,“13 mandamientos”,“Zone Blanche” o“La Trêve” (todas en Netflix).

“El policial nórdico renovó el género”, destaca Aguirre con convicción. “Tiene más presencia en la cultura que otros policiales europeos como los españoles o los italianos de Andrea Camilleri. No hay duda de que cristalizó una fórmula que hoy ya es de uso corriente”.

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“Trapped” (Netflix): “Para mí las series más logradas son las islandesas”, aclara Aguirre, destacando particularmente este sofisticado drama policial.

“Los asesinatos de Valhala” (Netflix): Otro hit de Islandia, estrenado este año y centrado en varios crímenes conectados en el país.

“Karppi” (Netflix): La industria finlandesa ha ganado terreno gracias a coproducciones como ésta, realizada junto a Alemania y centrada en una policía enfrentada al poder de las corporaciones. Este mes estrenó segunda temporada.

“Sorjonen” (Netflix): Otra inciativa finlandesa, esta vez junto a Francia. Ampliamente elogiada, va en su tercera temporada.

“Kieler Street” (Film&Arts): La última oferta nórdica es esta serie que devela las oscuridades de Slusvik, pueblo fronterizo entre Noruega y Suecia. El protagonista es un padre de familia con un pasado oculto.

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