“Un arrebato de la denunciada, en una conducta desesperada de tratar de ‘cortar el hilo por lo más delgado' en el conflicto que ella tiene con Codelco”

José Manuel Camposano en su denuncia contra la aseguradora.

“Usted incumplió de forma dolosa -o a lo menos con culpa- sus deberes como gerente general”

Claudia Dill, vicepresidenta del directorio, en carta de despido de Camposano.

Lo primero que dijo la jueza Carolina Luengo el 26 de junio cuando se realizó la audiencia conciliatoria (vía Zoom) entre los abogados de José Manuel Camposano y los de Chilena Consolidada fue que el procedimiento “superaba con creces” los casos que estaban acostumbrados a ver en el 2° Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

“Tuve que tomar bien la calculadora para poder mirar si estaba viendo bien o mal el número que les tengo que proponer para conciliación”, dijo sorprendida por las abultadas cifras que incluye la demanda por despido injustificado y vulneración de derechos fundamentales del ex gerente general en contra de la aseguradora, su exempleador. Allí Camposano exige el pago de algo más de $3 mil millones en distintas compensaciones, tras su despido del 6 de febrero pasado luego de conocerse irregularidades en la suscripción de pólizas de seguros con sindicatos de la división Chuquicamata de Codelco.

Luego resumió las 41 páginas de la demanda y las 37 de la contestación de la empresa. “Es un best seller completo”, dijo. Después intervinieron los abogados: Christian von Bergen y Cristóbal Raby, del estudio Prieto, por Camposano, y otros cuatro de Claro y Cía. –Juan Pablo Celis, Paula González, Juan Pablo Cabezón y José Miguel Huerta– por la aseguradora.

La magistrada comentó, también, lo aseverado por Camposano. Por ejemplo, que en los últimos seis años no había tomado vacaciones y se las adeudaban. “Al CEO, ¿quién le puede decir que no se tome las vacaciones? (...) Le creo que estuvo más de tres años sin vacaciones, pero también creo que lo compensa con otras cosas. No tiene todos los días una tarjeta marcando de 8 a 5”.

Tras los alegatos, la jueza propuso un acercamiento. “¿Qué posibilidad hay de ofrecer al trabajador los años de servicio? (...) son algo más de $1.000 millones”, dijo a los abogados de la empresa, y les recordó que Camposano prestó servicios allí desde 1979. Le respondieron que la compañía, filial del grupo suizo Zurich, analizó una contraoferta, que sumando distintos ítems alcanzaba solo a $73 millones.

No hubo conciliación y el inicio del juicio se fijó para diciembre. “Espero que haya invertido durante su vida y no esté dependiendo de esta indemnización para soportar los tres años que nos quedan de juicio”, dijo a Camposano.

La carta de despido

Entre los antecedentes presentados en la causa, el primero es la carta de despido firmada por Claudia Dill. En referencia al expresidente de la Asociación de Aseguradores, señala: “Una de las funciones y obligaciones esenciales de un gerente general consiste en supervisar, ordenar y llevar a cabo la gestión y dirección cotidiana de los asuntos de la empresa. Usted incumplió gravemente todo lo anterior, por años”; “usted no fiscalizó debidamente a su administración, negligencia que derivó en que se suscribieran pólizas por un precio superior al de mercado, sin ninguna justificación durante varios años”; “usted incumplió de forma dolosa -o a lo menos con culpa- sus deberes como gerente general de la empresa al participar directamente en la ejecución de los hechos”; “usted incurrió en una falta de rectitud en el obrar durante la ejecución de su cargo”.

La demanda

Ante los juicios emitidos como argumentos para su desvinculación, Camposano reaccionó el 27 de marzo con una denuncia y una demanda donde da a conocer algunos datos como que su empresa comercializa anualmente pólizas por US$1.000 millones y que su remuneración bruta mensual era de $28 millones. Además, descarta todas las acusaciones, aclarando por ejemplo que “no tenía competencia en materia de suscripción de pólizas”. Además, recuerda que ya en enero de 2019 había solicitado una investigación sobre las pólizas a los sindicatos de Codelco y que en marzo de ese año había informado sobre estos hechos al presidente del directorio, y su vicepresidenta, Claudia Dill, reunión en la que, según Camposano, ella le habría manifestado que era prematuro aún informar oficialmente al directorio al respecto. Y sobre su suspensión inicial como gerente el 22 de enero de 2020 y su despido 15 días después, señala: “la conducta de la denunciada de publicitar con bombos y platillos, que decidió suspenderme del cargo de gerente general y que puso término a mi cargo afectó, obviamente, la percepción que se tenía de mi persona y ello sin haber sido condenado en un debido proceso, sin haber sido escuchado, sino solo en un arrebato de la denunciada, en una conducta desesperada de tratar de ‘cortar el hilo por lo más delgado' en el conflicto que ella tiene con Codelco y de tratar de proteger a ultranza la posición de la corporación Zurich”.

La respuesta de la compañía

En la línea de la carta de despido, la respuesta de la denunciada Chilena Consolidada, es drástica. Parte señalando que Camposano era “una persona respetada, en algunos casos venerada o temida” en la empresa, y que era conocido no solo como un ejecutivo conocedor de la industria sino como “activo, autoritario y presente en la administración diaria”.

Después de exponer los hechos según la visión de la empresa, establece que lo afirmado por Camposano es falso en 25 oportunidades, en especial sobre su eventual desconocimiento de las irregulares pólizas con Codelco. Y tras evaluar su supuesto actuar en el caso, concluye que “la gravedad de las conductas relatadas satisface con creces el estándar de falta de probidad para justificar el despido”.

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