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Aunque lleva 65 años muerto, James Dean volverá a la pantalla como parte del elenco de “Finding Jack”, película bélica ambientada en Vietnam cuyo estreno está programado para el próximo 11 de noviembre, día de los veteranos de guerra en Estados Unidos. Los directores Anton Ernst y Tati Golykh han mantenido el proyecto en secreto luego de las críticas que recibieron al revelar que el protagonista de “Rebelde sin causa” será reanimado con tecnología digital (CGI). “Buscamos al actor perfecto para interpretar a un personaje que tiene un arco extremadamente complejo. Luego de meses de búsqueda, optamos por James Dean”, justificó Ernst.

El proyecto tiene el apoyo de la familia del actor, quienes consideran a “Finding Jack” como la cuarta película dentro de su corta filmografía. La noticia ha generado, sin embargo, un debate ético sobre los límites de la tecnología en tiempos en que nuestra realidad se parece cada vez más a un capítulo de “Black Mirror”. Solo basta con una plataforma alimentada con fotos e imágenes y un actor que se mueva y gesticule para concretar el montaje digital. Así se crean los nuevos Frankensteins del cine.

“Esto es horrible. Tal vez podemos usar un computador para pintar un nuevo Picasso. O escribir un par de nuevas canciones de John Lennon. La completa falta de comprensión aquí es vergonzosa”, tuiteó en su momento el actor Chris Evans.

“El futuro es siniestro y está lleno de fantasmas corporativos”, opinó, por su parte, Zelda Williams, hija del fallecido Robin Williams, quien –preocupado por su carrera post-mortem– incluyó en su testamento la prohibición de usar su imagen hasta 25 años después de su muerte.

Lo cierto es que el CGI (Computer Generated Images) es la herramienta del futuro. La British Film Commission publicó recientemente una guía para el cine post-covid en la que recomiendan usar animación digital en escenas que impliquen la aglomeración de una gran cantidad de personas. Un documento de editores de cine de Estados Unidos, por su parte, considera usar la animación digital para escenas de besos hasta que la pandemia llegue a su fin.

“Todo ahora es virtual. El Coronavirus nos ha demostrado eso”, opina el cineasta chileno Jorge Olguín, quien ha usado tecnología CGI en películas como “Caleuche” y “Gritos del bosques”. “Estamos viviendo frente a las cámaras de nuestros computadores. Lo que estamos viendo por estos días de encierro son virtualidades, no realidad”.

Brandon Lee, el pionero

En rigor, la animación por computador se remonta al año 1958 cuando Alfred Hitchcock decidió realizar la secuencia inicial de “Vértigo” usando una máquina manejada por cinco operadores, aunque la primera “resucitación” de un muerto la encontramos en 1994. Luego de que Brandon Lee murió en medio del rodaje de “El cuervo”, la producción lo recreó digitalmente en las escenas restantes. Fue por necesidad más que por gusto.

Después la televisión tomó la delantera. En 1999, los televidentes del Super Bowl quedaron asombrados cuando, durante los comerciales, vieron a Fred Astaire –muerto en 1987– bailando con una aspiradora para una publicidad de la marca Dirt Devil. La tecnología aún no alcanzaba la perfección como lo haría más tarde, en el año 2013, cuando una joven Audrey Hepburn protagonizó un spot de chocolates o cuando Marilyn Monroe lo hizo para uno de perfumes junto a Grace Kelly y Marlene Dietrich. Vale destacar también a Bruce Lee en un comercial de whisky del año 2013, una paradoja considerando que el artista marcial era un ferviente enemigo del alcohol.

Si bien al recurso le falta un paso para ser completamente creíble –los muertos resucitados aún parecen muñecos autómatas–, la presencia del actor Peter Cushing en “Rogue One” (2016), spin-off de la saga “Star Wars”, nos llevó a entender lo siniestro que puede ser revivir muertos. El británico, fallecido en 1994, apareció perfectamente recreado, con sus gestos, sus movimientos y su voz.

Detrás de ese futuro de “fantasmas corporativos”, como lo llama la hija de Williams, está Worldwide XR, empresa que tiene los derechos de imagen de más de 400 celebridades muertas, entre ellas Bette Davis, Rock Hudson y Neil Armstrong. Los productores de cine pueden acceder a este material pagando, sin necesidad de contar con el apoyo de las familias. Muchos de esos permisos, pensados inicialmente para proteger fotografías y escenas de películas, fueron adquiridos por la compañía antes de que la resucitación por CGI fuese una posibilidad.

Lo primero que vemos cuando entramos a la página web de Worldwide XR es una fotografía de James Dean junto a una cita suya, astutamente sacada de contexto para defender la estrategia corporativa: “si un hombre puede cerrar la brecha entre la vida y la muerte, si puede vivir después de muerto, entonces probablemente fue un gran hombre”.

“Sería un sueño trabajar con Vincent Price”

“¿Estaría bien crear imágenes digitales de figuras famosas e insertarlas en películas pornográficas? ¿Podríamos utilizar a celebridades de principios del siglo XX como Charles Chaplin para causas políticas?”, se pregunta el columnista Rich Haridy en la publicación especializada en ciencia y tecnología “New Atlas”.

Olguín está consciente de que estos fenómenos generan “cuestionamientos valóricos” pero el CGI es para él una herramienta útil. “Esto de crear muertos vivientes corresponde a un anhelo de reivindicar la cultura pop. No es más que un espectáculo. A veces uno tiene la necesidad de construir un personaje y no existe el actor ideal. Si la tecnología me ayuda en eso, la tomaría para construir un personaje virtual. En lo personal, me encantaría poner en una de mis películas a Vincent Price, actor a quien vi durante mi infancia en las cintas dirigidas por Roger Corman. Trabajar con él sería un sueño”.

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“Star Wars”: En el universo creado por George Lucas hay dos casos de resucitaciones digitales: Peter Cushing en “Rogue One” y Carrie Fisher en “El ascenso de Skywalker”. Ambas están en Amazon Prime.

“El cuervo” (1994): La primera producción en desafiar a la muerte luego de que Brandon Lee recibiera una bala accidental en el rodaje. Acción gótica de alto voltaje. En Hulu.

“Gladiador” (2000): Dicen que el actor británico Oliver Reed bebió tres botellas de ron, ocho de cerveza y varios whiskies dobles antes de caer muerto en un bar de Irlanda. Fue durante un descanso del rodaje de la película dirigida por Ridley Scott, quien decidió revivirlo digitalmente para las escenas restantes. En Netflix.

“Sky Captain y el mundo del mañana” (2004): Esta película, la primera en contar con decorados completamente digitales, tienen como villano a Laurence Olivier, 15 años después de su muerte. En Hulu.

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